El pleno del Ayuntamiento de Tarragona se mostró –excepto Vox, que votó que no, y el Partido Popular, que se abstuvo– en contra del trasvase de agua del Ebre hasta Barcelona a través de una interconexión de redes entre el Consorci d’Aigües de Tarragona (CAT) con el Ens d’Abastament d’Aigua Ter-Llobregat (ATL).
En esta línea, el concejal de Medi Ambient, Guillermo García de Castro (PSC), comentó que «el trasvase es una solución totalmente inapropiada y la posibilidad de que EMATSA pueda proveer de agua supondría una ayuda puntual, pero en ningún caso perduraría durante mucho tiempo».
El portavoz de ECP –el grupo que presentó la moción que propició el debate– Jordi Collado, cuestionó la medida de transportar agua por vía marítima. El texto también propone instar al Govern y al Estado a estudiar un cambio de ubicación de la desalinizadora de Foix hacia las comarcas del Llobregat.
En esta línea, el portavoz de Junts per Catalunya, Jordi Sendra, indicó que «hay que ser solidarios, pero no a costa del Ebre» y se mostró a favor del transporte vía barcos: «Comportará recursos económicos para la ciudad».
Por su parte, el portavoz adjunto de ERC, Xavi Puig, apostó por la «regeneración del agua para salvar el Ebre y el Ter». Vox votó en contra porque, según Javier Gómez, su portavoz, «no se puede negar que los territorios puedan disfrutar de un bien tan necesario como el agua».
El pasado mes de septiembre, fuentes de la Autoritat Portuària de Tarragona (APT) confirmaron al Diari que el Port de Tarragona, en colaboración con técnicos de Ematsa, había iniciado los trabajos de revisión de las infraestructuras para cargar agua en barcos cisterna desde el muelle de Rioja. Esta opción permitiría un traslado de agua de forma rápida hacia Barcelona y su área metropolitana.