Agentes de la Guardia Urbana de Tarragona denunciaron ayer a tres supermercados del centro y de la Part Baixa por vender bebidas alcohólicas fuera de horario. En concreto, se trata de un supermercado de la calle Pere Martell, uno de Apodaca y uno de la calle Pompeu Fabra. Las inspecciones se realizaron de jueves a viernes a las 23.40h, a las 23.55h y a las 01.54h. Una vez identificados los responsables de los establecimientos, agentes de la Guardia Urbana realizaron la denuncia y el Ayuntamiento de Tarragona tramitará la multa, que puede oscilar entre los 3.001 y los 15.000 euros.
«La Guardia Urbana intensificará los controles por la ciudad con el objetivo de impedir la venta nocturna de alcohol en las tiendas que abren 24 horas en el día», remarcó la consejera Sonia Orts.
La ley 20/1985, de prevención y asistencia en materia de sustancias que pueden generar dependencia especifica que no se pueden vender bebidas alcohólicas en ningún tipo de establecimiento, «desde las 22 horas a las 8 horas del día siguiente, salvo los establecimientos en que la venta de bebidas alcohólicas esté destinada a consumirlas en el interior del local», recordó la concejala.
Quejas vecinales
La medida llega justo después de que los vecinos de la Part Baixa se quejaran de las molestias que los clientes de estos establecimientos les generaban. Algunos de ellos lo hacían a través de fotos y vídeos en la redes sociales.
Maricarmen Puig, presidenta de la Associació de Veïns del Barri del Port, aseguraba que «la concentración de gente alrededor de los puntos de venta se ha convertido en un problema, ya que los clientes se quedan bebiendo en la calle, impidiendo el descanso de los vecinos».
Puig aseguraba que hay hasta en cinco locales que abren más allá del horario habitual y este tipo de negocio no deja de crecer un la zona, produciendo que mucha gente ebria acuda a este barrio. Las calles Apodaca, Rebolledo, y Orosi serían las que generan más problemas.
Para hacer frente a la situación, los vecinos recurren habitualmente a la Guàrdia Urbana, pero esta les habría transmitido que es difícil penar a los locales que venden alcohol si no se está presente en el momento de la transacción, algo que sí habrían conseguido en esta oportunidad.