«Sobrevivimos con velas, se nos ha dañado la nevera y calentamos agua para ducharnos. No podemos seguir así». Son palabras de Daniel Cruz, uno de los vecinos del edificio ubicado en el número 5 de la calle Wad-Ras de Reus. La polémica por okupas en el bloque del barrio Horts de Simó parece no tener final. Y es que desde el pasado jueves, las personas que viven allí han tenido que aprender a vivir sin luz después de que los servicios de emergencias detectaran riesgo de fuego por la precariedad de las instalaciones eléctricas producida tras los reiterados pinchazos de los suministros.
En el piso de Daniel viven cuatro personas: su madre, una amiga de ésta, su hermano menor y él. La nevera está rota y, obviamente, no tienen agua caliente. Hay velas en el pasillo, el comedor y las habitaciones y van a casa de una conocida para poder cocinar. Así es como el peligro de producirse un fuego se ha multiplicado. La realidad es que esta familia, como la veintena de vecinos más que conviven en el mismo edificio, se siente «desesperada».
El alcalde Carles Pellicer, la concejal de Servicios Sociales, Montserrat Vilella, y el jefe de la Guàrdia Urbana, Ricard Pagès, visitaron la vivienda el pasado viernes. Desde el Ayuntamiento ofrecieron un techo a los vecinos, por lo que doce personas han pasado el fin de semana en un hostal. Pero este lunes, todos han vuelto a su casa, que sigue sin luz. La presidenta de la comunidad, Natalia Rusneac, explicaba al Diari que ella misma ha pedido ayuda al consistorio para que puedan comer las personas afectadas. Cabe recordar que en el edificio viven una quincena de familias entre las que habría más de 25 menores. De ellas, diez tienen un contrato con Endesa y todo en regla.
El secretario de la Coordinadora i Entitats en Defensa del Territori, Josep Machado, ha contactado con Endesa. El técnico de la compañía en Reus está a la espera de que se de el vistobueno desde Barcelona para que un electricista pueda devolver la electricidad al edificio excepto al tercer piso, que sería el que ha causado ya tres incendios en poco más de dos meses. La decisión, que podría tomarse hoy mismo, dependerá también del análisis del informe de los Bombers de la Generalitat en el que se alerta del peligro de fuego por los pinchazos.