«A uno, hasta hace poco tiempo, cinco céntimos no le parecían nada, pero ahora se notan un montón: todo va sumando, casi no hay trabajo y se necesita hasta la última moneda», opina Nazaret Zapata desde una de las paradas de la plaza de las Oques, donde espera la llegada de su autobús. Reus Transport comienza a aplicar hoy una subida de tarifas, la primera desde 2013, que incrementa de 1,25 a 1,30 euros el billete sencillo y aplica en los abonos aumentos de entre 10 céntimos y 5 euros. La Targeta Daurada, para mayores de 65 años empadronados, conserva la gratuidad.
El punto de vista de Zapata es generalizado entre los pasajeros, que lamentan que el encarecimiento de los títulos del bus urbano se suma al de muchos otros productos y servicios y, «al final, se hace imposible». «Hay que buscar alternativas en vez de hacer pagar más a la gente, porque llega un punto en que el bolsillo no da más de sí», critica otro usuario, Ernesto González, que apunta que «un poco por aquí y un poco por allí acaba siendo mucho» y que «el autobús es necesario, yo voy con billete y mi hija usa tarjeta y, tal como estamos, no es el mejor momento para subirlo nada. Muchos, a menudo, no llegamos a final de mes».
Sentada en el banco de la marquesina, Bárbara Rozas lo tiene claro: «Con los impuestos que se pagan, el bus debería ser gratis para los empadronados, como en otros municipios, y no solamente para los mayores». «Está subiendo absolutamente todo y ahora, encima, también el autobús», se queja, y constata que «yo uso abono porque sale más barato, pero es que también va a subir». Rozas repite la misma idea que el resto: «Aunque suba un poquito, todo suma y es una barbaridad». «Cinco céntimos no es mucho, pero cinco céntimos de todo sí que lo es: sube el pan, la leche, ahora también sube hasta el autobús... no llegas a final de mes», comenta.
Sobre este aumento de precios, el Ayuntamiento de Reus subraya, tal como detallan fuentes municipales consultadas, que se trata del «primer aumento de precios desde 2013» y recuerda que el trayecto al Aeropuerto mantiene el importe y se queda en 3 euros. Este último, de hecho, es el único que no va a variar hoy, junto a la Targeta Daurada.
Las mismas fuentes defienden que «el billete sencillo lo utilizan alrededor de un 10% de las personas que cogen el bus urbano» y que «es relevante destacar que el grueso más importante de pasajeros se montan de manera gratuita gracias a la Targeta Daurada; en 2021, más del 42% de los viajeros de Reus Transport se movieron con ella». Las tarjetas multiviajes permiten el transbordo gratuito entre líneas diferentes durante una hora y 15 minutos, según recuerdan desde el Ayuntamiento.
«Por esto, dejaremos de cogerlo»
Sin embargo, pasajeros que sí pagan se muestran convencidos de que «por culpa de esto, personas como nosotros dejaremos de ir en bus o, por lo menos, reduciremos los trayectos», tal como expresa Aleix Fernández junto a un amigo. Fernández pone sobre la mesa una cuestión que invita a pensar: «Si encarecen el transporte público, incitan a que no se use mientras es el propio Ayuntamiento el que dice y repite que tenemos que optar por el bus en lugar de otros medios». «A veces saco billete y a veces el abono», comenta, y explica que «por poco que suba, ya es algo. Si lo compras a menudo, ese poco pronto se convierte en mucho».
La tarjeta que más incrementará su precio este 2022 es la T-365, que ya resultaba antes la más cara por ser también la que mayor cantidad de viajes ofrece –son ilimitados a lo largo de un año–, y costará 5 euros más. En cambio, la T-10, multipersonal y que sirve para completar una decena de desplazamientos en un periodo máximo de tres meses, destinada a los pasajeros que usan el bus urbano de manera habitual, presenta la menor subida, 10 céntimos con los que el precio se fija en 8 euros.
En lo que atañe al resto, la T-Mes sube 50 céntimos, la T-10/30 pasa a costar 15 céntimos más, la T-Mes Famílies Nombroses/Famílies Monoparentals Règim General vale 40 céntimos más y la T-Mes Famílies Nombroses/Famílies Monoparentals Règim Especial, 25. Por último, la T-Jove, que se adquiría por 6,15 euros, sube 15 céntimos.
Este año, la empresa municipal también ha implantado algunas variaciones en sus recorridos. A partir del 10 de enero se llevó a cabo una ampliación del servicio de la L-10 los fines de semana para asemejarlo al del resto de días, y la L-20 también incorporó más frecuencias los sábados por la tarde. Además, la L-30 modificó sus servicios. Y, desde marzo, la L-10 tiene alterado el recorrido a causa de las obras de reforma del puente ferroviario del barrio Gaudí. En las últimas semanas, Reus Transport ha estado notificando varias anulaciones de frecuencias en diversas líneas que atribuye a «problemas técnicos».