Pablo Picasso nació el 25 de octubre de 1881 y, en su honor, esta fecha se enmarca anualmente en el calendario como el Día Internacional de la Pintura. Aunque esta clase de celebraciones suelen pasar desapercibidas, no es el caso de Tarragona. La Escola d’Art i Disseny de la Diputació recoge pinceles y lienzos y traslada el arte a las calles de la ciudad. Esta fecha se conoce como Big Draw, una actividad que llena Tarragona de colores y pinturas. Ayer y hoy los alumnos de la escuela tienen la oportunidad de compartir su trabajo con cualquiera que salga a pasear por la Part Alta, con dibujos y creaciones de gran formato en diferentes espacios.
Dibujar como un niño
Esta edición del Big Draw pone de relieve el arte inherente en el juego. «El arte de jugar» es la temática escogida este año, y se ha visto reflejada en algunos de los talleres realizados ayer. Alumnos del curso de Ilustración y curiosos dibujaron en el suelo de la Rambla Nova, como si del juego de la rayuela se tratara, con tizas de colores. Los alumnos de Animación se sentaron en círculo alrededor de una persona y la dibujaron des de su perspectiva, creando así un dibujo colaborativo en 360 grados. El alambre fue el protagonista del taller de Joyería Artística, sus participantes convirtieron el perfil de las personas en obras de arte resiguiendo con alambre cada centímetro de piel.
Si algo tuvieron en común todos los talleres fue el interés que crearon entre su público, aunque la mayoría no se atrevía a romper con el rol de espectador, algunos más atrevidos se unieron al grupo de artistas y participaron de las creaciones de los alumnos. Si un taller llamó la atención al público fue el de la plaza de la Font. Los participantes pintaron unos cubos para crear humanos de cartón y colores imposibles, con una opción de cara, cuerpo y piernas por cada cara del cubo. Una conferencia sobre ilustración cerró el jueves de Big Draw, a cargo de Arnal Ballester.
Cada taller demuestra que el dibujo no es cosa de niños, que el talento no se pierde con los años, y que solo hace falta ponerle horas y dedicación. El mensaje de la escuela de arte es claro: con cualquier elemento se puede dibujar y cualquiera puede disfrutar del arte y el dibujo, si deja de preocuparse demasiado por los resultados. El arte se convierte en una forma de ver el mundo des de diferentes puntos de vista, a las personas fuera del marco de la vida diaria, de la falta de tiempo y las prisas. Es también un dia de unión entro los artistas, en un espacio común para compartir experiencias y técnicas.
Más expresión y menos técnica
La iniciativa se aprecia entre el público y también entre los alumnos. Mar Sendra y Noèlia Torres, ilustradoras, comentaban ayer la emoción de poder compartir creaciones propias. Sendra contaba la primera hora de Big Draw, des de la Rambla Nova, mientras un guitarrista se unía al día de la pintura con su forma artística personal: «Hemos creado el logo del Big Draw y lo hemos llenado de colores. Ahora llenamos la Rambla de ilustraciones libres y creativas, también de gente que se ha acercado a mirar que hacemos». Torres destacaba justamente la participación del público: «ha participado gente de las teresianas, que pasaba por la calle... dibujando lo que sale, si lo haces con ganas todo entra bien».
Ambas coinciden en la necesidad de iniciativas de revalorización del arte, pero también en que dos días no son suficientes. «El arte aquí está poco valorado, así que sirve para incentivar a que la gente cree. Es un método de expresión. Se debería hacer más, no sólo una vez al año» asegura Sendra, a lo que Torres añade que «dos días son pocos, porque no solo participamos nosotros, es un acto colaborativo». Puede que no sea un día de aplicar los conocimientos técnicos aprendidos en el aula, pero según Sendra es un día de «expresión, sin normas establecidas».
Viernes de dibujo
Hoy continúa el Big Draw con nuevos talleres y conferencias. Es el turno de los alumnos de Pintura, Fotografía y Publicitaria e Interactiva, más un taller con Sara Porras y una conferencia de Carme Solé.