Reus, ‘kilómetro cero’ de la avellana

‘Temps d’Avellana’. Una cata de avellanas inaugura unas jornadas impulsadas por la Cambra de Comerç que quieren promocionar y difundir las virtudes del fruto seco

05 octubre 2020 20:00 | Actualizado a 10 diciembre 2020 00:44
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Los documentos más antiguos sitúan el origen de la Llotja de Reus 700 años atrás. Primero fijando los precios a pie de plaza en el mercado del Mercadal y, muchísimas décadas después, en la plaza Prim. Allí, su vetusto edificio hace años que lucha para recuperar la gloria pasada. Como también lo trabaja con fuerza uno de sus productos estrella: la avellana de Reus.

Aunque su calidad –con sello Denominación de Origen Protegida (DOP)– es mejor que nunca y sus beneficios altamente valorados, el fruto seco del territorio no atraviesa un momento demasiado alegre. Su exigua importación actual se suma a la progresiva pérdida de cosechas. En los últimos años, el Camp de Tarragona ha pasado de 30.000 a 13.500 hectáreas de cultivos de avellana, un reflejo de las dificultades que atraviesa la payesía. Y si quien lo expone es una institución como Pere Guinovart, presidente de la DOP Avellana de Reus, la situación preocupa.

Pero las lamentaciones y reclamaciones para lograr más «incentivos económicos» no significa que el sector esté con los brazos cruzados. Más bien lo contrario. Payeses, empresas, administraciones y la Cambra de Comerç trabajan más que nunca para revertir la situación. Y el Temps d’Avellana es el mejor ejemplo. Se trata de una iniciativa que quiere poner en valor este producto km0, su sello de calidad y «darlo a conocer y concienciar a la sociedad de sus posibilidades gastronómicas y para la salud».

Con estas palabras el presidente de la entidad cameral de Reus, Jordi Just, ha inaugurado este lunes la tercera edición que ha tenido como acto central una cata de avellanas en el edificio de la lonja y que ha contado con la asistencia de unas 30 personas entre políticos; con el alcalde Carles Pellicer a la cabeza, empresarios o productores de la avellana entre otros. Una sesión con muchas sorpresas, más allá de constatar la gran calidad de la avellana ‘negreta’, la principal variedad del Camp. De hecho, para un neófito como es mi caso seguro que me han quedado muchos matices por descifrar.

Helado de avellanas

La cata ha consistido en valorar la avellana ‘’negreta’, cruda y tostada, desde parámetros como su dimensión, sensación visual o gustativa. Pero también su sensación olfativa. Sin duda, uno de los momentos más singulares ha sido cuando la productora Ester Gomis, una de las encargadas de dirigir la cata, hizo aplastar una avellana con la mano para después sentir su olor. Algo así como madera mojada en mi caso, seguramente distinto a todos los asistentes. En lo que si coincidimos la amplia mayoría ha sido en comernos todas las avellanas. Y una última novedad, ya que el presidente de la cámara ha anunciado que, en breve, darán a conocer un helado hecho con avellanas de Reus.

Temps d’Avellana impulsará en los próximos meses unas jornadas técnicas on line para los agentes del sector, catas de avellanas para prescriptores, visitas y actividades en los ámbitos de la gastronomía o el comercio. Consulte todo el programa de actos: Temps d'Avellana.

 

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