Una prueba piloto para transformar un barco y adaptarlo para que funcione con amoníaco verde, un combustible sostenible, y deje de hacerlo con fuel. La idea es un magno reto, el enésimo, de la transición energética, pero en este caso la que tiene que ver con la industria marítima, que también deberá prescindir de los carburantes fósiles. El empresario reusense Xavier Lara, CEO de la consultora de energías renovables Aelius, está detrás de este test pionero, que se desarrollará en unas semanas en una fragata de la armada china y que debe suponer un hito más en esta carrera por la descarbonización del transporte marítimo.
En junio, ante diversas autoridades del país asiático, el que alberga la industria de construcción naval más grande del mundo, Lara planteó su propuesta. El empresario, embajador del Pacto Climático de la UE para España y formado en la URV, firmó un acuerdo para desarrollar ese primer piloto de amoníaco verde, convirtiendo un motor de barco de 4.000 toneladas en el puerto de Qingdao. Será la primera conversión del mundo, aunque solo suponga un paso inicial. «Hemos llegado a un acuerdo para hacer una conversión de una fragata. Nosotros haremos la ingeniería básica y la conversión en sí misma será hecha por una empresa estatal china. Hemos visto muy buena predisposición, que se ha concretado en este acuerdo», explica Lara.
Transformación expresa
El proyecto está cifrado en 25 millones de dólares y puede abrir la puerta a expandirse al resto de la flota china en su eventual adaptación al combustible verde. Todavía no hay buques navegando con este tipo de combustible que puede ser fundamental en todo el planeta en las próximas décadas. «Por un lado, tendremos a barcos que puedan moverse con amoníaco verde, pero serán los que ya vengan de fábrica, los que se hayan diseñado para ello. Nosotros estamos ofertando que las flotas actuales puedan transformarse», apunta Lara.
El máximo responsable de la firma Aelius presentó su planteamiento en el Foro de Qingdao de la Plataforma de Cooperación de Asia Oriental, en el evento ‘Coexistencia armoniosa en la década de los Océanos’, organizado por el Ministerio de Recursos Naturales de China y el Gobierno provincial de Shandong.
Un compuesto de futuro
Aelius es una empresa de consultoría de ingeniería y proveedora de tecnología, fundada por Lara en 2016 y con oficinas en Madrid, Tarragona, Estados Unidos o Australia. La carrera por un combustible verde para los navíos está en marcha. Iberdrola anunció en junio un acuerdo con la multinacional Trammo, la mayor comercializadora de amoníaco verde, para construir una planta dedicada a la fabricación de esta sustancia en el sur de Europa.
Por su parte, el gigante naviero Maersk busca establecer en España un ‘hub’ para producir metanol verde, un derivado del hidrógeno que competirá con el amoníaco por ser el compuesto que posibilite una descarbonización de las flotas. Lara indica que «el amoníaco verde lo puedes generar en cualquier país del mundo» y también plantea que «puede ser combustible para plantas que actualmente están quemando combustible fósil».
Pero es en esa aplicación naval donde hay camino por recorrer en diferentes fases. De hecho, Lara sugiere que Tarragona puede ser otro enclave para darle salida a este combustible, que desde hace tiempo tiene múltiples aplicaciones, como los fertilizantes agrícolas, pero que ahora puede ser usado para la industria naval. «Tarragona sería un lugar ideal, forma parte de la Vall de l’Hidrogen y nuestra idea sería muy adecuada, con el fin de ayudar a cortar la dependencia con los países exportadores de petróleo», indica Lara.
El consultor incluso se plantea, una vez el proyecto en China eche a andar, buscar oportunidades en Tarragona. «Mi idea es venir con una delegación de inversores de China, que están dispuestos a apostar por esto, y que podamos impulsar algo similar», cuenta.
Desde la Vall de l’Hidrogen recogen el guante y ven la propuesta con muy buenos ojos. «Tenemos las puertas abiertas a producciones de este tipo y estamos muy interesados en explorarlas», explica Isaac Justicia, director técnico de la oficina de la Vall de l’Hidrogen.
Tarragona, de hecho, está inmersa en la investigación de este tipo de tecnologías. «Tenemos proyectos que están enfocados en el amoníaco verde, tanto para combustible de embarcaciones como medio de transporte. El hidrógeno es complicado transportar y uno de los posibles ‘carrier’ es el amoníaco», apunta Justicia, que recalca que «hay gente interesada en poder fabricar hidrógeno y convertirlo en amoníaco».
