Si estos días estás en casa y te da envidia sana de ver a tus hijos estudiar... te doy la solución. La asignatura de historia te la voy a poner fácil. Selecciona cualquiera de las series históricas que abundan en los diversos canales o plataformas e ilústrate. Bueno, tal vez no sea la forma más fiable de hacerlo, pero oye, si no aprendes nada, al menos te vas a entretener un buen rato. Yo te propongo tres que seguro que no te van a defraudar.
Para realizar Los Medici, la RAI tiró la casa por la ventana. La serie se rodó en las localizaciones reales donde transcurre la historia, incluidas la plaza del Duomo o el Palazzo Vecchio de Florencia. La música que acompaña a la serie es otro punto fuerte a su favor. Dota a la producción de una fuerza narrativa muy potente. Los Medici es, en definitiva, una serie de gran calidad, aunque para ser histórica, digamos que el rigor muy, muy interiorizado no lo tiene.
La segunda temporada arranca cinco años después de la gran epidemia de peste en Sevilla, en un momento en que la ciudad sigue manteniendo el monopolio del comercio con las Indias y su prosperidad va en aumento. Pero también la población se dispara alcanzando unos máximos históricos. En ese contexto, el gobierno no es capaz de alimentar a sus habitantes ni de asegurarles unos servicios asistenciales mínimos. El descontento social crece y se cristaliza en el nacimiento de La Garduña, el crimen organizado, que toma el control.
Con un ambientación impecable La Peste consigue adentrarnos a lo largo de las dos temporadas en la Sevilla del siglo XVI. De hecho es tal su afán por reflejar a la perfección esa época que en la primera temporada los creadores recibieron alguna que otra crítica por la oscuridad que tenían sus capítulos. Pero oye, una vela alumbra lo que alumbra. Una joya de la ficción española muy recomendable en estos tiempos también de pandemia.
THE LAST KINGDOM. Este drama histórico producido por la BBC, que aquí emite Netflix, estrenará mañana su cuarta temporada. The Last Kingdom arranca la primera temporada en el año 872, cuando casi todos los reinos que hoy conocemos como Inglaterra han sido invadidos por los vikingos. Sólo permanece inexpugnable y desafiante el gran reino de Wessex bajo el mando del rey Alfredo el Grande. En este contexto turbulento vive Uhtred (Alexander Dreymon). Después de que sus padres, sajones nobles, fueran asesinados por los invasores, fue capturado y criado como uno de ellos. Obligado a elegir entre sus orígenes y el pueblo con el que ha crecido, su lealtad estará siempre a prueba. ¿Qué es? ¿Un sajón o un vikingo? En su búsqueda para reclamar sus derechos de nacimiento, Uhtred deberá recorrer un camino peligroso entre ambos bandos.
Su impresionante fotografía, sus grandes escenas de lucha y la excelente forma de narrar la historia hacen de The Last Kingdom una serie que merece la pena ver. Va creciendo a lo largo de sus cuatro temporadas y hace que pronto olvidemos la inevitable comparación con otra grande como es Vikingos, aunque al situarse prácticamente en la misma época y ser los vikingos parte fundamental de la trama sea imposible no hacerlo.
The Last Kingdom tiene una entidad propia muy marcada, con unas muy buenas interpretaciones. Espero que la cuarta temporada que está a punto de estrenarse, mantenga el nivel de las tres anteriores.