La participación ciudadana es una de las grandes apuestas del mundo municipal. En muchas poblaciones se trabaja desde hace unos años con los presupuestos participativos, a través de los que la ciudadanía propone y escoge varios proyectos de ciudad a desarrollar. Esta es solo una vertiente, pero cada vez se están desarrollando más herramientas que buscan esta interpelación con el ciudadano. En el caso de Reus, en diciembre de 2019 se aprobaba definitivamente en sesión plenaria el Reglament de Participació Ciutadana, el documento normativo que regula los canales de relación entre el Ayuntamiento y la ciudadanía. El pasado mes de febrero, la Junta de Govern aprobaba el Pla Estratègic de Participació Ciutadana, el documento que planifica las políticas públicas que el gobierno desarrollará durante el mandato 2019-2023, de acuerdo al compromiso de gobernar con criterios de colaboración y de proximidad con la ciudadanía.
«El objetivo es alcanzar la cultura participativa: que la ciudadanía se sienta empoderada y que el Ayuntamiento tenga actitud de escucha activa», exclama la concejala de Participació, Bon Govern i Serveis Generals del Ayuntamiento de Reus, Montserrat Flores. Señala que ambos documentos aprobados hasta el momento se complementan y que «ahora es el momento de pasar a la práctica».
La primera audiencia pública de estas características fue la del Pla d’Acció Municipal (PAM) Reus 2019-2023, un proceso de consulta a la ciudadanía para priorizar los objetivos del documento que marca la acción del gobierno de Reus durante este mandato. Los asistentes en este acto, que tuvo lugar en diciembre de 2019, pudieron participar de forma directa, escuchando y preguntando directamente a los responsables políticos. Posteriormente, y como garantía, el acta de la sesión fue enviada por correo electrónico a los asistentes que así lo pidieron.
Flores recuerda que se «ha ajustado la participación a los tiempos reales», actuando con planificación, escalonando los procesos y realizando evaluación continuada. Señala que antes los procesos de participación eran más puntuales y que se planteaban como reuniones con ciudadanos que acababan siendo muy limitadas: «Quien más se movilizaba eran quien más ruido hacía». Ahora, se trabaja para interpelar a toda la ciudadanía, con procesos de información previos, «y la gente responde muy bien, incluso en proyectos a largo plazo, como el PAM».
Para alcanzar el éxito, Flores subraya especialmente la planificación: sobre qué temas se harán procesos participativos, cuándo, ofrecer información previa, a quién dirigirse... «No se puede saturar a la ciudadanía, solapando procesos, por ejemplo», explica. También pone el acento en el debate. «No se trata que cada ciudadano haga propuestas individuales, sino que se busca generar el debate ciudadano, hablar las cosas y llegar a consensos conjuntamente», explica Flores.
Con la pandemia, también la participación ha tenido que reinventarse. Es el caso del proceso llevado a cabo para el diseño del futuro Centre Cívic Gregal, que se ubicará en la calle Castellvell, en el barrio Niloga. La Covid truncó de pleno el proceso y, a pesar de todo, se pudo llevar a cabo telemáticamente, «pero la idea es hacer una segunda parte presencialmente, que esperamos que sea este año, para definir el funcionamiento», añade Flores. El próximo proceso participativo previsto será el del Mercat del Carrilet.
En cuanto el Pla Estratègic de Participació Ciutadana de Reus, el último documento aprobado, cabe recordar que es el instrumento de planificación que establece los ejes estratégicos, las líneas de trabajo, los objetivos y las acciones que llevará a cabo el Ayuntamiento en el ámbito de la participación ciudadana en los próximos años. Concretamente, se contemplan cuatro ejes estratégicos que se basan en el acceso a la información, transparencia y rendimiento de cuentas; fomento de la cultura participativa y democrática; instrumentos de participación; y canales y medios de participación ciudadana.
