Reus bate su récord de población y ya son 108.479 las personas empadronadas en la ciudad, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) con cifras de 2023. La capital del Baix Camp supera, por primera vez, la barrera de los 108.000 habitantes y deja atrás el anterior pico de población, alcanzado en 2008 con 107.770 habitantes.
«Nos hemos consolidado como ciudad de más de 100.000 habitantes», valora el concejal de Hisenda, Manel Muñoz, para quien lo más importante es que el crecimiento sea sostenible. Es decir, «tenemos que asentar las bases para que vivir en Reus sea una oportunidad», dice Muñoz, por lo que pone el foco en invertir en servicios «que garanticen el bienestar de la población», además de impulsar el sector económico y una buena planificación urbanística. Para el concejal, varios factores han contribuido en la consolidación de la población por encima de los 100.000 habitantes y, ahora, haber superado los 108.000, entre los que destaca el «compromiso del tejido social» y la complicidad con el Ayuntamiento.
La tendencia al alza es también compartida a nivel global. «En Catalunya ya hemos superado los 8 millones», recuerda Joan Alberich, profesor de Geografía de la Universitat Rovira i Virgili (URV). Y si eso sucede «es por la inmigración», añade. Todavía no están disponibles los datos de crecimiento natural y saldo migratorio del año pasado, y los de 2022 están aún incompletos. Pero la tendencia es clara: «Llevamos varios años con crecimiento natural negativo, hay más defunciones que nacimientos por una cuestión estructural, por lo que si la población crece es debido a la inmigración», relata.
A modo de ejemplo, en 2021 (el último año con datos completos), en Reus hubo 110 muertes más que nacimientos. En cambio, la población creció en 457 habitantes gracias al saldo migratorio positivo: hubo 567 personas inmigrantes más que emigrantes (teniendo en cuenta tanto las migraciones internas dentro de Catalunya y España, como las externas con otros países).
Joan Alberich recuerda que el mayor boom migratorio fue durante los primeros años de los 2000, «hasta que en 2008 estalló la crisis económica». Así también se ve en la evolución de la población de Reus, que en solo ocho años ganó 18.591 habitantes. En 2008 se alcanzó el máximo histórico y, a partir de ese momento, empezó un descenso hasta 2017, cuando Reus empezó a ganar, nuevamente, población hasta, ahora, rebasar su propio récord.
Si la crisis económica de 2008 desencadenó un descenso de la población, ¿por qué no ha sucedido lo mismo con la irrupción de la Covid? El profesor de Geografía de la URV explica que en 2008 «la crisis afectó especialmente España», lo que provocó que muchas personas emigraran hacia otros países. «Pero la situación con la Covid no ha sido peor en España que en otros países», matiza Alberich. Así pues, los flujos migratorios han seguido funcionando, solo con la excepción de 2020, «que fue como un paréntesis».
En el caso concreto de Reus, y como se observa en el recuadro adjunto, el saldo migratorio alcanzó un importante pico en 2019, con un saldo migratorio de 1.690 personas. En 2020 siguió siendo positivo, pero descendió a raíz de la Covid, y posteriormente el ascenso se ha mantenido. «En los últimos años, el crecimiento de la inmigración es sostenido, no es la misma magnitud que la de principios de los 2000, pero es también importante», señala el geógrafo.
«Una ciudad muy rica»
Un ejemplo de ‘nuevo reusense’ es Juan Francisco, que hace un año que vive en Reus. Es de Tarragona y se mudó a la capital del Baix Camp porque es donde vive su pareja. «Estamos de alquiler en una zona céntrica», detalla, y valora que «la relación entre calidad y precio está muy bien en comparación con otras ciudades» cercanas. Recuerda que Reus es un municipio tensionado, con el precio de la vivienda disparado por la alta demanda y la falta de oferta, pero «en comparación con Tarragona, en Reus los precios están más bajos. Lo podrían estar todavía más, pero no está mal», dice.
Sobre Reus, Juan Francisco valora que «esté todo conectado y puedas llegar rápidamente a cualquier parte». También juega un papel importante el ambiente: «Siempre hay vida, con gente paseando por el centro» y también a nivel cultural y gastronómico «es una ciudad muy rica».
