Sale usted de vacaciones con su vehículo particular y se encuentra un accidente en el camino, la calzada en mal estado o un atasco kilométrico. ¿Cómo evitarlo? Un grupo de investigadoras e investigadores de la Universitat Rovira i Virgili (URV) ha desarrollado una aplicación móvil y un portal web que permiten, a través de textos y fotografías o vídeos subidos por los usuarios, notificar posibles incidencias que ocurran en las vías, como por ejemplo accidentes, atascos o asfaltos en malas condiciones.
Una vez que se carga el material, el sistema lo analiza para detectar de qué tipo de incidencia se trata y, acto seguido, ubicarla en un mapa que puede ser consultado por los usuarios de la aplicación. «Todo ello se almacena en una base de datos, la cual es accesible en tiempo real», explica Julián Cristiano, director de investigación.
El software se encuentra ahora mismo en su fase final y la intención es la de terminar de recopilar datos para poder fortalecer el sistema, hacerlo más robusto y establecer relaciones para comprobar cuáles son los puntos con más incidencias, algo que, por el momento, no se ha detectado.
¿Cuál es, pues, el siguiente paso para que la población pueda descargarse y utilizar la aplicación? Además de terminar de perfilar su funcionamiento, deben ser las instituciones públicas las que tomen la decisión: «Para que esto llegue a la gente, lo que hace falta es una voluntad política y que la Administración quiera introducir estas herramientas en la práctica diaria; nosotros estaríamos encantados», confirma el catedrático e investigador principal del proyecto, Domènec Puig.
Cuatro años de trabajo
Esta iniciativa, llamada ‘Cuidem el que ens uneix. Carreteres més segures i sostenibles’ empezó a trabajarse hace ya cuatro años. «El origen fue una propuesta conjunta entre la Diputació de Tarragona, la URV y la Generalitat para analizar el estado de la movilidad en las comarcas del Camp de Tarragona», expone Puig. En el horizonte, dos conceptos: las smart cities y la sostenibilidad.
Se trata de un proyecto complejo, pues han participado diferentes grupos universitarios: el de Robòtica i Visió Intel·ligents, el Nanolectronic and Photonic Systems, el de Fotònica, el de investigación CRISES, el de Enginyeria Química y el de Química Física i Inorgànica. Cada uno de ellos ha ido aportando su granito de arena.
Por ejemplo, el de Robòtica i Visió Intel·ligents se ha encargado de desarrollar la plataforma y la aplicación, el Nanolectronic and Photonic Systems ha evaluado la viabilidad de utilizar los radares que incorporan los vehículos para magnificar la detección de objetos próximos y el CRISES ha diseñado y validado un prototipo para controlar el acceso de vehículos a zonas restringidas de bajas emisiones (ZBE) con el objetivo de reducir la contaminación ambiental.
Por su parte, desde el ámbito químico, se ha trabajado con el objetivo principal de diseñar un asfalto capaz de autorregenerar las grietas de la carretera, disminuir la contaminación de los coches y trabajar a temperaturas de asfaltado más bajas. Ello conllevaría un gran ahorro energético y una reducción del dióxido de carbono.
También quieren cambiarse los materiales del asfalto que provienen del petróleo, principalmente el betún, por residuos orgánicos, como por ejemplo los barros que generan las depuradoras de aguas residuales, reduciendo así el uso de combustibles fósiles.
El coste total de la iniciativa es de 4,5 millones de euros, de los cuales dos han sido aportados por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).