Una patrulla de la Guàrdia Urbana de Reus denunció penalmente a un conductor el sábado por la noche por un delito contra la seguridad del tráfico al circular bajo la influencia de bebidas alcohólicas.
Los agentes realizaban un servicio en una vivienda de la calle Monestir de Poblet cuando observaron un turismo que procedía de la avenida Pere el Cerimoniós. Un descenso errático y temerario que inducía a que el conductor no estaba en plenitud de facultades.
Los agentes pararon el coche y al ver una posible embriaguez, activaron a la unidad de atestados para realizar la prueba de alcoholemia. En la primera prueba, la de muestreo, el aparato marcó 1.48 miligramos de alcohol por litro de aire aspirado (mg/l). Los agentes no daban crédito al resultado: seis veces más la cantidad de alcohol permitida para conducir un turismo.
La segunda prueba, un cuarto de hora más tarde, batió la marca anterior: 1.54 mg/l. Y hubo una tercera y última: el etilómetro marcó 1.61 mg/l, de manera que superó todas las marcas.
Los agentes inmovilizaron el coche y le abrieron diligencias penales por la elevada tasa de alcohol que llevaba al volante.