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El crimen en la cárcel de Tarragona: «Núria López no quería trabajar con ese interno y lo notificó, pero nadie le hizo caso»

Pablo Martínez, sobrino de la cocinera asesinada, sigue reclamando transparencia por lo ocurrido un año después. Quiere saber qué falló para que su tía muriera a manos de un preso con delitos de sangre

12 marzo 2025 20:16 | Actualizado a 12 marzo 2025 23:10
Se lee en 3 minutos
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Núria López murió asesinada en su puesto de trabajo, en las cocinas del centro penitenciario de Mas d’Enric, la cárcel de Tarragona. La tragedia ocurrió a primera hora de la tarde del 13 de marzo de 2024. Un preso con delitos de sangre mató con un cuchillo de cocina a esta cocinera de 48 años. El autor se suicidó con el mismo cuchillo. Encontraron a ambos cadáveres dentro de la cámara frigorífica, lugar donde se perpetró el crimen.

$!Núria y Fiona, en una imagen cedida por la familia.

«Ella manifestó en numerosas ocasiones que no lo quería en las cocinas, pero nadie la escuchó», dice su sobrino, Pablo Martínez. La presencia del interno que la asesinó no debería haber ocurrido nunca, remarca.

Núria López llevaba ocho años trabajando en el centro penitenciario de Mas d’Enric. La había contratado el CIRE (Centro de Iniciativas para la Reinserción), una empresa pública que intenta dar una segunda oportunidad a los internos a través de formación y trabajo. Vivía en Vilallonga del Camp, en un piso con su perra Fiona, su fiel compañera.

$!El crimen en la cárcel de Tarragona: «Núria López no quería trabajar con ese interno y lo notificó, pero nadie le hizo caso»

El homenaje

Las protestas y las reclamaciones de trabajadores, funcionarios y sindicatos de prisiones durante estos doce meses se han cumplido a medias. Las dimisiones exigidas a la entonces consellera de Justícia, Gemma Ubasart, y al secretario de Mesures Penals, Amand Calderó, no se produjeron.

El asesinato sigue muy presente entre el personal del centro penitenciario ubicado en El Catllar. Este jueves día 13 se rendirá un tributo en honor de Núria con la presencia de familiares, amigos y funcionarios de la cárcel.

“Estoy recopilando información para presentar una demanda contra el Departament de Justícia”, Pablo Martínez sobrino de la víctima

El homenaje será un acto privado, sin prensa. Se descubrirá una placa en su recuerdo y su sobrino Pablo leerá unas palabras en recuerdo de la asesinada.

Paralelamente, se ha convocado un minuto de silencio en la entrada de la cárcel de Tarragona. El mismo acto se celebrará en todas las prisiones de Catalunya. Los actos programados en honor a Núria López han sido coordinados con la Secretaria de Mesures Penals, Reinserció i Atenció a la Víctima del Departament de Justícia. Las relaciones entre el Departament y la familia se han reconducido tras el cambio en el Govern de la Generalitat.

La llamada

A nadie se le olvida que ha sido un año de reivindicaciones para mejorar el sistema penitenciario catalán en lo referente a la reinserción y a la seguridad. Ha sido un año de mucha tristeza y rabia en la familia de esta cocinera de 48 años natural de L’Hospitalet de Llobregat.

Pablo se ha erigido en el portavoz de la familia desde el primer minuto. El sobrino de Núria recibió la notificación de su muerte, el 13 de marzo de 2024. «Estaba haciendo la cena para mi mujer y mi hijo. Recibí una llamada de un amigo que trabaja en Mas d’Enric», explica. Tomó el teléfono pensando que su amigo había sufrido una avería en la carretera, pero el tono de su voz y la frase lo dejaron helado: «Pablo, te llamo en nombre de la cárcel y te paso con los Mossos, que quieren hablar contigo». Pablo se quedó mudo.

Lo peor vino a continuación cuando le pidieron que se acercara a la comisaría de Mossos más cercana para hablar con él. En la comisaría le dijeron lo que nadie quiere escuchar: su tía había sido asesinada; el autor, un preso, se había suicidado a continuación.

“Quiero que la muerte de Núria no caiga en saco roto y ayude a mejorar la seguridad de las cárceles catalanas”, Pablo Martínez sobrino de la víctima

«Quedé en shock», recuerda Pablo, que aún tiene muy presente a su tía porque la considera su «hermana mayor» por los pocos años que se llevaban.

«Quiero que su muerte no quede en saco roto y que sirva para mejorar la seguridad en las prisiones catalanas», añade.

Pablo fue el encargado de transmitir la noticia al resto de la familia. Con mucho tacto, puesto que habían sufrido muertes dolorosas recientes y había cuadros de salud muy delicados, como el de su madre, la hermana de Núria. Algunos, todavía están hoy muy afectados por lo ocurrido y requieren apoyo psicológico.

Núria fue incinerada pocos días después del crimen. Su familia y amigos más cercanos pudieron despedirla lejos de los focos mediáticos, en el tanatorio de L’Hospitalet de Llobregat.

Tras despedirla en la intimidad familiar, Pablo lleva el duelo por la muerte de su tía a su manera y ha decidido ser una persona activa. Quiere apoyar y participar en aquellos actos convocados por los trabajadores y funcionarios de prisiones para cambiar las reglas del sistema penitenciario y que la muerte de su tía Núria sea la última.

En este largo e intenso año ha participado en las concentraciones reivindicativas en los accesos de la prisión de Mas d’Enric, en las protestas de Madrid y Barcelona, y también ha intentado, sin éxito, desahogarse con el expresidente Pere Aragonès y la exconsellera Gemma Ubasart. Pablo intentó que Ubasart presentara su dimisión, como también reclamó la del secretario de Mesures Penals, Amand Calderó.

No pasó nada. Los deseos de la familia estaban secundados por sindicatos de prisiones que durante este tiempo han señalado a los políticos como principales responsables de los fallos de seguridad y de protocolo en la reinserción de los presos.

En septiembre, los tribunales archivaron la denuncia penal contra el Departament de Justícia y los jueces dictaron que el único culpable era el preso que la asesinó.

Pablo Martínez afirma que está recopilando «información para presentar una demanda» contra el Departament de Justícia. «Solo queremos saber lo que pasó y lo que falló para que no se repita más un asesinato como el de Núria», sentencia.

$!Camiseta con imágenes de la cocinera Núria López. Foto cedida por la familia

Los familiares no han recibido ninguna indemnización por la muerte de Núria. Incluso los gastos derivados del tanatorio, funeral e incineración han corrido a cargo de la familia.

Con el cambio de Govern, el conseller Ramon Espadaler asumió Justícia y ha pretendido desde entonces rebajar la tensión con la familia de Núria López. Incluso hubo un acto de reconocimiento en la festividad de la Mercè, donde se le concedió una placa.

Aunque el diálogo entre la conselleria y los familiares de la cocinera asesinada se ha reabierto, Pablo reitera que su lucha continuará para corregir los errores del sistema penitenciario y que el crimen de su tía no quede en el olvido.

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