La Atención Primaria, a pesar de ser uno de los grandes pilares que sustentan el sistema sanitario catalán, ha mostrado sus carencias durante los dos años de pandemia, especialmente durante la sexta ola. Desde hace años este servicio asistencial ha visto incrementada su actividad, hasta que ha llegado la Covid-19 tensionándolo todavía más, hasta límites casi inasumibles por los propios profesionales.
Diari de Tarragona y el Col·legi Oficial de Metges de Tarragona han reunido en una mesa redonda a cuatro expertos en la materia para intentar abordar las necesidades de la Atención Primaria y, desde una visión en positivo, aportar ideas para que ésta se más eficiente.
El debate ha contado con la participación de Sergi Boada, presidente del Col·legi Oficial de Metges de Tarragona; Daniel Ferrer-Vidal, director de Atención Primaria Camp de Tarragona-ICS y gestor de una veintena de equipos de Atención Primaria; Josefina Ribó, directora de Atención Primaria de la Xarxa Santa Tecla; y Ramon Maria Monegal, consejero delegado de la Entitat de Base Associativa (EBA) CAP Muralles.
Estos cuatro expertos han abordado el tema en cuatro bloques temáticos basados en un documento que ha elaborado el propio Col·legi Oficial de Metges de Tarragona, con el objetivo de poner sobre relieve algunas de las carencias y problemáticas de la Atención Primaria y que plantea propuestas para mejorar su funcionamiento.
1. La figura del médico
El Departament de Salut ha puesto en marcha el Pla d’enfortiment i transformació de l’Atenció Primària i Comunitària. Pero, ¿qué papel debe jugar la figura del médico de familia en este plan?. Daniel Ferrer tiene muy claro que «el papel de la figura de este médico es fundamental, por todo lo que supone para el sistema sanitario. El problema es que la de médico de familia es una especialidad en crisis y hay que trabajar para valorarla en positivo y prestigiarla. El médico de familia es el médico de toda la vida. Pero en la Universidad se habla poco de la especialidad y muchos médicos la conocen cuando acaban la carrera de Medicina». Por eso, Ferrer insiste en que «con una Atención Primaria potente y un médico de familia también potente, todo el mundo sale ganando, empezando por los hospitales».
Por su parte, Ramon Monegal, en base a su experiencia al frente de una entidad asociativa, recuerda que «nos hemos organizado para gestionar el centro, pretendiendo poner en valor el profesionalismo. A veces se habla de la Atención Primaria como la puerta de entrada al sistema sanitario y creo que es un error. La Atención Primaria es el ‘core’, el núcleo del sistema sanitario y por eso tenemos que poner en valor a nuestros profesionales». Pero para ello, según Monegal, «no hay otro camino que el empoderamiento del médico de familia y su especialidad, pero lo primero que tienen que hacer los propios médicos de familia es cambiar el chip, porque son los primeros que no creen en su profesión».
Sergi Boada coincide con Monegal en que «la Atención Primaria es el núcleo del sistema sanitario y no la puerta de entrada, donde es fundamental recuperar la figura del médico de familia como esencia del acto médico». Para que esto ocurra, el presidente del COMT reclama «más recursos en la Atención Primaria y el ejemplo lo tenemos en la pandemia. La Primaria es el punto fundamental del sistema sanitario y hay que fortalecerlo. No puede ser que las últimas plazas del MIR sean las de médico de familia. Hay que hacer una discriminación positiva de los médicos de familia, retribuirlos mejor, mejorar su capacidad organizativa y trabajar la base en las facultades de Medicina».
Por su parte, Josefina Ribó pone en valor la figura del médico de familia, pero sin olvidar que «las Áreas Básicas de Salud son equipos de la Atención Primaria donde existen muchos roles y hay que trabajar conjuntamente, todos a una. La figura del médico es importante pero él solo no podría salida a todo».
2. El equipo
Josefina Ribó introduce el tema. La figura del médico de familia es básica, pero ¿qué papel debe jugar el equipo que lo rodea? Para Daniel Ferrer «el equipo es importante, pero siempre tiene que estar liderado por el médico de familia. Es importante incorporar nuevos elementos o perfiles profesionales, como nutricionistas, psicólogos, etc. Así como reforzar otros como el de auxiliares de enfermería. Lo ideal, dentro de un trabajo en equipo, es que cada uno desarrolle al máximo sus competencias».
Ramon Maria Monegal apunta que «por cada médico de familia tiene que haber un montón de profesionales a su alrededor, para que el médico pueda hacer de médico, ya que muchas de las labores que hace el médico corresponderían a otros colectivos. Antes ya pasaba, pero la pandemia lo ha puesto más de relieve y la cantidad de trabajo burocrático-administrativo no tiene que hacerlo un médico».
Por eso, Josefina Ribó considera que ahora, «aprovechando la pandemia, es el momento para reorganizarnos y que cada uno haga su trabajo. Hay que luchar por reordenar toda la parte burocrática que tanto daño ha hecho a los médicos de familia. También es importante potenciar a las auxiliares de enfermería».
