Agentes de la Policía Científica han declarado ante el juez que el conocido como pistolero de Tarragona, Eugen Martin Sabau, autor del tiroteo en Tarragona el 14 de diciembre de 2021, se atrincheró en una masía en Riudoms con el objetivo de tender una “trampa” a los Mossos d’Esquadra. Así lo han explicado este jueves desde el ABC.
El exvigilante de Securitas, quien previamente había disparado contra tres compañeros de trabajo y un agente de los Mossos d’Esquadra durante su huida, se escondió en una posición estratégica, armado con dos rifles, munición abundante y un escudo balístico artesanal.
Desde el ABC apuntan que en su arsenal destacaba un rifle Sako 308, el mismo que utiliza el Grupo Especial de Intervención (GEI) de los Mossos, así como una pistola Glock modificada y otras dos armas de fuego. Además, transportaba una mirilla capaz de hacer blanco a 500 metros. Durante su atrincheramiento, los intentos de los negociadores por contactarlo, tanto por teléfono como mediante un amigo cercano, “no dieron resultado”, señalaron fuentes policiales.
Denuncias por desproporcionalidad
Los agentes tuvieron que disparar para neutralizar al pistolero. A causa de los disparos, Sabau quedó tetrapléjico y le tuvieron que amputar una pierna, por lo que posteriormente solicitó la eutanasia, que le fue concedida en agosto de 2022, concretamente 252 días después de los hechos.
Su hermana interpuso una denuncia contra los agentes que participaron en esta actuación, alegando un uso desproporcionado de la fuerza. Actualmente, el Juzgado de Instrucción 1 de Reus mantiene la investigación abierta contra once policías.
El abogado de los agentes, José Antonio Bitos, del sindicato USPAC, ha defendido la actuación del GEI, calificándola de “impecable”. Según su testimonio, el vehículo policial utilizado en la operación no estaba blindado para soportar disparos de armas largas como las que poseía Sabau. Asimismo, los agentes evitaron usar megáfonos para no exponerse como objetivos visibles ante un tirador que ya había herido a varias personas.
Evidencias adicionales
La declaración de los peritos de la Científica reveló que Sabau portaba más de 300 proyectiles, incluidos 74 cartuchos del rifle Sako. También testificó la doctora que lo atendió tras su ingreso en el hospital, mientras el juez Adriano Muñoz ordenó nuevas diligencias, como la revisión de las comunicaciones por radio de los agentes y análisis balísticos.
El GEI, considerado un referente europeo en operaciones de alto riesgo, es la última línea de defensa en situaciones como secuestros, tomas de rehenes o enfrentamientos con tiradores armados. En este caso, según fuentes judiciales, su actuación estuvo dirigida a proteger vidas ante una agresión premeditada.