Rosa Peral vuelve a ser noticia este jueves en los medios de comunicación. Está condenada por el asesinato de un agente de la Guàrdia Urbana de Barcelona en 2017 y Netflix hizo una serie de este crimen: El cuerpo en llamas.
En esta ocasión, ha sido el Segre quién ha señalado a la interna más mediática de la cárcel de Tarragona de orquestar una agresión a una funcionaria del Centro Penitenciario de Mas d’Enric (la cárcel de Tarragona) y pagar el ‘trabajo’ con tabaco y drogas.
Una agresión brutal que terminó con la interna siendo enviada primero al módulo de aislamiento y luego trasladada. Por su parte, la funcionaria fue atendida médicamente por un intento de asfixia y la pérdida de cabello el pasado mes de julio. Al día siguiente se organizó una protesta por el incremento de agresiones.
La información del periódico ilerdense señala que tanto funcionarias como internas del módulo de mujeres habrían señalado a Peral como ‘cerebro’ de la agresión. Según el informe del ataque, Peral se cree que pagó con tabaco y droga y habría generado el ambiente propicio para generar odio hacia las empleadas.
Según el Segre, Peral habría manipulado a la interna y vertido improperios contra las trabajadoras para generar el clima adecuado para la agresión. Esta información, no obstante, no tiene pruebas empíricas que puedan castigar a Peral.
Según fuentes consultadas por el Diari, todo el mundo señalaba a Peral desde el primer momento, pero no habría más pruebas que las declaraciones que se reflejan en el expediente.
12 cambios de cárcel desde 2017
Rosa Peral comparte módulo a fecha de hoy con una cuarentena de mujeres en el Centro Penitenciario de Mas d’Enric. Es el tercer centro carcelario que pisa desde 2017, aunque hizo diferentes cambios de cárcel durante los primeros 7 años de condena.
Estuvo en Wad Ras (actual Centre Penitenciari de Dones) en 2017. Pasó a Brians 1 a finales de año y estuvo unas semanas de principios de 2018 en Mas d’Enric. Entre estas dos cárceles ha ido sumando días hasta junio de 2019, que volvió a Wad Ras hasta abril de 2020.
La Covid motivó un traslado puntual al pabellón hospitalario penitenciario de Terrassa y cuando se recuperó volvió a su celda de Brians 1 hasta el 24 de febrero de 2021. A partir de esa fecha, cada noche Rosa Peral ha dormido en su celda de Mas d’Enric y si no hay algún motivo de fuerza mayor continuará en Tarragona cumpliendo condena.
A finales de 2023 sumó ya mil días en la cárcel situada en El Catllar. A fecha de 3 de octubre ya ha cumplido en Mas d’Enric un total de 1.682 días.