No llegó a la puerta. Los vigilantes de seguridad del hospital Sant Joan de Reus lo interceptaron y detuvieron. Llevaba un ordenador portátil en las manos, pero no era suyo. Pertenecía al centro.
Tras interceptar al presunto ladrón, los mismos vigilantes alertaron a la Guàrdia Urbana de Reus y visualizaron las imágenes del mostrador donde ‘desapareció’ el portátil.
Las imágenes no daban lugar a dudas ni a interpretaciones y el acusado se le veía con el portátil que había cogido de un mostrador.
Los agentes de la Guàrdia Urbana hablaron con los directivos del hospital y con las pruebas que aportaban las imágenes, terminaron deteniendo al presunto ladrón acusado de un delito de hurto. El valor del portátil estaría entre los 600 y 750 euros.