Yassine Ouhdadi nació en Marruecos en 1994. Con solo seis años emigró a Tortosa con su familia en busca de una vida mejor. Nació con cataratas congénitas, una enfermedad que le provocó una ceguera total en el ojo izquierdo y que solo tenga una visión del 14% en el derecho. Ouhdadi ya fue campeón en Tokio 2020 y este año repitió en París.
Enhorabuena por su doble medalla de oro. ¿Qué sintió al ganarlas?
Mucha alegría sobre todo. Pensé en todo el esfuerzo y el sacrificio de los entrenamientos previos a los juegos. Es una satisfacción, un orgullo, cruzar la meta y ver que has ganado. En ese momento no te lo puedes creer.
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Llegar a los Juegos ya tiene un gran mérito.
Poder participar en los juegos es un momento muy especial. La verdad es que estoy súper contento de volver de Tokio con una medalla de oro. Es una satisfacción, un orgullo, que todos los esfuerzos que he hecho hayan valido la pena.
También ha triunfado en mundiales de atletismo.
He participado en los de París, Kobe (Japón) y Dubái. En París y Kobe fui campeón y en Dubái, subcampeón. La verdad es que estoy contento. Todos estos resultados me motivan a seguir adelante y luchar por otros objetivos.
Es atleta, pero le apasiona el fútbol. Ser futbolista era su sueño.
Sí, jugaba con amigos, pero probé el atletismo y me gustó mucho. Empecé en 2015, pero no me dediqué profesionalmente hasta 2019. No me arrepiento en absoluto de haber cambiado el fútbol por el atletismo porque me ha dado muchas alegrías. Estoy disfrutando porque hago lo que me gusta y espero continuar disfrutando.
Su hermano Omar ha conseguido ser futbolista. Juega en el Bergantiños de Segunda RFEF.
Sí. Cuando éramos niños, siempre jugábamos juntos. Lo está haciendo bastante bien y esperamos que vaya subiendo de categoría. Nosotros le animamos. Está contento que es lo más importante porque hace lo que le gusta y disfruta.
También vivió en Francia.
Mis padres se marcharon a Francia en 2014 y dos años más tarde fui yo y estuve dos años. El primer año me inscribí en un club de atletismo. Me sirvió para aprender el idioma porque yo no hablaba francés.
Y para conocer a gente.
El hecho de ir a un club de atletismo a entrenar e intentar relacionarte con la gente, conocer otras personas, me ayudó mucho para avanzar y aprender el idioma. En 2019 volví aquí para formar parte de la selección española. No hemos parado hasta ahora y esperamos continuar unos cuántos años más defendiendo a la Selección Española.
Tocará seguir entrenando duro.
En el atletismo tienes que hacer mucho sacrificio, mucho esfuerzo y, sobre todo, tener mucha disciplina. Pero cuando haces todo esto y ves que los resultados van saliendo es una motivación extra porque hay momentos que son difíciles, en que no tienes ganas de entrenar, pero piensas que si antes me ha salido bien, por qué no voy a hacer lo mismo.