Vivir en el centro de la ciudad, sin necesidad de coger el coche, ir andando a cualquier parte y, además, que la vivienda sea de nueva construcción o rehabilitada al completo. Este es el nuevo modelo que se está extendiendo en los últimos años. Empezó en grandes ciudades, como Barcelona o Madrid, y se ha ido extendiendo. También ha llegado a Reus, donde se han concedido más de 40 licencias de rehabilitación de inmuebles desde 2014, según datos del pasado mes de abril.
Sin ir más lejos, en los últimos meses se ha estado trabajando en el edificio de la histórica tienda Queralt, en la calle Monterols, donde se han habilitado tres viviendas que entrarán al mercado a partir del próximo mes de enero para ser alquilados. Pero no es el único edificio del centro que se está rehabilitando. En el arrabal del Pallol, en un solar en el que se derribó el antiguo edificio, se anuncia una próxima promoción de viviendas y locales en el centro de Reus.
Según un estudio realizado este 2019 por Global Project, la demanda para rehabilitar y reformar residencias ha registrado, en el caso concreto de Barcelona, un auge del 10% interanual. «Los solares aún son caros y el precio de la vivienda está por debajo de lo que se vendía años atrás. Una opción más económica es invertir en la rehabilitación de pisos y alquilarlos», explica el gerente de la empresa de servicios inmobiliarios OTA Cochs, Pere Cochs.
A pesar de esta tendencia cada vez al alza, desde el Gremi de la Construcció del Baix Camp, su presidente, Gregori Salvat, explica que se trata de obras puntuales. Lo atribuye a las dificultades que presentan las viviendas antiguas del centro para adecuarlas a la normativa vigente. «Si se quiere rehabilitar un edificio, se debe tener en cuenta que cada una de las habitaciones tiene que disponer de ventana. Los lavabos son las únicas estancias que no es obligatorio que estén ventilados», detalla Salvat. Con esta premisa, el presidente del gremio remarca las dificultades que presentan la mayoría de pisos céntricos. «Hay un problema de espacio. Antes, las viviendas eran estrechas, con habitaciones internas sin ventanas, y adecuarse a la normativa, a veces es muy complicado. Es por este motivo que no se hacen más rehabilitaciones», dice Gregori Salvat.
Bajo el punto de vista de Francesc Queralt, de la histórica tienda Queralt, el futuro pasa por la ciudad compacta y, por lo tanto, por la rehabilitación de los pisos del centro. «El Pallol es un buen ejemplo, pasando de una zona degradada a lo que es ahora», señala Queralt que, a la vez, considera que el modelo vertical es más sostenible que las ciudades descompactadas.
Sube el precio del alquiler un 10%
«El precio del alquiler está subiendo, aproximadamente, un 10% anualmente porque no hay oferta», explica el gerente de OTA Cochs, Pere Cochs. Júlia Masdéu, de 28 años, verifica que es difícil encontrar pisos en el centro y que sean accesibles económicamente para los jóvenes. Pone como ejemplo que pisos que cuatro años atrás se alquilaban por 400 euros, ahora están por 600. Recientemente, Júlia se ha mudado a una vivienda rehabilitada de la calle Hospital, al lado del Pallol. «Quería el centro porque puedes desplazarte a pie por la ciudad», explica. Y es que considera un lujo estar cerca de todo tipo de servicios y, más aún, en un piso rehabilitado. Unas características cada vez más buscadas por la ciudadanía pero que, la poca oferta, hace que los precios estén subiendo.
