El derribo de dos edificios centenarios de Reus ha levantado críticas entre la ciudadanía. Desde la entidad Amics de la Unesco de Tarragona han denunciado su demolición a través de las redes sociales al tratarse de inmuebles novecentistas de «valor patrimonial» y están estudiando emprender acciones legales contra el Ayuntamiento de Reus.
Hace dos semanas se inició la demolición del edificio de la calle Sant Llorenç, en el barrio del Carme, y está previsto que en los próximos días también se tire al suelo el del Passatge de l’Escorial. Ambos son de titularidad municipal. El equipo de gobierno defiende que, según el informe técnico del arquitecto municipal, su derribo era necesario por motivos de seguridad y por riesgo de derrumbamiento. De hecho eran dos del centenar de edificios que los vecinos del barrio del Carme tenían catalogados en estado ruinoso.
El Ayuntamiento asegura que el edificio de la calle Sant Llorenç estaba afectado por el planeamiento urbanístico desde hace años y por este motivo no tenía protección patrimonial. Explican que no podía tener otro uso, ya que en esta zona hay una calle prevista según el planeamiento. El consistorio asegura que se han seguido todos los trámites necesarios y el derribo ha sido sometido a información pública con el correspondiente periodo de alegaciones.
Por su parte, la entidad Amics de la Unesco de Tarragona ponen de manifiesto que la casa de la calle Sant Llorenç era un edificio del 1929 con elementos novecentistas. «Estamos hartos de que no se preserve el patrimonio y que se haga con total impunidad, sin que nadie pague las consecuencias (…) estamos muy indignados», critica David Edo Estévez, miembro del Amics de la Unesco. Según Edo, las barandillas de la balconada tenían el escudo de las cuatro barras catalanas, «si no te fijabas, no lo veías», y es que se construyó en la época de la dictadura del General Primo de Rivera en qué cualquier símbolo catalanista estaba perseguido. «Claramente la balconada con estos motivos fue una reivindicación política de catalanidad en tiempos difíciles en la ciudad de Reus», explica Edo. Los arquitectos de esta época se vieron obligados a esconder los elementos nacionalistas en sus obras.
Amics de la Unesco desconocen quién fue el arquitecto de la casa de la calle Sant Llorenç y quienes eran sus propietarios. Desde la entidad también destacan otros elementos interesantes del inmueble como la escalera interior de hierro forjado o las arcadas que presidían parte de la fachada principal.
Posteriormente, durante muchos años, la casa de la calle Sant Llorenç albergó una escuela y también la Llar d’Infants Mafalda. «Nos hemos encontrado que el mal ya está hecho pero lo hemos denunciado para que reflexionemos, para que no quede impune y evitar que se pueda repetir un hecho similar (…) Estamos muy indignados. Quién pierde su pasado, pierde su futuro y acabamos de perder un punto importante de la ciudad», lamenta Edo, que considera que por lo menos se podía haber mantenido la fachada del edificio, como hacen en el Eixample de Barcelona.
Críticas de Quim Torra
El presidente Quim Torra fue uno de los centenares de usuarios que se hicieron eco de la denuncia de Amics de la Unesco y criticó la decisión del Ayuntamiento de Reus: «Quin greu, quin menyspreu pel patrimoni de tots», dijo.
El edificio de la calle Sant Llorenç no tenía protección patrimonial y es probable que, si finalmente se emprenden acciones legales, no tengan ningún recorrido. Aún así, algunos ciudadanos a través de las redes lamentan que el Ayuntamieno haya abandonado el edificio de la calle Sant Llorenç durante veinte años sin darle uso ni hacer ningún tipo de mantenimiento.
El uso del nuevo espacio aún está por definir. Los vecinos del barrio del Carme esperan que sea una zona verde.