El Institut Escola Mediterrani es, desde hace años, una ‘Comunidad de Aprendizaje’. Según explica su directora, Cristina Lara, se trata de «un proyecto dirigido a la transformación social y educativa de la comunidad basado en las teorías científicas a nivel internacional que destacan dos factores claves para el aprendizaje en la sociedad actual: las interacciones y la participación de la comunidad».
Sigue Lara, «el proyecto se basa en la implementación de un conjunto de actuaciones educativas de éxito fundamentadas en el aprendizaje dialógico y hacia la excelencia educativa. Los objetivos que se persiguen son mejorar el rendimiento académico y la cohesión social y la convivencia».
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Unos objetivos que el Institut Mediterrani cumple con creces. Con la ayuda de las familias y aplicando el diálogo en todos los ámbitos: «La comunidad, en especial las familias, es una pieza importante en el proyecto de comunidades de aprendizaje. Partimos de la premisa de que para mejorar el aprendizaje de los niños y niñas, se deben aumentar tanto el número de interacciones que vive el niño o niña, como la calidad de estas interacciones en un plano de diálogo igualitario», comenta la directora.
«Con su participación y compromiso, los voluntarios contribuyen a la mejora de los resultados y de la convivencia». Cristina Lara
En esas «interacciones» juega un papel clave el voluntarios. Lara: «El voluntariado son personas de la comunidad, entre éstas familiares, exalumnos/as, personas del barrio, miembros de asociaciones del barrio, estudiantes en prácticas, otros profesionales vinculados al barrio y a la comunidad, etc., que, con su participación y compromiso en el centro, contribuyen a la mejora de los resultados y de la convivencia en general».
Formación de familiares
En la practica ese voluntariado se plasma en que «el conjunto de familias y otros voluntarios pueden participar de todas las actuaciones educativas de éxito, aumentando así el número de interacciones que viven los alumnos. Interacciones impregnadas de sentido, puesto que a menudo son familiares, u otros miembros de su comunidad».
«El diálogo tiene que estar basado en una relación de igualdad y no de poder». Cristina Lara
El Institut Escola Mediterrani se caracteriza por la formación de los familiares de los alumnos. «Los cursos de formación de familiares nacen en la primera asamblea de familiares que llevamos a cabo cada inicio de curso. La necesidad de formación empieza desde el momento que las familias deciden ampliar sus conocimientos e intereses académicos, ya sea para ampliar su propia formación, disponer de más oportunidades laborales, aprender la lengua o ayudar en los deberes a sus hijos e hijas», dice la directora,
En el curso actual se imparten a las familias clases de catalán básico, castellano oral y escrito, tertulias literarias dialógicas con adultos o graduado en Secundaria. En años anteriores las familias habían pedido recibir clases de informática e inglés, entre otras materias.
El denominado modelo dialógico de resolución de conflictos es otra de las apuestas del colegio. Lara: «Es un modelo para prevenir y abordar conflictos a través del diálogo igualitario que involucra a toda la comunidad. El objetivo es crear un centro libre de violencia y que la escuela y el instituto se conviertan en un entorno seguro para estudiar y aprender».
Está en contacto estrecho con las entidades del barrio y la fundación ONADA
«Lo trabajamos día a día en nuestras aulas a través de las Tertulias Literarias Dialógicas y las Tertulias Pedagógicas Dialógicas. También a través del Club de los Valientes, con el que queremos empoderar a los alumnos para que se posicionen siempre con la víctima y la protejan denunciando y buscando ayuda. También aprenden a rechazar la violencia y todas aquellas conductas violentas que puedan fomentar el acoso», enumera la directora.
Inteligencia cultural
Cuenta con un ‘Club de los Valientes’ para denunciar el bullying y buscar ayuda
Lara recuerda que «según la concepción dialógica del aprendizaje, para aprender las personas necesitamos de situaciones de interacción. Pero no solo necesitamos un gran número de interacciones, y que estas sean diversas, sino que además el diálogo que se establezca tiene que estar basado en una relación de igualdad y no de poder, lo que significa que todos y todas tenemos conocimiento que aportar, reconociendo así la inteligencia cultural en todas las personas. Mediante el diálogo transformamos las relaciones, nuestro entorno y nuestro propio conocimiento».
El centro imparte clases de castellano y catalán a las familias de los alumnos/as
El centro está en contacto estrecho con las entidades del barrio. «La participación de la comunidad puede involucrar a diferentes asociaciones, entidades, etc. Entre éstas, colaboramos con la Asociación Gitana de Campclar, y tenemos un vínculo estrecho con Fundación ONADA, desde la cual diferentes adultos del centro participan en los Grupos Interactivos de Educación Infantil colaborando y ayudando en las aulas y el huerto. Además, y principalmente, de una estrecha relación y colaboración con la Facultat de Pedagogia de la URV, y concretamente la Dra. Carme Garcia (vicedecana actualmente) y su equipo», detalla Cristina Lara.
