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Agustí Serra: «La eficiencia territorial pasa por una gobernanza común»

A partir de 2026 está prevista la entrada en vigor del Pla Director Urbanístic del Sistema Metropolità del Camp de Tarragona, que ha iniciado su fase de redacción

03 marzo 2023 21:51 | Actualizado a 04 marzo 2023 06:00
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El director general de Ordenació del Territori i Urbanisme de la Generalitat habla del futuro Pla Director Urbanístic (PDU) metropolità del Camp de Tarragona, ahora en fase de redacción tras una primera diagnosis participativa. En este se incluye Tarragona, Reus, Cambrils, Salou, La Canonja, Constantí y Vila-seca.

¿Este plan director del Camp de Tarragona es el embrión de esta futura área metropolitana de la cual hace tanto tiempo que se habla?

Efectivamente. De hecho, lo que tenemos ahora es la concreción de una serie de directrices de planeamiento de este ámbito metropolitano, en las que hemos podido reflexionar antes de empezar a planificar, desde un punto de vista académico y con una participación transversal. Todo esto nos ha permitido concretar una serie de directrices y un material, de forma que ahora podremos empezar a planificar no desde una hoja en blanco, sino teniendo en cuenta una serie de consideraciones que han sido debatidas previamente.

¿Qué dice esta primera diagnosis?

Nos viene a concretar que el ámbito metropolitano del Camp de Tarragona ha sido muy transformado y tiene una gran complejidad, lo que es consecuencia de una serie de acciones que no se han coordinado, fruto de una visión muy localista. Este es un elemento común en el conjunto de Catalunya, pero en un sistema urbano como este no debería pasar, ya que crea discontinuidades, mucha dispersión y unas lógicas territoriales ineficientes.

¿En qué se concreta esta ineficiencia?

Por ejemplo en aspectos vinculados a la movilidad intermunicipal o la fragmentación de los espacios agrarios. Una de las principales conclusiones es que todavía coge más fuerza la necesidad urgente de hacer una planificación conjunta de los seis municipios, Cambrils incluido.

¿Por qué seis municipios en lugar de coger toda la delimitación geográfica tradicional del Camp de Tarragona?

Porque pensamos que estos seis municipios conforman un continuo y, sobre todo, tanto por sus dimensiones como por su posición, tienen una interacción más directa. Es evidente que este plan director debe hacerse con una mirada amplia, teniendo en cuenta qué pasa más allá de la delimitación de cada una de estas poblaciones. Lo recomendable sería hacer un planeamiento conjunto, pero en todo caso este plan director fijará unos denominadores comunes desde el punto de vista de los asentamientos urbanos, de las infraestructuras y del tratamiento de los espacios abiertos. Esto no es tan necesario en cuanto al resto de municipios que conforman la conurbación metropolitana.

$!Vista aérea de la ciudad de Tarragona. Foto: Pere Ferré

Entre las cosas que se ponen de manifiesto está la escasa competitividad del transporte público en esta área metropolitana. ¿Esto debe cambiar con el TramCamp?

Efectivamente esto debe cambiar con el TramCamp, que es un elemento muy importante para favorecer la movilidad en transporte público, pero es insuficiente. Actualmente la movilidad del Camp de Tarragona se fundamenta en el vehículo privado. Esto es un elemento de debilidad notable desde el punto de vista de las dotaciones infraestructurales y la falta de una movilidad activa alternativa, como pueden ser los desplazamientos a pie o en bicicleta.

Es una situación anómala respeto a otros territorios, teniendo en cuenta que son municipios con una alta demanda en verano a causa del turismo

Efectivamente la presión turística de una parte del Camp de Tarragona es importante, pero no tan solo es el turismo, sino que toda la población que se concentra en esta área actualmente tiene auténticos problemas y tiene déficits desde este punto de vista.

La diagnosis habla de un territorio muy fragmentado. ¿Hay que volver a pensar en la agricultura como oportunidad para recuperar algunos de estos espacios?

Sí, de hecho, estos espacios abiertos en suelos no urbanizables hay que repensarlos y ver el tratamiento que se les puede dar. No es suficiente que sean clasificados como no urbanizables sino que hay que ver qué usos se les puede dar desde el punto de vista de los espacios abiertos. Y, evidentemente, hay que repensar el componente agrícola, no tan solo manteniendo estos espacios, sino recuperándolos en otros. Es un elemento muy importante.

