Hay días en que el Parc de la Ciutat se ve espléndido. Este domingo fue uno de estos días, y suele coincidir con que hay una actividad del proyecto ‘La Guingueta: Espai educatiu i familiar’. En esta ocasión fue la Castanyada Party, que se suma a las muchas realizadas durante los últimos meses y las que quedan. De esta manera, con decenas de niños jugando, el corazón verde de Tarragona se convierte en un espacio vivo.
Las protagonistas fueron las castañas. Elisa García, responsable del proyecto explicaba que el objetivo es «que el Parc de la Ciutat se coniverta en un espacio educativo y familiar para que vengan las familias, que puedan compartir momentos con otras familias y que los niños puedan jugar en diferentes espacios», a la vez que añadía que «hay actividades de psicomotricidad, otras de construcciones, de múscia, de circo, etc., y talleres, que en cada edición tiene una temática diferente».
Así,el taller de la mañana de ayer consistió en cocinar castañas y preparar las papelinas. Otro de los responsables del proyecto, Antonio Carmona explicaba que la agrupación escolta Fent Camí era la encargada de cocer las castañas, a quienes les cedieron el espacio y se llevaban los beneficios de las ventas. «También intentamos dar a conocer diferentes entidades de la ciudad», señalaba Carmona.
A todo esto, García también aseguraba que la idea de La Guingueta también es dar vida al Parc de la Ciutat, «pues nos venían las familias diciéndonos que estaba muy vacío y no se le daba mucho uso, y lo cierto es que todas están muy contentas de que haya actividades para los pequeños».
La Guingueta nace al querer recuperar el proyecto que en su momento iniciaron la asociación de madres Les Tecletes, con la idea de llenar de actividades el Parc de la Ciutat. El Institut Municipal d’Educació (IMET) cogió las riendas, y juntamente con la Cooperativa Gamlab organizan las diferentes jornadas.
Xavi Martínez, con su hijo Pau, de un año y medio, estaban jugando en una de las muchas actividades montadas ayer en el Parc de la Ciutat. Son vecinos de la zona, viven a 10 minutos, y Martínez, que aseguraba que ya era la segunda vez que acudían a una fiesta de La Guingueta, celebraba que «está muy bien, los niños difrutan mucho y pasan una mañana muy divertida, y ahora nos iremos a comer panellets». Asimismo, ve muy bien que se de tanta vitalidad a la zona con este proyecto.
