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Joan Bargués Piñol: «Jugar la Eurocopa con la selección fue cumplir un sueño»

Jugador de fútbol para amputados

08 mayo 2022 13:17 | Actualizado a 08 mayo 2022 13:19
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Joan Bargués es un altafullense de 31 años que en 2019 cumplió un sueño. Aquello que siempre había deseado se hizo realidad. Pese a tener una sola pierna, empezó a jugar a fútbol, su deporte favorito, en la modalidad para amputados, llegando a la selección española con la que el año pasado jugó la Eurocopa proclamándose subcampeón. Ahora se prepara para ser convocado con el equipo nacional para el Mundial de Turquía de 2022 y acrecentar así la fantasía.

Bargués nació con una malformación en su pierna derecha, que era más corta que la izquierda. Tras varios años de tratamiento para intentar alargarla e igualar el tamaño de ambas extremidades sin éxito, su familia decidió que la mejor opción era amputar. En aquella época tenía 11 años, y desde entonces ha vivido con una prótesis. «Siempre me han gustado todos los deportes, veía los Juegos Paralímpicos y más de una vez me había planteado la posibilidad de practicar alguno a nivel competitivo, pero aposté más por los estudios», cuenta Bargués, que recuerda cuando hace tres años vio en TV3 una entrevista a dos chicos que jugaban a fútbol para amputados y que habían jugado a la Eurocopa. «Yo ya vivía y trabajaba en Barcelona, contacté con ellos y en nada empecé a jugar en el Sant Vicenç dels Horts 2014 AE», relata el joven altafullense.

Tras pasar por las filas de la UE Sector Montserratina de Viladecans, Bargués volverá la próxima temporada al Sant Vicenç con el objetivo de formar un equipo muy competitivo para ganar el campeonato de España y así clasificarse para la próxima edición de la Champions League, que se juega en una ciudad europea durante un fin de semana. Cabe destacar que el momento álgido de la carrera futbolística de Bargués fue cuando le convocaron con la selección española para la Eurocupa que se disputó en Polonia el pasado mes de septiembre.

«Al comenzar a jugar me costó, porque vas con muletas y no es fácil, me caía todo el rato, pero poco a poco fui mejorando y los entrenadores me dijeron que si apretaba un poco más podrían llamarme para una concentración con la selección», explica el futbolista, que recuerda que «esto me motivó muchísimo y me acabaron convocando a la Ciudad de Fútbol de Las Rozas. Fue una pasada, hacíamos lo mismo que los profesionales, con horarios y charlas». Fueron varias las concentraciones en las que participó Bargués hasta que le convocaron para la Eurocopa en Cracovia. «Ese momento fue de los más felices de mi vida, pero a la vez estaba muy nervioso, porque estábamos en plena pandemia y ese verano recuerdo que no salí prácticamente de casa para no contagiarme», dice el joven, que afirma que «aunque no jugué muchos minutos fue una gran experiencia».

Aunque Bargués ya cumplió un sueño consiguiendo la medalla de plata europea, no se conforma. Actualmente se está preparando para ser convocado para el Mundial, que se juega en octubre en Turquía. «Ahora me estoy recuperando de una pequeña lesión yendo al gimnasio, y en nada volveré a entrenar otra vez y cuando se acerque octubre lo haré con un preparador físico», explica, a la vez que asegura que «si me llaman para el Mundial el sueño será mucho mayor. Ojalá lo consiga, que creo que lo haré, y tenga más minutos que en la Eurocopa».

Bargués espera con su ejemplo que más personas en la misma situación –con alguna discapacidad en alguna de las extremidades– se den cuenta que si quieren pueden practicar su deporte favorito y cumplir sus sueños. Además, explica que jugar a fútbol para amputados también le sirve a él y a sus compañeros para conocer a otras personas sin piernas o brazos: «Algunos ya lo tenemos asumido porque hace años que tenemos la discapacidad, pero hay compañeros, por ejemplo, que perdieron un brazo o una pierna hace un año, y para muchos jugar en un equipo de amputados es una manera de volver a vivir». Por otro lado, espera que en España se apueste más por esta modalidad: «Es cierto que está creciendo, pero queda mucho camino por recorrer».

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