La Diputació acelera para frenar el despoblamiento rural. El organismo provincial tiene previsto destinar hasta 2027 un montante global de 130 millones de euros para los municipios de menos de 10.000 habitantes de la demarcación, priorizando los que han perdido habitantes durante la última década.
La reactivación del músculo de las localidades con menos censo del Camp de Tarragona, Baix Penedès y las Terres de l’Ebre se llevará el 87% del presupuesto del nuevo plan ImpulsDipta, dotado con 148,5 millones de euros hasta final de mandato.
Se trata de un nuevo modelo de «cooperación y concertación», que pretende simplificar y garantizar en un solo plan todas las ayudas que el ente supracomarcal pondrá a disposición de los 190 ayuntamientos del territorio hasta 2027. De esta forma, en pocos meses los consistorios tendrán ya por escrita la cantidad que podrán ingresar de la Diputació durante todo el mandato, lo que «permitirá simplificar trámites y promover la planificación», según indicó el diputado de Assistència Municipal, Enric Adell (ERC).
«Discriminación positiva»
Pla ImpulsDipta reducirá en un 75% el volumen de trámites que actualmente se realizan entre las 51 ayudas que gestiona la Diputació, a la vez que también se dispara un 12% el volumen económico de las ayudas. Así, mientras que las operaciones que se tramitaron en el último mandato comportó la presentación de más de 9.000 solicitudes, con el nuevo sistema la previsión es la de eliminar tres de cada cuatro pasos porque los municipios no tendrán que concurrir por separado en cada convocatoria, sino que se hará un pack global mediante la firma de un único convenio, de forma que en 2027 se dejarán las comprobaciones en poco más de 2.000.
El gobierno provincial formado por ERC y PSC priorizará los criterios de menor población, el despoblamiento de los últimos años, la superficie y los núcleos separados de los municipios, así como factores de «compensación», para impulsar una «discriminación positiva» en favor de los pueblos «con menos recursos», según recalcó la presidenta de la Diputació, Noemí Llauradó (ERC).
Así, por ejemplo, hasta 2027 la localidad más pequeña de la provincia –Senan, con 47 habitantes– recibirá 10.650 euros por habitante hasta 2027, lo que significará un ingreso de 468.000 euros. Ulldemolins (1.603 por ciudadano y 655.000 en cuatro años) y Barberà de la Conca (1.317 y 640.000) son otros ejemplos de una inyección que, porcentualmente, será muy inferior en Tarragona y Reus. La capital tendrá 15,40 euros por habitante (dos millones hasta 2027), por los 16,80 y 1,8 millones de la capital del Baix Camp.
La Diputació financiará, asimismo, en un 98% las acciones «prioritarias» del Pla ImpulsDipta, que deberá destinarse en un mínimo del 5% a materia Cultural, un 10% a Salut Pública y un 15% a transición ecológica. Serán ejes estratégicos, por ejemplo, temas relacionados con el agua, la vivienda o la movilidad sostenible.
La previsión es que el plan se apruebe en abril en el pleno provincial, para que en verano se firmen los 190 convenios que definirán la cantidad que recibirán los municipios hasta 2027. La idea es que los ayuntamientos puedan empezar a cobrar a finales de este mismo año.