«Se ha hecho un urbanismo basado en los nuevos crecimientos y la ocupación de nuevos suelos que, obviamente, debe revertirse»

¿Esta revisión de los suelos significa dejar de pensar definitivamente en crecer sí o sí?

Es un tema de responsabilidad generacional. En las últimas décadas se ha hecho un urbanismo no sé si más fácil, pero sí más inmediato, que se ha basado en los nuevos crecimientos y la ocupación de nuevos suelos. En cambio, muchas veces hemos descuidado los tejidos urbanos. Obviamente debe revertirse, priorizando la transformación urbana y la rehabilitación, poniendo en valor los tejidos en los sitios en los que no lo estén suficientemente, y, por tanto, revertir el modelo y dejar de crecer. Dejar de consumir más suelo.

Uno de los ámbitos que se analiza es el metabolismo y se apunta que delante del cambio climático deben incorporarse estrategias de transformación profundas. ¿De qué estamos hablando?

Delante de los desafíos actuales, debemos tener en cuenta que el suelo es limitado y es un bien escaso. Y, por tanto, desde este punto de vista, debemos poder limitarlo. A partir de ahí, debemos pensar en esta lógica de eficiencia del suelo que tenemos, tanto desde el punto de vista de los asentamientos urbanos como de los espacios abiertos.

¿En qué se concreta?

Debemos pensar en cómo se planifica este suelo desde el punto de vista de crear infraestructuras o la localización de actividades económicas, desde el punto de vista de mirada amplia de los seis municipios y bajo esta lógica de eficiencia. Debemos seguir apostando por el modelo actual, en el que hemos seguido creciendo de forma desordenada con polígonos en cada municipio, o debemos intentar concentrar este suelo industrial a partir de un nuevo modelo de gobernanza con una contribución en el conjunto de los seis municipios, a pesar de que esté localizado en uno o varios municipios. Qué pasa con la industria, cómo la hacemos eficiente y competitiva. En definitiva, son una serie de preguntas o retos que deberán tenerse muy en cuenta, por no hablar de la mixticidad de usos en las tramas urbanas o de las acciones para facilitar el acceso a la vivienda. Este es un tema caudal.

¿Hablamos de mancomunar servicios, de crear un nuevo órgano de gobernanza o en qué se traduce todo esto?

Este plan director tiene esta mirada supramunicipal desde un punto de vista estrictamente urbanístico, pero sí que ya apunta líneas o una mirada hacia esta supramunicipalidad. Modestamente diría que es el embrión de lo que pueda llegar a ser algún día un ente de gobernanza como puede ser un área metropolitana.

¿Qué rol debería tener este organismo supramunicipal?

Tenemos un ejemplo muy claro con el ámbito metropolitano de Barcelona, con esta entidad supramunicipal con determinadas competencias en cuanto a los servicios generales, como pueden ser las infraestructuras de transporte público, energéticas o de servicios. Si queremos la eficiencia territorial, esto pasa por una gobernanza comuna.

Se apunta a transformaciones profundas para hacer frente al cambio climático, a limitar los crecimientos y a una preocupación en cuanto a la disponibilidad de recursos hídricos, mientras se sigue adelante con un proyecto en el que se cuestionan muchos de estos aspectos como es el Hard Rock.

El Consorci Recretatiu i Turístic (CRT) es el polígono turístico de Catalunya, con una especialización que le hace único en este sentido. El hecho de complementar los usos hoteleros y comerciales puede ser un buen complemento desde el punto de vista de esta especialización. Otra cosa es el cómo se hace desde el punto de vista de la integración y de la adecuación a los grandes retos que tenemos en este momento. Debe poder aprovecharse esta modificación del plan director, que nos viene como consecuencia de una sentencia, para mejorar muchos aspectos que a lo mejor no se tuvieron en cuenta en el primer plan, desde el punto de vista de la sostenibilidad, la optimización y del sistema de comunicaciones.

¿Cuándo habrá noticias al respecto?

Se está trabajando desde esta línea de la mejora de la sostenibilidad, lo que implica redefinir el modelo del sistema viario y en cuanto al transporte público, además de la eficiencia desde el punto de vista de los servicios. Cuando todo esto esté concretado lo llevaremos para su aprobación

«¿Debemos seguir con el modelo actual, en el que hemos crecido de forma desordenada con polígonos en cada municipio?»

