¿Cuál es el objetivo de Col·lectiu Cultura?
Visibilizar y dignificar a los profesionales de la cultura que trabajamos en las ruralidades (artistas, gestores culturales, técnicos, espacios de creación...). Es un proyecto que empieza en Terres de l’Ebre y que es replicable a otras zonas. Es una red en línea, un directorio que te ofrece encontrar a los profesionales que necesitas sin tener que contratarlos en Barcelona, que es lo que se suele hacer.
¿Barcelona lo fagocita todo?
Creo que el dinero lo fagocita todo. La búsqueda de la productividad y el retorno inmediato están generando ir a resultados, por lo que se pierde por el camino el alma de los proyectos. El centralismo claramente viene desde las políticas culturales, aunque se vislumbran posibles estrategias de descentralización.
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Aparte del centralismo político, ¿existe un centralismo cultural en Barcelona?
Claramente, los presupuestos se deciden desde la centralidad, y, lo que es peor, desde el desconocimiento de quiénes somos y qué necesitamos en realidad.
¿En Tarragona también hay centralismo respecto al resto de la demarcación?
La Diputació de Tarragona está haciendo un gran trabajo territorial. El área de cultura tiene estrategias muy alineadas con las necesidades del sector cultural de la provincia. Realmente tenemos suerte de tener un equipo atento y dialogante.
Usted también impulsa la marca Festivals Terres de l’Ebre (FTE).
A partir de analizar y descubrir la tipología de profesionales, lo que hacemos es conocer sus necesidades y objetivos. Con esto hacemos propuestas que generen valor, como la marca Festivals Terres de l’Ebre. Es una marca joven formada por 16 festivales de diferentes disciplinas y que incluye festivales de gran relevancia como Eufònic, A Cel Obert, Deltebre Dansa...
¿Qué busca FTE?
Lo que trabajamos desde la marca es el reconocimiento territorial de cultura de alto nivel. Somos más que un territorio gastronómico y de paisaje. Buscamos financiación conjunta que nos ayude a hacer acciones de sostenibilidad, como la contratación de un bus que nos lleve a otras comarcas y así generar acceso a la cultura, disminución de la siniestralidad, etc.
La iniciativa ha recibido varios reconocimientos.
Tanto Col·lectiu Cultura como Festivals Terres de l’Ebre han sido finalistas de los premios Impulsa Cultura de la Fundació Catalunya Cultura. FTE recibió una mención especial. Con FTE hemos sido finalistas también de los Premios Emprèn de la Diputació, así como referencia y argumento para la realización del pasado Foro de Cultura y Ruralidades, que organiza el Ministerio de Cultura.
¿Cuesta dar a conocer determinados festivales?
Lo que cuesta dar a conocer es el gran valor de los festivales y las actividades culturales que pasan en el territorio. Cada comarca, cada municipio, genera muchas actividades culturales, pero la movilidad y accesibilidad limitan poder disfrutarlas.
¿Ha cuantificado el impacto socieconómico de la cultura en Terres de l’Ebre?
Gracias al trabajo que realizamos desde la marca, hemos podido valorar el impacto cuantitativo y cualitativo de los 16 festivales en los dos últimos años. En 2024, el retorno directo (el presupuesto de los festivales) llegó a los 2 millones de €, sin tener en cuenta el impacto que generaron los más de 97.000 asistentes.
