Mi rincón favorito es la playa de la Savinosa, ya que de bien pequeño siempre ha sido la playa a la que he ido con la familia y con mis padres. Fuimos hasta los 13-14 años y luego ya cambiamos a Vilafortuny. Tengo el recuerdo de la infancia de ir allí con la peculiaridad de que la mitad de la playa era y es nudista, pero nosotros no íbamos a esa parte. Luego también íbamos a la Arrabassada, pero sin duda que la Savinosa es la playa y el lugar de mi infancia.
Lo que más recuerdo es ir allí y jugar a fútbol, a las palas y pelear contra la intensidad de las olas. Es un recuerdo muy bonito que tengo de pequeño.
Más recientemente, al vivir muy cerca de la zona, la disfruto de una manera diferente, haciendo otras actividades: aprovechando la playa para nadar, para disfrutar de la lectura y para actividades más sociales y tranquilas. Eso supone un regreso a la Savinosa que no solo destaco por cómo es en verano, sino que también la destaco por el gran atractivo que tiene en otras épocas como en invierno. En esta época hay mucha menos gente y puedes ir a pasear, a correr, hablar por teléfono con familiares que están lejos, como por ejemplo con mi hermano que está viviendo en Estados Unidos.
La Savinosa es una de las playas en las que se tiene ir con más cuidado de Tarragona por los remolinos que puede haber, por las corrientes y que alguna vez han dado algún susto a un bañista. Hay que ir con cuidado con las rocas y hasta hace unos meses estaba completamente dividida por los efectos del temporal Gloria.
Actualmente, como el tiempo es el que es, me permite disfrutar de la playa en meses que antes era imposible como por ejemplo en el mes de diciembre. Creo que es un lujo total que los tarraconenses tenemos que saber apreciar porque tenemos una gran suerte de tener una playa como la Savinosa.
