La carretera que une las localidades de La Ràpita y Poblenou del Delta tiene el apodo de ‘carretera de la Vergonya’. Razón no les falta a los que han apodado este vial de forma despectiva. Estrecha, sin arcenes... La vía que une las dos localidades del Montsià no es una vía segura.
Con un pavimento irregular, una señalización horizontal muy deficiente –la calzada acaba abruptamente en pequeños pero pronunciados terraplenes a ambos laterales– y con un tráfico cada vez más intenso convierten en esta carretera en una trampa peligrosa para los conductores.
Hoy sábado, 3 de agosto, un joven de Terrassa de 21 años ha perdido la vida en esta ‘carretera de la vergonya’. El coche ha salido del asfalto, ha dado un par de vueltas de campana hasta que ha terminado impactando fuera de la vía. El conductor ha fallecido en el acto.
El 17 de enero fue un conductor de 59 años vecino de Poblenou. Son las dos víctimas registradas hasta la fecha y las dos que contabiliza toda la comarca del Montsià en el balance de accidentes mortales del Servei Català de Trànsit.
La carretera, vergonzosa o no, es la ruta no solo hacia Poblenou del Delta, sino también la entrada a una parte de la zona más visitada del sur de Catalunya, el Delta y a las playas del Trabucador, cada vez más concurridas.
Este incremento de visitantes equivale a un aumento de coches en las rutas para llegar al destino. Y la carretera entre Poblenou y La Ràpita representa ahora y siempre una odisea, que cobra, si cabe, más peligrosidad cuando se juntan varios vehículos de frente.
Las protestas vecinales para una mejora urgente del asfalto, la anchura y la señalización parece que han caído en saco roto. O como mínimo no hay a corto plazo una actuación urbanística que mejore este vial.
Hasta el 31 de julio, Tarragona cuenta 19 víctimas mortales oficiales. Con la de este 3 de agosto, ya son 20. Y 24 si sumamos las 4 que no forman parte de la estadística.