La osa más anciana de la zona alpina de Trento (norte de Italia), que hace dos semanas atacó a un turista francés cuando paseaba por un bosque causándole heridas en brazos y piernas, fue abatida este martes por un guardia forestal, en medio de las protestas de los grupos animalistas.
La ejecución de la osa, madre de tres oseznos, se produce solo horas después de que el presidente provincial, Maurizio Fugatti, emitiese una tercera orden de ejecución por considerarlo «un espécimen peligroso» y a pesar de que varias asociaciones defensoras de los animales habían pedido trasladar al animal a una reserva en Rumanía.
Los tres oseznos de ‘KJ1’, como se denominaba la osa, que tenía 22 años, «tendrán graves dificultades para sobrevivir», aseguró la asociación animalista Oipa en una nota.
«Fugatti no se detiene ante nada: ni ante las peticiones de las asociaciones animalistas, que trasladan las de la gran mayoría de la opinión pública que quiere osos vivos y protegidos tanto en el Trentino como en el resto de Italia», expresó Oipa, ante la tercera orden de ejecución emitida por el presidente provincial, después de las dos primeras fueran suspendidas por la justicia.
La osa fue ejecutada en torno a las 7.00 hora local (5.00 GMT) en los bosques de Padaro di Arco, una zona dentro de las más de 11.000 hectáreas -con numerosos senderos y caminos forestales- por las que se movía el animal, tras ser localizada a través del collar de radio que se le colocó el pasado martes.
«’KJ1’ era un espécimen peligroso», indicó la provincia de Trento en un comunicado, en el que, al anunciar la ejecución, se asegura que el Instituto Superior para la Protección y la Investigación Ambiental (ISPRA), «confirmó la necesidad de eliminar a la osa, clasificada de ‘alto riesgo’, lo antes posible».
El pasado 16 de julio un turista francés, de 43 años, sufrió heridas en piernas y brazos tras ser atacado por la oso en una zona boscosa del municipio de Dro por la que caminaba solo. El hombre, que ya está recuperado, fue rescatado y trasladado en helicóptero al hospital Santa Chiara de Trento, donde le curaron las heridas.
Tras el suceso, el presidente de la provincia emitió la primera orden para abatir a la osa, que fue suspendida de forma cautelar por el Tribunal Administrativo Regional de Trento al no existir «una valoración definitiva de la trazabilidad real del ataque del oso» y no contar ésta con alternativa alguna.
Fugatti no se rindió y el pasado 21 de julio emitió una segunda orden en la que aportaba pruebas de que fue ‘KJ1’ el responsable del ataque, pero también fue suspendida por el Tribunal Administrativo Regional de Trento tras las peticiones presentadas por varios grupos animalistas.
Este no es el primer caso en el que el abatimiento de un oso genera polémica en Italia. En septiembre del pasado año, la ejecución de una osa parda en peligro de extinción generó una lluvia de protestas e incluso amenazas al hombre que le disparó, que tuvo que recibir protección policial.