Sergi Boada, aunque también defiende «el trabajo en equipo» sitúa al médico de familia como «referente y figura nuclear» de un equipo que «tiene que estar bien formado, cada uno en su ámbito. Necesitamos, por ejemplo, un personal de enfermería bien formado en Primaria. Aunque la responsabilidad final siempre será del médico y si el sistema le otorga un rol superior también tiene que tener unas retribuciones laborales superiores».
3. Relación con otros ámbitos asistenciales
En cuanto a la relación con otros ámbitos asistenciales, Ferrer aprovecha para «poner en valor el modelo que tenemos en el Camp de Tarragona, con diferentes proveedores de Atención Primaria. Enriquece mucho si se hace bien y en Tarragona nos hemos puesto de acuerdo todos los proveedores en un proyecto común que es la Atención Primaria Camp de Tarragona y el paciente no nota nada, al contrario, es el gran beneficiado».
Monegal está de acuerdo en que «la pandemia ha servido para poner en valor la capacidad de diferentes proveedores de establecer redes y maneras de trabajar. Porque los momentos de crisis tienen que ser momentos de acción y lo hemos demostrado».
Para Ribó, uno de los retos de la Primaria «es el modelo de interrelación telemática con los hospitales. Llegar a un entendimiento. Antes el paciente tenía que moverse mucho más y ahora mucha cosa es telemática, a pesar de que la base de la Primaria es la presencialidad».
Según Boada, en la relación de la Primaria con otros ámbitos asistenciales «el médico de familia tiene que tener mucha paciencia, porque es quien mejor conoce al paciente». Y, además, señala algunos retos. Por ejemplo, afirma que «tenemos un problema con la salud mental, porque tenemos un proveedor único y el médico de familia tiene dificultad de acceso porque los flujos de conexión no están automatizados. En Tarragona, la salud mental tiene un margen de mejora importante».
O la relación con las Urgencias de los hospitales. «Si un médico de familia envía a un enfermo a las urgencias de un hospital es porque ya lo conoce y éste tendría que tener un circuito más ágil o prioritario», reivindica el presidente del COMT, quien también aprovecha para pedir para la ciudad de Tarragona el modelo de CUAP (Centro de Urgencias de Atención Primaria) que en el Camp de Tarragona solo existe en Reus y Salou y que «las urgencias hospitalarias lo reivindican para descongestionar sus servicios», señala Boada.
4. ¿Qué modelo de Primaria queremos?
¿Qué modelo de Atención Primaria defienden estos cuatro expertos para los próximos años? Daniel Ferrer lo tiene muy claro: «Defendemos unos servicios sanitarios con una papel clave de la Atención Primaria. Con una Primaria potente, el primer beneficiado será el hospital. Con una integración de servicios». Sin olvidar aspectos como el envejecimiento de la población. «Hay que tener en cuenta la cronicidad. Es un tema crítico y todo un reto para la Primaria. O los tratamientos paliativos: ¿cómo los hacemos? Algo habrá que hacer, porque no se puede tratar igual a un paciente joven que a uno crónico», reflexiona el director de Atención Primaria Camp de Tarragona-ICS.
Por su parte, el consejero delegado de la EBA CAP Muralles defiende que «el equilibrio entre hospital y Atención Primaria tiene que ponderar más hacia la Primaria. Hay que dotarla de más recursos, no solo económicos sino también materiales, espacios, etc. Por último, no hay que olvidar que aunque un sistema sanitario tiene que ser potente, somos responsables de poco más del 20% de la salud de la población. Por lo que hay que invertir en políticas sociales valientes, atrevidas y potentes. El 80% de la salud no depende solo del sistema sanitario y necesitamos un modelo sociosanitario global».
La directora de Atención Primaria de la Xarxa Santa Tecla apuesta por «una Atención Primaria más potenciada, con más inversiones y más ordenada para dar salida a la demanda de agudos, un buen control de los pacientes crónicos y una orientación hacia el paciente frágil. Porque todo ello hará que los otros servicios asistenciales vayan más descongestionados». También reivindica «una Atención Primaria que recupere la confianza de la población y sea su referente sanitario».
Por último, el presidente del Col·legi Oficial de Metges de Tarragona tiene muy claro que «el modelo, sea el que sea, lo tienen que decir los médicos. Por ejemplo, hay que vigilar aspectos como la telemedicina, a la que el paciente vulnerable no tiene acceso. Aprovechemos la tecnología, pero bien utilizada, que no suponga un problema para el paciente. Actualmente existe una brecha tecnológica y por eso tenemos que dotar de herramientas a la gente que no tiene acceso a Internet.
Sergi Boada concluye que «hay que invertir dinero en la Atención Primaria. Dotarla de recursos y formación es fundamental. Si es así, tanto los hospitales como los pacientes saldrán beneficiados».