A mediados de esta semana, Renfe llevará a cabo los trabajos de adaptación del vestíbulo de la estación de Sant Vicenç de Calders para conseguir un espacio diáfano, con más confort para los viajeros durante los tiempos de espera de los autobuses cuando las condiciones meteorológicas así lo aconsejen. La actuación consistirá, principalmente, en desmontar los controles de acceso de la estación, ya que suponen una barrera física que impide acomodar de manera ordenada la afluencia de viajeros.
Mientras duren las obras en el túnel de Roda de Berà, que convierten Sant Vicenç de Calders en el punto nodal principal del plan alternativo de transporte de Renfe, los equipos de ticketing de validación se instalarán en el exterior del vestíbulo.
Esta nueva medida tiene como objetivo seguir mejorando el plan alternativo de transporte que estará operativo en los servicios Regionales sur hasta el 2 de marzo debido a las obras que Adif está ejecutando entre Sant Vicenç de Calders y Tarragona.
Asimismo, la compañía asegura que mantiene «el compromiso de seguir analizando aquellas iniciativas que permitan mejorar la operativa y programación, que permanecerá activa durante cinco meses».