Parece increible, pero es real y, además, ocurre desde hace años. Con la llegada del verano, algunos vecinos incívicos revientan las bocas de riego públicas ubicadas en las plazas de Mas Pellicer para que el agua salga a presión y darse así un baño.
Grupos de adultos y niños toman este como un recurso para refrescarse durante las tardes de calor, cosa que genera malestar y quejas en el barrio por el jaleo, el gasto de agua y la situación en que quedan las propias plazas.
La Associació de Veïns I de Maig, con Eduardo Navas al frente, lleva mucho tiempo denunciando la vandalización de las bocas y reclamando a Aigües de Reus que intervenga para sellarlas de alguna forma. Y es que, al principio, una simple llave inglesa bastaba a los incívicos para prepararse el baño.
Tras varios intentos, el Ayuntamiento ha actuado ahora probando nuevos cierres «con la idea de que no sea posible abrirlos salvo con una llave especial», apunta Navas.
El presidente de I de Maig recuerda que «cada verano hemos avisado de lo que pasaba» e indica que Aigües de Reus «anuló ya algunas bocas de riego que no tienen gran uso, pero son muchas las que hay en el barrio y lo que hacía la gente era moverse hacia otra y abrirla».
«Después de años, y especialmente con la situación de sequía que estamos viviendo y el coste del agua, no podíamos dejar que esto continuara así», señala.
La empresa municipal de aguas ha instalado recientemente una especie de roscas con contorno heptagonal, lisas en su parte superior, que deberían dificultar y mucho la apertura de las bocas.
Pese a todo, parece que ya hay quien las ha querido poner a prueba: algunas de ellas, tres días después de haber sido colocadas, presentaban marcas por arriba, como si alguien hubiese intentado perforarlas para dejar salir el agua sin lograrlo.
Uno de los vecinos que paseaba por el barrio comentó a este rotativo que los tapones «son imposibles de abrir, no hay manera». Navas confía en que «al final, se haya encontrado una buena fórmula».