Hidrógeno y metanol
Para el responsable de la Vall, «el amoníaco verde es uno de los combustibles de futuro para la industria naval», aunque se topa con un inconveniente: «Cuando haces la conversión de hidrógeno a amoníaco pierdes una parte de la eficiencia energética pero es indudable que estamos ante una alternativa interesante. Vamos hacia un futuro en el que seguramente convivirán el hidrógeno verde, el amoníaco y el metanol como combustibles para buques». Se trata, en general, de proyectos que se están madurando en estos momentos pero que serán claves.
El mayor electrolizador de España, que estará en Tarragona proyectado por Repsol para proveer al polo petroquímico, es una pieza clave en el procedimiento poder generar amoníaco. La proximidad de Port de Tarragona también juega a favor. «Hay un proyecto para adaptar un barco para que funcione con hidrógeno verde», señala Justicia.
Antes de llegar a ese escenario, a finales de este mes Xavier Lara volverá a viajar a China para comenzar este proyecto, que durará nueve meses y estará acabado hacia mediados del próximo año. También supondrá todo un reto logístico. «Nosotros haremos el diseño de la ingeniería. Lo más complicado será el entendimiento entre los dos equipos», explica Lara. La otra compañía que intervendrá será china, Shanghai Electric. Alrededor de 50 trabajadores se ocuparán de esta conversión.
A partir de ahí, se podrá replicar en otros navíos de la armada china o en mercantes de distinto tipo. Será un hito que abrirá camino para en esta carrera que para los expertos es ineludible. «La industria marítima tendrá que apostar por estos combustibles porque no va a tener más alternativa. Calculamos que el retorno de la inversión estará cifrado en menos de diez años, teniendo en cuenta las actuales tasaciones de las emisiones en dióxido de carbono», apunta Lara. «Y hay que tener en cuenta que las cantidades que hay que pagar por emisiones podrán subir y que estamos en el camino de prohibir los combustibles fósiles», añade el empresario.
El amoníaco verde se fabrica a partir de nitrógeno capturado de la atmósfera e hidrógeno producido en electrolizadores alimentados con electricidad renovable. La principal característica de este tipo de amoníaco es que en toda su cadena de producción no hay emisiones de CO2 a la atmósfera. «Partimos de fuentes de electricidad renovable», indica Lara.
A partir de ahí entrarían en juego elementos como ese electrolizador como el que tiene Repsol proyectado junto a la refinería de Tarragona para producir hidrógeno verde y que deberá entrar en funcionamiento en 2025. Grandes dosis de agua destilada intervienen para acabar obteniendo, mediante un proceso de electrólisis, la molécula de hidrógeno verde, que se comprime y pasa a un reactor llamado de Haber-Bosch.
En esa síntesis, que permite la reacción del hidrógeno y el nitrógeno a alta presión y temperatura, del aire se separa el oxígeno, que se envía a la atmósfera, y se obtiene el nitrógeno.
El resultado final es la producción de amoníaco verde utilizando hidrógeno verde y nitrógeno atmosférico. En ese repostaje de buques estará uno de sus usos estrella para el futuro.
Características y beneficios del amoníaco verde
Utilizado en fertilizantes. El amoníaco (NH3) es un compuesto químico a base de nitrógeno e hidrógeno ampliamente utilizado en la producción de fertilizantes y productos químicos industriales.Se produce a partir de gas natural y en su proceso de producción emite dos toneladas de CO2 por cada tonelada. Por este motivo al amoníaco convencional se le denomina amoníaco gris.
Industria marítima. El amoníaco verde, por el contrario, no emite CO2 en su proceso de producción por lo que se espera un crecimiento exponencial de su generación que reemplazará al gris y que podrá ser utilizado para otras aplicaciones adicionales, entre ellas la industria marítima.
Nuevos usos. El amoníaco se presenta como una sustancia con potencial en varios ámbitos de crecimiento. Es considerado un vector energético ya que permite el transporte y almacenamiento eficiente de hidrógeno. Implica un proceso adicional llamado ‘craqueo’ que consiste en volver a dividir la molécula de NH3 para recuperar el hidrógeno contenido en la misma.
Descarbonización. Iberdrola recalca que «otro de los posibles nuevos usos del amoníaco verde es como combustible para buques pudiendo tener un papel relevante en la descarbonización del sector marítimo». La firma energética recalca que «tiene potencial para ser usado como combustible en calderas, turbinas o motores para generar calor y electricidad reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero».
Transporte. Más allá de la utilización como carburante, el amoníaco verde tiene potencial en sí mismo como vector energético o ‘carrier’ de hidrógeno verde. Es decir, permite transportar el hidrógeno verde de una forma más competitiva y eficiente. Su papel en la transición energética va a ser, pues, decisivio.