El equipo de sinhogarismo del Centre Social El Roser se hará cargo de la atención social a los usuarios de La Illeta, espacio de reducción de daños y riesgos del consumo de drogas. El local de la avenida President Companys que albergaba hasta ahora este servicio cerrará el próximo 9 de agosto. El edificio de Pich Aguilera figura en el plan de inversiones municipal.
Así se acordó en la Junta de Govern Local celebrada viernes pasado y fue notificado a los trabajadores. La concejala de Drets Socials, Anabel Martínez, asegura que las personas que acudían a La Illeta –alrededor de 200 al año– tienen garantizada igualmente la cobertura social con el nuevo modelo y que el sistema «incluso ganará» con el cambio hacia las instalaciones de la carretera de Montblanc.
Para absorber esta prestación, el equipo de sinhogarismo de El Roser crecerá, el 1 de agosto, y pasará de 5 a 8 profesionales. También se harán ajustes en cuestiones como, por ejemplo, las franjas de uso de las duchas y la lavandería del Centre Social El Roser, mediante un mecanismo similar a la cita, para certificar la mejor distribución.
Martínez sostiene que lo que se hace es «una redefinición» concretada en que «antes los usuarios iban a La Illeta y a partir de ahora irán a El Roser» teniendo en cuenta que, «por ejemplo, había una parte de ellos que ya estaban utilizando el comedor social» y que «El Roser cuenta con dependencias de duchas y de lavandería». «Estábamos duplicando servicios y los ordenamos, optimizando los recursos para todos de tal forma que podamos hacer más», especifica.
Lo que no se ofrecerá, según indica el gobierno, es un lugar en el que pasar la mañana o la tarde, sino que las personas, en su mayoría consumidores activos, se incorporarán a «programas individualizados», así como a «las actividades colectivas, ordinarias e inclusivas, que se realizan», como salidas culturales u orientadas al deporte. Eso, «tiene además un objetivo de integración», tal como mantienen las mismas fuentes.
La idea es emplear el impás entre hoy y el 9 de agosto para «informar a los usuarios del cambio y hacerles un acompañamiento». La concejala indica que los casos son diversos y que «hay personas que acudían a La Illeta regularmente, otras que lo hacían puntualmente, iban un rato por la mañana...».
E incide en que «a partir del 9 de agosto se hará una atención individualizada, adecuada a las singularidades, con un diagnóstico personal». «Llevamos tiempo trabajando y ajustándolo todo para que nadie se descuelgue y no pierda la atención social», señala Martínez.
Pich Aguilera y el plan municipal
El Ayuntamiento asegura que el Centre Social El Roser tiene capacidad de sobras para asumir esta vertiente sin ninguna complicación. Y destaca que el equipamiento de la carretera de Montblanc –que se inauguró hace poco, en 2022– se encuentra en mejores condiciones que el local de La Illeta en la avenida President Companys.
En cuanto a esto, la reformulación de la atención liberará de actividad el edificio de Pich Aguilera, del que el consistorio podría acabarse desprendiendo. El personal de la Fundació Educativa i Social (FES) que operaba en La Illeta, unos cinco trabajadores, será reubicado dentro de la propia FES al consumarse el cambio.
Un recurso pionero cuyo modelo se desvaneció en 2023
El espacio de La Illeta nació en 1999, tal como explica el gobierno reusense, como un recurso de atención pionero y singular por aunar, en un mismo espacio, atención sanitaria y social a la drogodependencia. La Illeta tal como se la conocía, según defienden las mismas fuentes, se desvaneció en 2023, coincidiendo con el paso de la gestión del Hospital Sant Joan de Reus y la rama de prestaciones sanitarias que manejaba el Ayuntamiento a manos de la Generalitat.
La nueva entidad de derecho público (EDP) Salut Sant Joan de Reus-Baix Camp conservó entonces la actividad de drogodependencias en su perímetro pero dejó de derivar a sus profesionales de la parte puramente de salud a La Illeta. Y La Illeta que se quedó físicamente solo con la vertiente social, pilotada por la Fundació Educativa i Social (FES) por encargo del Ayuntamiento.
La situación generó protestas ligadas al futuro de La Illeta y a la destitución, por parte del Hospital, de la jefa del Servei d’Addiccions i Salut Mental, la doctora Tre Borràs.
En lo que atañe a la órbita municipal, en esta nueva etapa, el gobierno local considera que «la intervención social se puede llevar a cabo mediante diferentes metodologías y la que había era una posibilidad». «Pero existen muchas y ahora se aplicará otra», expone el ejecutivo.