Reconoce Manel González Peris, jefe de la Unitat Medicina de l’esport de la Xarxa Santa Tecla, que cada Concurs de Castells se promete a sí mismo que éste será el último. Pero dice que también hay un lado positivo: esa tensión que confiesa que siente «pese a que ya estoy por jubilarme» es la que mueve a todo el grupo que lidera a prepararlo todo cada vez con más detalle.
El equipo se encarga de la atención médica del concurso desde el año 1996 y desde entonces han aprendido mucho. Lo cuenta Joan Maria Adserà, director general Xarxa Santa Tecla (que está con su colla pero pasa a saludar). Recuerda que comenzaron atendiendo en la enfermería de la entonces plaza de toros.
Pero, comencemos por el principio. Antes de llegar al punto en que un casteller es atendido en el hospital de campaña instalado en un extremo de la plaza, se pone en marcha todo un dispositivo que comienza con el responsable médico de cada colla (llevan un brazalete de color fosforito) pidiendo que entren las asistencias. Hasta entonces nadie se mueve.
A vuelo de pájaro
Mientras, en la zona más alta de las gradas, todo es visto desde arriba por los miembros del CECOR, el centro de coordinación, donde hay responsables de Protecció Civil, Creu Roja Guàrdia Urbana y Mossos d’Esquadra.
Cuenta Lluís Mangrané, jefe del dispositivo de Proteció Civil (lleva más de 20 años trabajando el día del Concurs), que es muy importante tener una visión desde arriba porque a pie de plaza cuesta mucho orientarse para entrar a atender a un herido. De hecho, equipados con prismáticos, los voluntarios de Protección Civil se encargan de orientar por radio a las asistencias médicas entre el mar de camisas de colores.
En el evento hay 40 voluntarios de Protecció Civil de diferentes puntos de la provincia. Acompañan a los equipos médicos en la arena, pero también se encuentran entre el público para atender cualquier emergencia. Generalmente suele tratarse de mareos o golpes de calor.
Los encargados de trasladar a los lesionados hasta el hospital de campaña son los miembros de Creu Roja, como explica Joan Carles Castellví, responsable por parte de esta organización. En un día como este cuentan con 70 personas trabajando de Tarragona y Barcelona.
En una de las ‘bocas’ de la plaza se les ve preparados con las camillas y los collarines. Si hiciera falta, ellos también son los responsables de trasladar a los accidentados hasta el Hopsital de Santa Tecla donde hay preparado otro operativo para recibir a los posibles heridos. En el dispositivo, además, hay preparadas dos ambulancias de cuidados intensivos.
Médicos especialistas
Con todo, explica Manel González Peris, responsable médico del operativo sanitario, la mayor parte de las veces se trata de lesiones leves del tren superior, con lo cual a algunos pacientes, después de unas primeras atenciones o de hacer radiografías, se les da el alta y se les regresa a la plaza. Si las lesiones fueran de más gravedad entonces también están preparados para hacer traslados a hospitales más especializados.
A cada paciente que llega al hospital se le coloca una pulsera que permite hacer seguimiento de su situación en todo momento. Para ello también hay trabajando informáticos y administrativos. Igual que con cualquier otro paciente, su identidad y condición de salud se preservan en todo momento. En el dispositivo hay nueve equipos de médicos y enfermeras expertos en traumatología, urgencias y cuidados intensivos.
Al final, durante la jornada de hoy se han realizado 149 atenciones sanitarias y 25 derivaciones hospitalarias. 17 de los atendidos han regresado a la plaza.
Hasta el dron de la Urbana
En lo que se refiere a la seguridad, la complejidad también es más que notable, como hacen ver los responsables del dispositivo de la Guàrdia Urbana de Tarragona que para esta oportunidad trabaja junto a los Mossos d’Esquadra. Se trata de responder a cualquier amenaza de un evento de grandes dimensiones porque, recuerdan, seguimos en el nivel 4 (sobre 5) de alerta anti terrorista.
Toca, además, controlar los accesos al recinto, el tráfico en la zona y garantizar la seguridad de las autoridades que asisten.
Esta es una de las razones por las que al operativo han sumado a la unidad de dron de la Guàrdia Urbana que, desde el aire, ha vigilado uno de los momentos clave. Uno de ellos ha sido la entrada, a la misma hora, de las collas y de las autoridades. Las imágenes también están conectadas con el centro de coordinación.
En lo que se refiere a la prevención de agresiones machistas y LGTBIQ+ hay cinco personas. A algunas las vemos moverse entre el público y otras atienden en la parada que hay en el exterior. «De lo que se trata es de hacernos visibles por si nos necesitan», explican, a la par que confirman que las jornadas están siendo tranquilas en este sentido, por lo que han aprovechado para hacer prevención.
Pero la lista de quienes apenas pueden mirar lo que está pasando en la arena es mucho más larga. El director del concurso, Xavier Gonzàlez, nos deja pasar por un momento a la zona donde funciona el equivalente a un VAR de los que se usan en el fútbol para confirmar las jugadas.
Contamos tres monitores divididos en un montón de cuadros con perspectivas diferentes. Y es que el concurso tiene su propio equipo de realización de vídeo y a él recurren los jueces cuando hay dudas. Justo a su lado están las personas que van ‘alimentando’ la web y la App en directo.
Además de la organización como tal queda por nombrar toda una legión de personas anónimas trabajando, como los del control de accesos, prensa, los proveedores de wifi, los encargados de los bares o la señora que se empeñaba de manera, casi infructuosa, de limpiar uno de los baños siempre abarrotado.
desde lo alto para poder orientarse entre la gente
La otra legión invisible del concurso son los medios de comunicación que han venido a cubrirlo. En esta ocasión había unos 400 periodistas acreditados de 30 medios de 15 países diferentes.
En medio de una pausa encontramos a un grupo del canal de televisión franco-alemán Arte.tv. Hugo Lenoir, realizador, reconoce estar alucinando «aunque sufro por la enxaneta».
Eileen Truax, periodista mejicana ahora afincada en Barcelona, está preparando un documental sobre las mujeres de los Castellers de Sants. Reconoce que la primera vez que vio castells «casi me muero».
Entre los medios locales el despliegue ha sido notable, y entre los internacionales estaba incluso un equipo de National Geografic.
Hay que tener en cuenta, además, que muchas collas castelleras tienen sus propios periodistas, como cuenta Carol Martín, que conduce un programa de radio de los Capgrossos de Mataró.
Ha venido, también, más de un nombre reconocido, como el del fotógrafo Emilio Morenatti (dos premios Pulitzer) que explica que no es su primer Concurs de Castells. Se trata, dice, de un espectáculo muy visual que «se publica muy bien en el exterior» en especial en Estados Unidos.