Más de 300 intervenciones por presencia de cucarachas y roedores en el último año en Reus

Los vecinos vinculan parte de las incidencias al incivismo y a la basura fuera de los contenedores. Aigües de Reus invierte más y aplica nuevos sistemas, como las jaulas trampa

10 septiembre 2021 18:50 | Actualizado a 11 septiembre 2021 06:03
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El Ayuntamiento ha gestionado entre julio de 2020 y este mes de junio, a través de Aigües de Reus, hasta 321 incidencias y avisos por actividad de roedores y cucarachas en la ciudad. La empresa municipal invierte cada año en el control de plagas, aproximadamente, 90.000 euros, y destina personal a esta labor de manera permanente. El presupuesto ha ido elevándose en los últimos tiempos pese a que el volumen de episodios «se mantiene». Los vecinos vinculan al menos parte de ellos al incivismo y a la basura que se deposita fuera de los contenedores.

Sistemas innovadores con tecnologías más avanzadas, como las jaulas de captura, están reemplazando productos tradicionales que han ido perdiendo su efectividad. El Ayuntamiento se acerca ahora a «una estabilización de las poblaciones, aunque la dificultad para su contención se ha incrementado».

«En el barrio, lo que más tenemos son ratas, pero siempre que damos una alerta viene Aigües de Reus prácticamente al momento y actúa», explica Eduardo Navas, presidente de la Associació de Veïns I de Maig de Mas Pellicer, que indica que «el mayor problema son los incívicos, los que tiran la basura fuera de los contenedores, porque eso es comida para ellas». Navas denuncia que «aquí, la policía no es que no nos atienda sino que procura ignorarnos» y, así, «la gente sucia no tiene de qué preocuparse porque sabe que nadie le va a multar». Los solares que rodean el barrio «no nos afectan», pero el presidente de I de Maig precisa que «lo que sí está pasando es que ya casi no tenemos jardines, prácticamente son selvas, y de ahí salen cucarachas, ratas y, como te descuides, hasta gatos». En uno de estos espacios, explica, «hace un tiempo pusimos trampas para las ratas y cogimos 16».

En el barrio del Carme, el presidente de la Associació de Veïns L’Harmonia, Josep Machado, apunta que «Aigües de Reus está pendiente, va viniendo y revisa cómo está todo, informa a la asociación y nos preguntan cómo va la cosa». En esta área «hemos tenido tanto ratas como cucarachas porque la gente tiene mucho descontrol con la basura, la gente no es limpia y deja las bolsas en el suelo, y eso atrae a las ratas que suben para ir a alimentarse de allí». Desde la entidad, «hacemos un llamamiento a la gente para que sea más cívica porque está en juego la salud de todos y dejar la basura fuera es antihigiénico». El Ayuntamiento, según indica el líder vecinal, «pone las medidas necesarias».

Anabel Castaño, presidenta de la Associació de Veïns de Sol i Vista, detalla que «por aquí suele haber ratas y cucarachas que proceden de la riera, pero Aigües de Reus va viniendo todo el año, periódicamente, para resolver lo que suceda». Como los roedores habían generado inconvenientes, en años anteriores, en los huertos urbanos del barrio, «esta vez di aviso antes de la cosecha para que fueran preventivamente a ver si se podía evitar». Sobre los mecanismos que se emplean para el control de plagas, Castaño precisa que «suelen traer unas jaulas con trampa donde no se pueden meter otros animales para que no pase nada».

Pinturas biocidas

Fuentes municipales especifican que «en los últimos años, la lucha contra las plagas en Reus cada vez es más compleja» y detallan que «el reciente cambio normativo a nivel europeo sobre los biocidas que se utilizaban –que se consideraban excesivamente tóxicos, puesto que acababan entrando de manera indirecta en cadenas tróficas de especies protegidas con riesgo de una mayor mortalidad– ha hecho que sean menos activos, y por tanto menos efectivos». Además, «la evolución de las plagas es realmente difícil de prever a causa de los biorritmos de las especies y por lo erráticos que pueden ser sus comportamientos y la rapidez con que se pueden desplazar, sobre todo los roedores, de unas zonas a otras a través del subsuelo urbano». Reus cuenta, exactamente, con 296 kilómetros de cañerías bajo tierra, y tiene alrededor de 8.746 alcantarillas.

En el control de plagas «no se puede bajar nunca la guardia, debe haber una atención continua y permanente» y, por eso, incluso durante el periodo más estricto del confinamiento, «no se dejó de lado el mantenimiento preventivo, para evitar una proliferación descontrolada», según indican las mismas fuentes.

Mediante Aigües de Reus «se realizan campañas de refuerzo durante el verano, especialmente los meses de julio y agosto». Estos son los períodos en los que, históricamente, se registran más incidencias, «en parte debido a la subida de las temperaturas, que facilitan la expansión». Estas campañas se llevan a cabo utilizando «productos especiales, tanto para el control de cucarachas como de ratas: en el caso de cucarachas–153 incidencias–, con pinturas biocidas específicas en las zonas con más afectación, y para las ratas –168–, con la introducción de rodenticidas de alta calidad». Todos los productos se van variando frecuentemente para que los insectos y múridos no se habitúen. El objetivo siempre es «minimizar la afectación a la ciudadanía», manteniendo a raya las plagas y tratando de que las incidencias sean tan pocas como resulte posible.

En cuanto al control de ratas, «debido a la pérdida de efectividad de los productos raticidas a utilizar, se han incorporado varios métodos actualizados como las jaulas de captura», tal como especifican las mismas fuentes. Estas 321 incidencias tanto por ratas como por cucarachas que se dieron en los últimos once meses «parecen mostrar que se está consiguiendo una estabilización de las poblaciones». Eliminarlas completamente «es un objetivo difícilmente asumible, teniendo en cuenta la propia definición de las plagas».

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