Ahora hay unas directrices para este plan urbanístico metropolitano. ¿Cuál debe ser el siguiente paso?

Tanto el Govern como los municipios queremos que sea un planeamiento desde el territorio para el territorio, lo que significa que crearemos una oficina para la redacción del plan, que estará físicamente en Tarragona. Estamos en la fase de creación de esta infraestructura para que, a partir de las directrices que hemos obtenido en la anterior fase, podamos empezar a a trabajar.

¿Y a partir de ahí, cuál es el calendario?

El reto es que la redacción y tramitación del plan pueda llevarse a cabo en un periodo de tres años, hasta su aprobación definitiva. La primera fase, que es el avance, podríamos tenerla en un año y después la aprobación inicial podría ser en un año y medio o dos. Las fases intermedias pueden variar, pero un plan con una cierta complejidad como este lo visualizamos en un plazo de tres años para la redacción y tramitación, hasta su entrada en vigor, que prevemos que será en 2026.

¿En vigencia significa que si se apuesta por crear un nuevo órgano de gobernanza este sería el momento?

No, el plan director no puede crear órganos o fijar directrices. Otra cosa es que como resultado de este plan, a posteriori, el conjunto de los municipios lo consideren oportuno, pero esto es una decisión política.

¿Seria en este momento, a partir de 2026, que el territorio debería abrir el melón?

Exacto, 2026 sería el momento de abrir el debate desde el punto de vista de la gobernanza.

¿Cómo encaja la redacción de este plan del sistema metropolitano con el Pla Director Urbanístic de Sòls no Sostenibles?

El Pla Director de Sòls no Sostenibles es una primera acción que estamos llevando a cabo entre Malgrat de Mar y Alcanar. Este plan propone dos tipos de intervenciones en cuanto a los nuevos sectores de crecimiento, de uso residencial y de baja intensidad. Una primera acción es desclasificar, mientras que en otros casos se fijarán directrices para cambiar el modelo que se planteó, cuando se hizo el planeamiento municipal. Siempre bajo el punto de vista de poner orden y proporcionalidad, teniendo en cuenta este cambio de paradigma del urbanismo de Catalunya, apostando por la ciudad construida en lugar de la nueva ocupación. ¿Este crecimiento en grandes proporciones a dónde nos lleva? A una insostenibilidad económica flagrante desde el punto de vista municipal, que ya la sufrimos, por tanto, es un modelo a revertir.

¿Habrá muchos sectores que se desclasificarán?

Sí, en la actuación anterior en la Costa Brava, desclasificamos 88 sectores, equivalentes a unos 15.000 viviendas. Es una actuación que comportará una cantidad importante de suelo desclasificado.

¿Antes del verano se aprobará?

Sí, hemos acabado la información pública y estamos en la última fase, de forma que si todo va bien antes del verano lo aprobaremos definitivamente.

Todos estos planes directores se ponen en marcha en un momento en el cual Tarragona está en fase de redacción del POUM. ¿Cómo encaja?

En cierto modo habrá un paralelismo, ya que son documentos que se retroalimentarán.

¿Qué ingredientes deberá tener el POUM para ajustarse a estas directrices?

Algunas de las directrices ya las avanzamos con el Pla Director de Sòls no Sostenibles, encaminadas a revertir el modelo del POUM que se aprobó y que fue anulado. Me refiero sobre todo en cuanto a los grandes previsiones de crecimiento, desproporcionadísimas desde el punto de vista de la ocupación del suelo. El nuevo POUM ya recoge muchas de estas directrices, a pesar de no tener aprobado el plan director.

¿Un nuevo POUM no puede incluir estos grandes sectores de crecimiento?

No pueden recogerse tal y como estaban en el anterior POUM. Tarragona es una ciudad que debe prever un crecimiento de la población, pero no como en el anterior plan. Hay que repensar los ámbitos de transformación urbana y algún pequeño sector de crecimiento. Sin embargo, todo esto a partir de un modelo bastante diferente al de 2013.

Confía en que puedan cumplirse los plazos de acuerdo con el calendario que establecen las normas urbanísticas

Sí, ahora estamos con la fase del avance y evidentemente las normas podrían prorrogarse, pero esperamos que no sea necesario con el ritmo que vamos. El anterior POUM no es ejemplo en absoluto de nada, ni de modelo ni de manera de hacerse.

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