La ciudad dio ayer el primer paso para poner en marcha un nuevo modelo de limpieza y recogida de basura. El pleno municipal aprobó el pliego para licitar el nuevo contrato que sustituirá el actual que ha cumplido ya 20 años de vigencia. El concejal de Neteja Pública, Jordi Fortuny, para escenificar la extensión y complejidad del nuevo servicio, llevó al pleno los ocho tomos (más de 2.000 páginas) que lo contienen. He aquí cinco claves que pueden ayudar a entender cómo deberá cambiar la gestión de los residuos en la ciudad en los próximos años.
1. El modelo de recogida
En lo que atañe a los ciudadanos, el nuevo contrato contempla seguir implementando progresivamente el cierre de contenedores como ya se ha hecho en la prueba piloto en algunos barrios de la ciudad. Fortuny aclaró, eso sí, que debido a su complejidad será un proceso progresivo que seguramente se completará entre los años 2024 y 2025.
La excepción, no obstante, estará en la Part Alta, donde se plantea una recogida puerta a puerta con cubos domésticos que estarán identificados con un código. La intención es que en todas las casas haya una tarjeta identificativa.
El objetivo principal es aumentar el porcentaje de recogida selectiva, actualmente en el 37%, al 65%, lo que supondrá un ahorro sustancial por lo que cuesta la incineración. Además, la valorización de residuos (lo que pagan empresas que se dedican al reciclaje de vidrio o papel, por ejemplo) la cobrará el municipio y no la empresa como hasta ahora. Entre el ahorro por lo que se deja de incinerar y la valorización, las arcas municipales contarían con más de tres millones cada año.
En el contrato se contempla también terminar de eliminar los contenedores soterrados. Se tratará de aprovechar el mayor número posible de contenedores de servicio actuales y se incluirán contenedores de ropa y de aceite usado.
2. Economía circular
Hay distintas medidas que favorecerán la reducción de la generación de residuos y la economía circular. Un ejemplo son las Deixalleries Municipals (que serán permanentemente vigiladas) y que se encargarán de preparar muebles y otros elementos para su reutilización.
Habrá, además, un equipo que se encargará de evitar el desperdicio alimentario. Buscarán los alimentos en los establecimientos que se adhieran y los llevarán a entidades de la ciudad.
3. La limpieza
En lo que se refiere a la limpieza, se definirán zonas de más o menos intensidad en función de número de habitantes y usos. A diferencia del contrato actual, se contempla reforzar el servicio durante los meses de verano.
También habrá un personal dedicado específicamente a limpiar playas y caminos que trabajará durante todo el año. Además, la limpieza manual de las playas correrá a cargo de centros especiales de trabajo.
Existirán distintas brigadas de limpieza dedicadas a servicios específicos como la limpieza de puntos donde habitualmente se encuentran excrementos de palomas y estorninos, a la limpieza de pintadas.
Tanto en la limpieza como en la recogida de residuos, no es obligatorio usar vehículos no contaminantes, aunque sí se ‘premiará’ a las empresas concursantes que propongan utilizar vehículos eléctricos o con pila de hidrógeno que, además, produzcan menos ruido.
4. El contrato
Desde la publicación del anuncio de licitación (seguramente la semana que viene) las empresas interesadas tendrán 70 días para presentar sus ofertas. La previsión es que el servicio esté adjudicado antes de que venza el contrato actual el 28 de abril de 2023. En caso de que no se haya logrado la adjudicación la empresa actual seguirá prestando el servicio.
El nuevo contrato, el de mayor cuantía para las arcas municipales, será por 200 millones de euros y estará vigente por 9 años no prorrogables. Todo el personal actual será subrogado. La elaboración del mismo ha estado a cargo del equipo de Neteja Pública municipal cuyo trabajo elogiaron ayer los distintos grupos municipales.
Para elaborarlo se consultó su opinión en un proceso abierto a 2.943 ciudadanos, se estudió el caso de otras ciudades y se vieron las novedades técnicas que hay en el mercado.
5. Control y transparencia
El nuevo contrato está dividido en cinco lotes: transporte y recogida de residuos municipales, de limpieza viaria y de información y educación ambiental (19 M€/año); limpieza de playas, solares, terrenos y caminos municipales (892 mil €/año); gestión de la deixalleria municipal (592 mil €/año) control de ejecución del servicio y calidad del servicio (225 mil €/año) y plataforma inteligente de ciudad (157 mil €/año).
Justamente los dos últimos lotes son los que implican más novedades. Habrá un personal encargado solo de controlar del cumplimiento del contrato. Una vez se certifique que se ha hecho un servicio y que se ha hecho de forma eficiente, se abonará la factura.
En el último punto está prevista la creación de una plataforma de inteligencia artificial que permitirá aglutinar todos los datos de la recogida y analizarlos.
Al lote de las Deixalleries solo se podrán presentar centros especiales de trabajo (emplean a personas con discapacidad) y al lote dedicado al control no se podrán presentar las empresas que se encarguen de la gestión.
a toda la ciudad
La licitación del contrato de la basura se aprobó en el pleno con los votos a favor de todos los grupos políticos menos el PP, Ciutadans y En Comú Podem que se abstuvieron.
La concejala no adscrita, Sonia Orts, y la concejala del PSC, Sandra Ramos, reprocharon a la CUP su voto a favor del contrato. «La internalización del servicio de limpieza era su caballo de batalla, ahora se han comido un sapo», manifestó Ramos.
La concejala cupaire, Eva Miguel, defendió por su parte que el nuevo contrato marca los pasos para avanzar hacia su municipalización. «Tenemos que tener la hoja de ruta, no estaremos satisfechas hasta la internalización», señaló.
Por su parte, la concejal de ECP, Àngels Pérez, también defendió que es necesaria la internalización del servicio y que la alternativa es la creación de una empresa pública porque la limpieza, afirmó, es una cuestión de salud pública «esencial».