Haga memoria: ¿Cuándo fue la última vez que vio a un niño solo camino de la escuela? Lo más probable que la escena no le resulte precisamente familiar.
Algunos municipios, no obstante, se están esforzando para que la estampa sea cada vez más frecuente. Las motivaciones son diversas: resolver el caos de coches que se forma en torno a los colegios en las entradas y salidas; cuestiones de salud (en España dos de cada diez escolares de entre seis y nueve años tiene sobrepeso y otro 19% obesidad, una realidad relacionada con el sedentarismo); motivos medioambientales, educativos, de derechos de la infancia...
Se trata, en la mayoría de los casos, de iniciativas que están arrancando y que todavía no han conseguido el apoyo social decisivo, pero son el indicio de que hay otra manera de hacer las cosas. He aquí un repaso de algunas que se han puesto en marcha recientemente en la demarcación.
Tarragona. ‘Pedibús’ para ir caminando en grupo
La ciudad hace años que trabaja en la idea de crear unos caminos escolares seguros. El primer paso, sin embargo, no se materializó hasta el año pasado cuando once escuelas participaron en un programa piloto impulsado por el Institut Municipal d’Educació de Tarragona (IMET) que incluyó un proceso participativo. Paralelamente, ha habido un proceso interno con distintos departamentos del ayuntamiento.
El siguiente paso es que este curso cuatro escuelas de esas once (todavía por definir) pondrán en un sistema de ‘pedibús’. En este modelo los niños van caminando a la escuela acompañados por un adulto. Los menores se dirigen hasta una parada señalizada, como si de una parada de autobús se tratara, y desde allí se unen al grupo para ir caminando al colegio.
El servicio salió recientemente a licitación para que una empresa se encargue de ponerlo en marcha con la intención de que luego las escuelas lo gestionen ellas mismas.
En la escuela PAX ya tuvieron una primera experiencia similar el curso pasado cuando padres de una misma clase se pusieron de acuerdo para que sus hijos se fueran encontrando en sitios pautados camino de la escuela.
Este curso se han reunido para organizarlo en quinto y sexto de primaria. Cuentan con la participación de las familias y de docentes que están planteando el recorrido y viendo cómo es el entorno.
La directora del centro, Eva Masvidal, explica que, a nivel educativo, están convencidos de los beneficios que tiene para los niños llegar a la escuela por sus propios medios. «No es lo mismo llegar a la escuela en coche, medio dormido, que caminando, que te da el aire y estás activo... Además les dotamos de herramientas para que sean más resolutivos, más autónomos, más libres y para que asuman responsabilidades», dice.
Reus. ‘Bicibús’ familias que apuestan por la bicicleta
Susanna Fort y sus dos hijas de 4 y 6 años cogen cada día la bici y recorren 2 kilómetros y medio para llegar a la Escola Doctor Alberich i Casas. Solo van en coche el día que llueve o que hay fuertes rachas de viento. Cuando llegan a la avenida Antoni Planas i Marca, si alguna otra familia del colegio se espera allí, se suma a la marcha. Paralelamente, un segundo grupo recorre otra ruta pasando por la calle alcalde Joan Beltran y Passeig de l’Oliver. En la zona norte de Reus, dos grupos más de padres, madres e hijos realizan la misma operación, pero para llegar a la Escola La Vitxeta. Antes de las 08.30 h, todos llegan al colegio y los pequeños dejan sus bicis en los parkings que hay en estos dos centros.
Todas estas rutas forman parte del denominado ‘Bicibús’. Una iniciativa en la que las propias familias organizan rutas y establecen paradas para que los alumnos que quieran vayan sumándose al grupo, siempre con la presencia de varios adultos. De momento, en Reus son dos las escuelas que se han animado: La Vitxeta desde el curso pasado, y Alberich i Casas desde este pasado mes de septiembre.
