Este domingo 30 de marzo de 2025, siempre es el último domingo del mes de marzo, Tarragona y por extensión Catalunya y España adoptará el horario de verano. A las 2 de la madrugada, los relojes se adelantarán una hora, pasando a ser las 3 am. Este ajuste horario busca aprovechar mejor la luz solar durante las tardes, aunque implica perder una hora de sueño esa noche.
El cambio de hora tiene su origen en el siglo XVIII, cuando Benjamin Franklin sugirió por primera vez la idea de adelantar los relojes para aprovechar mejor la luz del día y reducir el uso de velas.
Sin embargo, no fue hasta la Primera Guerra Mundial cuando se implementó de manera oficial en varios países, incluida España, con el fin de ahorrar recursos energéticos en tiempos de guerra.
Más tarde, durante la crisis del petróleo de los años setenta del siglo XX, el cambio de hora volvió a adoptarse de manera más sistemática en muchos países para reducir la dependencia energética. Desde entonces, la mayoría de los países europeos, incluyendo España, han mantenido esta práctica de adelantar y atrasar la hora dos veces al año.

Razones y efectos del cambio de hora
El principal argumento a favor del cambio de hora es el ahorro energético. Al aprovechar más horas de luz natural durante la tarde, se espera una reducción en el consumo de electricidad, especialmente en iluminación y calefacción.
Sin embargo, en los últimos años, diversos estudios han cuestionado la efectividad de este ahorro, argumentando que la reducción en iluminación podría verse compensada por un mayor uso de sistemas de climatización.
Otro factor que se ha señalado es el impacto en la salud. El cambio de hora puede afectar el ritmo circadiano de las personas (ciclo de cambios físicos, mentales y conductuales que ocurren en el cuerpo a lo largo de un día), provocando fatiga, dificultades para conciliar el sueño e incluso alteraciones en el estado de ánimo. Estos efectos suelen ser más notorios en niños, personas mayores y aquellos con rutinas estrictas.
Sin embargo, en años recientes, diversos informes han cuestionado la efectividad de este ahorro energético, señalando que los beneficios podrían ser marginales y que, en algunos casos, el ahorro en iluminación se compensa con un aumento en el uso de calefacción o aire acondicionado.
Además, el cambio horario puede afectar el ritmo circadiano (ciclo de cambios físicos, mentales y conductuales que ocurren en el cuerpo a lo largo de un día) de las personas, provocando síntomas como fatiga, irritabilidad y dificultades para conciliar el sueño. Estos efectos suelen ser más notorios en bebés, niños y adultos mayores, quienes pueden requerir más tiempo para adaptarse al nuevo horario.
¿Seguirá habiendo cambio de hora en el futuro?
En los últimos años, la Unión Europea ha debatido la posibilidad de eliminar el cambio de hora y mantener un horario fijo durante todo el año. Aunque en 2019 el Parlamento Europeo aprobó la propuesta de poner fin a los cambios estacionales de hora, la medida aún no se ha implementado debido a la falta de consenso entre los países miembros. En España, por el momento, se continuará con este sistema al menos hasta 2026.
Mientras tanto, este domingo 30 de marzo, los tarraconenses y por extensión el resto de españoles y europeos deberán ajustar sus relojes y adaptarse una vez más al horario de verano, con la esperanza de disfrutar de días más largos y luminosos.