Un 25% de la población de Reus vive en calles que tienen demasiado ruido, por encima de los 65 decibelios ponderados (dBA). Así se expone en la memoria de la tercera fase del Mapa Estratégico del Ruido, con muestras tomadas en 2021. Esto significa que alrededor de 26.000 reusenses están expuestos a, al menos, cinco decibelios por encima del valor límite. Y es que en zonas residenciales, el máximo permitido es de 60 dBA entre las 07 h y las 23 h y de 50 dBA por la noche.
El tráfico es el principal ‘culpable’ de estos altos índices y, por lo tanto, las calles afectadas son las arterias centrales de la ciudad: las avenidas de la antigua circunvalación, los paseos Sunyer y Prim o el arrabal del Pallol.
El Ayuntamiento de Reus ya lleva a cabo acciones de prevención y para combatir la contaminación acústica. Unas actuaciones que, como destacan fuentes municipales consultadas, se llevan a cabo de forma transversal. Aquí se incluyen medidas de movilidad para pacificar las calles, reordenación del tráfico, así como la transformación de calles a plataforma única. Además, el consistorio aprobó en 2021 la nueva Ordenanza de Ruidos y Vibraciones, que actualiza el documento de 1999.
Aunque se avanza hacia una ciudad más silenciosa, el mapa de ruidos muestra que todavía queda un largo recorrido. Y es que la mayoría de calles donde los límites son superados están, precisamente, en áreas catalogadas de sensibilidad acústica alta por la presencia de viviendas, centros educativos o sanitarios.
Las de mayor sensibilidad son las zonas donde hay escuelas, institutos, centros sanitarios y culturales. En principio, el nivel de ruido en estos puntos tendría que ser aún menor (máximo de 55 dBA). No obstante, algunas de estas zonas son, a la vez, de las más ruidosas de toda la ciudad. Así sucede en los alrededores de, por ejemplo, el Institut Salvador Vilaseca o La Salle, con más de 70 dBA en ambos casos (15 puntos más de lo que debería).
En los mapas elaborados en esta tercera fase, se indican también los puntos donde la superación de decibelios es mayor (por encima de los 5 dB respecto lo previsto). Aquí se sitúa el tramo del Passeig Sunyer entre avenida Prat de la Riba y la plaza del Nen de les Oques, el tramo del Passeig Prim entre calle Camí de Riudoms y de Pau Font de Rubinat, la avenida de la Salle o la de Salou. También, la intersección de la avenida Onze de Setembre con General Moragues, la calle Misericòrdia, la avenida Jaume I, el arrabal del Pallol y la plaza de la Sang.
La avenida de Països Catalans también supera los 65 dBA, aunque no aparece entre las vías más ruidosas. Aun así, la memoria destaca que es de las únicas vías donde se observa «un aumento del nivel de ruido». Un hecho detectado en los tramos centrales de la calle durante el día.
De los puntos más problemáticos hay la rotonda con la avenida de Riudoms. «Hay muchísimo tráfico, básicamente en las horas punta, sobre las ocho de la mañana y después por la tarde, alrededor de las 17h», cuentan desde la cafetería London. La situación se da entre semana, mientras que «a partir del viernes por la tarde, todo se calma», añaden. Desde otro comercio que está justo en la intersección de la avenida Països Catalans y la de Riudoms califican la cantidad de tráfico de «horrorosa» y que es «durante toda la jornada».
Pacificación de calles
Persiguiendo el objetivo de mejorar la calidad de vida, e intentar cumplir con el mapa de capacidad acústica –define qué nivel máximo de decibelios tendría que haber en cada zona de la ciudad–, el consistorio avanza en la pacificación de sus calles.
Como se detallaba anteriormente, la apuesta pasa por reordenar el tráfico o ir sumando nuevas calles de plataforma única. Ejemplo de ello son las actuaciones ya realizadas en calles próximas a calle Ample (Santa Helena, Miró y Verge Maria) o la futura intervención prevista en todo el eje de calle Ample y plaza de Pintor Fortuny.
Aquí, el planteamiento es ganar espacio para el peatón, con plataforma única y cortando la circulación por plaza Llibertat a la altura de Doctor Joan Abelló. Así, la calle Ample dejará de ser ‘puerta de entrada’ a la zona de la estación de trenes para los coches y, además, desde plaza Llibertat ya no se podrá ir hacia Prat de la Riba. Una forma de sacar el tráfico de esta zona.
Otro ejemplo es la peatonalización del arrabal de Santa Anna. En este caso, el tráfico rodado ha sido eliminado del arrabal pero, en cambio, vecinos de calles anexas se quejan de que la problemática se ha trasladado hacia Doctor Robert, calle La Selva del Camp y Amargura. «Antes ya era una zona problemática, pero desde la peatonalización, se ha agravado», relata un vecino de esta zona. En su caso, la vivienda no está aislada y asegura que en verano es cuando llega la peor parte al tener que abrir las ventanas. «El nivel es de no poder escuchar la tele por el tráfico», exclama.
Aunque los vehículos son la principal fuente de contaminación acústica en la ciudad, desde el consistorio también destacan que actúan ante denuncias concretas de ruido que provienen de actividades. En estos casos, se resuelven con la intervención administrativa. También se actúa en los problemas de contaminación acústica en la vía pública o por actividades de ocio.
Además, el consistorio ha trabajado por reducir el ruido en la recogida de la basura. Así, en los pliegos de contratación se incluyeron factores que reduzcan el impacto acústico de la maquinaria y funcionamiento del servicio.
Zonas que superan los 70 dBA
- Paseos Prim y Sunyer
- Tramo de la calle Riudoms
- Avenida la Salle, hasta plaza de Europa
- Avenida Pere Cerimoniós
- Calle Misericòrdia
- Avenida Jaume I
- Tramo del arrabal de Jesús y de Martí Folguera y parte del de Robuster
- Arrabal del Pallol
- Plaza Puríssima Sang
- Avenida President Macià
- Avenida Marià Fortuny
- Tramo avenida Onze de Setembre
- Avenida de Salou