Entre cuatro y cinco solares se añadirán, a lo largo de 2024, a la red de aparcamientos disuasorios de Reus. Esa es la previsión con la que trabaja el gobierno municipal, que está escogiendo nuevos terrenos susceptibles de destinarse al estacionamiento de vehículos. La idea es que se ubiquen en el extrarradio y estén conectados con el núcleo mediante transporte público. Y deberían resolver las situaciones de colapso que se producen, a veces, en las zonas más céntricas.
La ciudad cuenta actualmente con ocho aparcamientos disuasorios, la mayoría enclavados en el oeste. Se localizan en las calles de Badalona, de Roger de Llúria, de Falset –este es el más reciente y entró en funcionamiento en 2020–, de Sor Lluïsa Estivill, la plaza del Velòdrom, la avenida de los Països Catalans y el Raval de Sol i Vista. Entre todos, suman una capacidad aproximada de 820 turismos, aunque los hay que no tienen las plazas físicamente delimitadas.
Los emplean vecinos pero también residentes en localidades del entorno que se desplazan a Reus, y llegan a llenarse. El Ayuntamiento acaba de aplicarles un plan de puesta al día, al que se destinaron alrededor de 35.000 euros, que sirvió para aplanar los baches y retirar basura y escombros acumulados.
«Llevamos ya unos meses analizando qué terrenos hay disponibles, tanto municipales como privados, que puedan ser objeto de este uso de aparcamiento disuasorio repartidos entre el norte, el sur, el este y el oeste. Y durante 2024, intentaremos llevar a cabo la ejecución y el despliegue de nuevos parkings», detalla el concejal de Via Pública, Daniel Marcos.
En cuanto a la cantidad de nuevos espacios que se crearán, el edil indica que «todavía se está concretando», pero ya avanza que «pensamos en cuatro o cinco». De esta forma, Reus alcanzaría la docena de ellos.
También para aligerar AgroReus
Uno de los emplazamientos que ya se está delimitando se corresponde con el polígono AgroReus. Marcos señala, en este sentido, que «la concejalía de Promoció Econòmica lleva el tema de polígonos y nos ha hecho la propuesta de un disuasorio, un aparcamiento en superficie, para dar respuesta a algunas áreas en las que hay una cierta carencia y colapso de vehículos que no encuentran sitio».
«Hay empresas pequeñas pero también otras que generan un flujo de trabajadores importante», recuerda el concejal. Por eso, «estamos estudiando qué posibilidades hay para generar un estacionamiento gratuito en el polígono y dar respuesta a las necesidades que nos trasladan las empresas y los usuarios».
En general, la intención para los cuatro o cinco parkings que se habiliten en el global del término el año que viene es «que estén en condiciones y cumplan unos mínimos para realizar la estancia». Pero, «sobre todo, lo que estamos procurando es que tengan conexión con el transporte público. Ese es el objetivo», especifica el responsable de Via Pública.
Esto se traduciría en enlaces «con el autobús o con la Ganxeta», el sistema público de bicicleta compartida que se pondrá en marcha el 30 de enero, aunque «al final, la configuración de Reus hace que, en muchos casos, de una manera u otra, se pueda llegar al centro en 10 o 15 minutos». «Tenemos buses y tenemos una red ciclable y vincular todo esto significa ponerle la movilidad quizá un poco más fácil a la ciudadanía», añade Marcos.
Pese a que se trazarán «en el extrarradio», los futuros aparcamientos disuasorios «los buscamos que tampoco estén excesivamente lejos para que incluso caminando sea posible llegar en 15 o 20 minutos», tal como especifica el edil. Marcos incide en que los parkings de entrada libre «son muy necesarios para gestionar todo el tráfico del centro y de las personas que vienen a Reus».
En otros momentos del año, pero especialmente estos días coincidiendo con la campaña de Navidad y su gran capacidad de atracción, los parkings subterráneos de Reus Mobilitat i Serveis más cercanos al núcleo han iluminado el cartel de completo algunas tardes. Y derivaban la afluencia de conductores hacia un segundo perímetro.
El papel crucial que ya desarrollan las superficies de aparcamiento gratuito tomará aún más protagonismo el año que viene. Y es que, en la línea de la modificación de ordenanzas fiscales que se aplicará en 2024, suben también los precios de los parkings subterráneos y de la zona azul. En los subterráneos, el máximo diario pasará de los 4 euros que se habían mantenido durante la última década a 4,5 euros. El Tecnoparc es la excepción y se quedará en 3 euros. Además, todos los abonos se encarecerán.
Sobre la zona azul, fuentes municipales sostienen que el incremento se fija en un 9,7%. Y afinan que el precio medio de la hora de estacionamiento será de 1,20 euros, aunque hay que tener en cuenta que no todas las zonas de la ciudad se rigen por las mismas tarifas.