El juez encargado del caso de Daniel Sancho, acusado del asesinato premeditado del cirujano colombiano Edwin Arrieta, prohibió este martes 9 de abril a todos los asistentes que informen de lo que ocurre dentro del juicio.
El juez del caso, cuyo nombre es confidencial, ha ordenado en la que supone la primera jornada del juicio, a la que sí tuvo acceso EFE, que no se informe de nada de lo que pase dentro de la sala en la que se celebra y ha prohibido el acceso a los periodistas.
Asimismo, ha advertido a todas las partes, incluidos abogados y el fiscal, que no ofrezcan detalles del proceso, y ha subrayado que en caso de que haya sospechas de que se ha difundido información se perseguirá y conllevaría penas de cárcel.
El juicio oral ha empezado alrededor de las 9.45 hora local (GMT+7) de este martes en el tribunal provincial de Samui (isla al sur de Tailandia), hasta donde se ha desplazado decenas de medios de comunicación, y en la primera sesión han declarado testigos de la Fiscalía que coincidieron con Sancho en la isla de Phangan, donde supuestamente tuvo lugar el crimen el pasado 2 de agosto.
En concreto, una mujer de nacionalidad birmana que encontró los primeros restos del cadáver de Arrieta en un vertedero de Phangan el 3 de agosto y una mujer tailandesa que alquiló una motocicleta a Sancho en la isla el 31 de julio.
«El tribunal ha sido muy contundente a la hora de apercibirnos de que todo lo que se diga que haya podido suceder dentro lo va a investigar por (constituir) un posible delito y con sus consecuencias penales», ha dicho este martes al salir de la corte el abogado español Juan Gonzalo Ospina, que representa en España a la familia de Arrieta.
Según Ospina, el juez ha sido muy «riguroso», y, ante la gravedad de los hechos, «no quiere que exista ningún tipo de juicio paralelo ni que se informe de a lo que se están refiriendo los testigos».
Lo único permitido, ha añadido, son «valoraciones generales de cómo se está desarrollando» el proceso.
En un momento de la sesión el equipo de seguridad del tribunal ha entrado en la sala para asegurarse de que «nadie tenía algún dispositivo para sacar imágenes» ni grabar sonido, ha agregado, si bien no hallaron ninguno.
Los asistentes tuvieron que dejar sus teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos fuera de la sala.
Además del propio Sancho, de 29 años e hijo del actor español Rodolfo Sancho, lo que confirió al caso de un alto interés mediático desde el principio, a la vista de hoy también asistió su padre.
El joven acude representado por el abogado de oficio tailandés Aprichat Srinuel, y la defensa argumentará durante el mismo que la muerte de Arrieta se debió a un accidente durante una pelea, en la que según su versión Sancho actuó en defensa propia.
El propio Sancho ha podido durante la vista este martes «formular él directamente preguntas» a los testigos, ha explicado Ospina al salir de la sala, considerándola una práctica «inédita en España».
«En algún momento le han corregido sobre alguna de las preguntas», ha añadido el letrado, quien ha preferido no especificar el contenido de las cuestiones tras las instrucciones del juez.
Ospina ha dicho haber visto a Sancho «muy tranquilo».
«Desde mi experiencia como abogado penalista no he podido encontrar en él muestras de arrepentimiento, sigue defendiendo su versión de los hechos», ha dicho, y ha añadido lo «impactante» de verle con grilletes y atado de pies y manos.
Por su parte, el fiscal encargado del caso, Jeerawat Sawatdichai, tratará de demostrar que se fue un asesinato premeditado, y acusa a Sancho de este y otros dos delitos, el de ocultación del cadáver y destrucción de documentación ajena.