La economía en el Camp de Tarragona y l'Ebre se recuperará a finales del 2021 o inicios del 2022. Son las expectativas de los expertos y que recoge el último informe de coyuntura de la URV correspondiente al primer trimestre de 2020. El estudio pone de manifiesto que serán necesarios dos años para reponerse de la crisis sanitaria en un territorio muy castigado por el paro, con 51.528 trabajadores acogidos en ERTE en un mes. Las comarcas más perjudicadas son Tarragonès y Baix Camp -donde empresas de menos de cinco empleados concentran más del 50% de la disminución de afiliados en la región. Mientras la industria se ha mantenido, los sectores de la construcción y el turismo han quedado tocados. La caída de afiliados a Cambrils, Salou y Vila-seca de un año a otro es muy significativa.
Una de los principales datos que recoge el estudio es la caída de un 4,08% interanual de las afiliaciones a la Seguridad Social, con un total de 51.528 trabajadores (22,83%) acogidos en ERTE en un mes. El paro registrado en marzo -con un incremento interanual del 6,43% en el Camp de Tarragona y del 5,18% en el Ebre- y la contratación laboral -una caída en picado del 14% - han perjudicado un territorio con un mercado laboral muy marcado por una eventualidad y estacionalidad notoria.
"Estos tipos de contratos temporales -que representan el 90% del total de contratos-comportan rentas salariales inferiores, lo que dificulta la demanda interna -la venida de turistas-, otro elemento diferencial de este territorio", destacó Joaquín Margalef, responsable del Grupo de Investigación e Industria y Territorio de la URV. La menor renta disponible por parte de las familias y la falta de demanda pueden hacer que la recuperación en el territorio sea más pesada.
La afectación en el tejido productivo
Este retraso afectará pequeñas y medianas empresas tarraconenses y ebrencas, mientras las grandes industrias energéticas no tendrán estos problemas e irán en línea con la recuperación global, según apunta Margalef. Según recoge el informe, los ERTE han afectado al 40,90% de las cuentas de afiliación a la Seguridad Social y al 22,83% del total de trabajadores.
Las variaciones interanuales de afiliación son negativos en la mayoría de sectores y en todas las comarcas, excepto la Ribera d'Ebre -donde ha aumentado la industria y la construcción. Por el contrario, la industria ha experimentado una disminución de la afiliación inferior que la media catalana. La continuidad productiva ha contribuido a frenar la caída del PIB -en una zona donde los servicios representan más del 70% del PIB.
En valores interanuales, el IPC ha sido negativo en la zona (0,3%), mientras que los conjuntos catalán y español no ha habido variación. Caen los precios de la vivienda (-6%), transportes (-3,1%) y ocio y cultura (-0,2%), mientras que aumentan los precios de la alimentación y de las bebidas no alcohólicas (+ 2,4%). Más del 65% de las exportaciones tarraconenses se han transportado por carretera.
El caso particular del Grup Unió
En relación a esto, Ferran Huguet, Director General del Grup Unió, explicó que la empresa, distribuidora de vinos, aceites y frutos secos, ha podido compensar la pérdida del canal horeca con un incremento notable del canal de alimentación, tanto a nivel nacional como internacional. Se exporta un 65% del producto vendido. Según Huguet, frutos secos y aceite tienen una fuerte demanda, mientras los vinos más exclusivos están en caída.