El objetivo es apostar por el uso de la bicicleta. En el caso concreto de la familia de Fort es algo que ya llevan incorporado. Y es que proceden de Barcelona, por donde siempre se movían sobre dos ruedas, y cuando llegaron a Reus, en 2020, apostaron por seguir con el mismo medio de transporte. «Es nuestro estilo de vida», exclama. Valoran la independencia que otorga la bici a sus dos hijas, además de ser una cuestión medioambiental y, de paso, de ejercicio físico.
Desde La Vitxeta, Toni Cañadas es uno de los promotores del ‘Bicibús’. Lo iniciaron el curso pasado con una media de seis participantes, con algunas puntas de doce. En su caso apuestan por realizar las rutas dos días por semana: los martes y los jueves. Este curso, justo esta semana lo han puesto en marcha «y estamos haciendo difusión para llegar a más familias», cuenta. Tanto Cañadas como Fort subrayan que «cuesta bastante cambiar el chip», pero «hay que intentarlo».
Cambrils. Las familias toman la iniciativa
En Cambrils también hay una iniciativa para ir en bicicleta a la escuela, aunque en este caso parte de un grupo de familias, las de la escuela la Bòbila. Comenzaron en el curso 20/22 y la iniciativa ya se ha consolidado. Con la coordinación del Ampa organizan su propio Bicibús para ir pedaleando hasta el centro escolar cada viernes.
El Vendrell. El urbanismo al servicio de la movilidad escolar
En el caso de El Vendrell se ha tratado, más bien, de un proceso de ciudad. El municipio analizó cuáles eran las rutas más usadas por los estudiantes para llegar a la zona escolar donde se concentran colegios e institutos. Conociendo esos itinerarios se planificó parte de las obras de mejora de aceras e incluso de peatonalización de calles. El ejemplo de más envergadura es el carril bici de más de 2 kilómetros acabado hace unos meses, que une la estación de tren precisamente con la zona escolar.
El alcalde, Kenneth Martínez, señala que conociendo los itinerarios más usados por los estudiantes se ha buscado mejorar la seguridad, así como evitar zonas oscuras y aisladas. También se pretende evitar la movilidad motorizada. En 2018 un 50% de los desplazamientos a la zona escolar eran en coche.
Los motivos que se argumentaban por parte de las familias para evitar ir en bici o caminando eran que había mucho tráfico, que las aceras no estaban adaptadas o que eran muy estrechas. El consistorio impulsó a través del urbanismo unos caminos escolares que pasan por zonas más seguras y que favorecen el uso de la bici. Para el trazado de los mismos se contó con las opiniones de los técnicos pero también de escuelas y familias. El alcalde señala que no están señalizados como tal pero de forma perceptiva invita a seguirlos.
De hecho es fácil ver a los grupos de estudiantes seguir el mismo recorrido por espacios que han ganado en amplitud. Ahora el objetivo es impulsar más el uso de la bicicleta o del patinete para llegar a los centros por el carril bici.
Altafulla. Consultar a la comunidad para poner los pilares
Altafulla terminó el curso pasado un exhaustivo trabajo de diagnóstico de la movilidad de niños y adolescentes para ir a clases. Además de un estudio de la trama urbana se hizo una encuesta a las familias en la que participaron 829 personas y se encontró que el 45% de los alumnos llega al centro en coche.
El estudio, encargado a la cooperativa l’Escamot, encontró, eso sí, el interés de buena parte de la comunidad educativa por participar de forma activa en el desarrollo de caminos escolares. Como muestran los resultados, casi el 94% de las respuestas consideran que la idea es interesante. Además, el 45% declaró que querría ayudar a participar en la iniciativa. El municipio se encuentra ahora trabajando en el trazado de los caminos junto con las comunidades educativas.
Montblanc. Seguir las pisadas del drac
Montblanc comenzó el año pasado por señalizar las rutas escolares seguras. Lo hicieron con unas pegatinas en el suelo con forma de pisada de dragón y la letra M de Montblanc. Este curso están trabajando con las escuelas y las asociaciones de familias para desarrollar el proyecto.