La escuela Pompeu Fabra de Reus será la primera de la ciudad en ofertar clases de árabe en horario extraescolar. «Un grupo de padres y madres magrebíes del centro conocieron que en el País Vasco existen programas similares pagados por el Reino de Marruecos», explica la directora de la escuela, Teresa Gassull. «Hicieron la petición al centro, se aprobó en el consejo escolar y a partir del año próximo empezaran las clases en horario extraescolar, de 13.00 a 14.00h».
Según cuenta Lluís Pallejá, presidente de la Associació de Pares i Mares de la escuela, «las madres participan en un grupo de y fomento de la participación en el ámbito educativo». De las más de diez reuniones que celebraron durante el curso salió la idea de hacer la petición formal al centro. «Para nosotros ha sido una sorpresa, que algo que hacíamos para que las familias pudieran decidir sobre el futuro de sus hijos a nivel educativo haya servido para que las familias hayan modulado un único discurso en un tema tan importante como incorporar una extraescolar de lengua árabe», dice Pallejà, que añade que «celebramos que la comunidad educativa haya buscado los recursos existentes pero que no están a disposición pública para hacerlo una realidad».
Profesorado experto
El Departament d’Ensenyament tiene tres profesores marroquíes, pagados por el Reino de Marruecos, que enseñan árabe en el Camp de Tarragona. Lo hacen en escuelas de Tarragona y en algunos municipios del Baix Penedès. «Nos dijeron que por disponibilidad sólo podríamos tener un profesor y en horario de mediodía» explica Teresa Gassull. Éste fue el factor que obligó a reducir el número de alumnos. «Hicieron la petición unos sesenta, pero lo restringimos a 15 del ciclo superior de primaria». La extraescolar se ha diseñado en base al trabajo elaborado por las coordinadoras lingüísticas y de cohesión social del Departament d’Ensenyament.
Zakia Ajaada es madre de un alumno de P3 en la escuela Pompeu Fabra. Aunque su hijo no podrá asistir a las clases que se programen, ella, que vive en Catalunya desde los nueve años y que habla en perfecto catalán y español, se encarga de coordinar el grupo de madres de la escuela que han impulsado la iniciativa. Zakia asegura que han participado en varias reuniones con responsables de la escuela y de los servicios territoriales de educación. «Nos encontramos en un centro en el que entre un 70 y un 80% de los alumnos son marroquíes», explica. «¿Qué problema hay en que queramos que nuestros hijos aprendan árabe? Lo mismo ocurriría si en un país como Alemania, en una escuela, hubiera un 70% de alumnos catalanes. Querrían que sus hijos aprendieran catalán», afirma.
Otro centro estudia la idea
Zakia cuenta, de la misma forma que Pallejá, que se buscó reducir las ratios de las clases a no más de 15 alumnos. «Éramos unas cuarenta familias con alrededor de sesenta alumnos los que queríamos formar parte del proyecto. Como solamente hay un profesor disponible y una única hora a la semana, sólo 15 alumnos podrán estudiar árabe». Aún así, asegura que «estamos muy contentos, porque no creíamos que la iniciativa pudiera entrar en funcionamiento este próximo curso.
Precisamente ella, que vive en Reus desde 1999, estudió árabe en unos cursos parecidos que se impartían en el Instituto Salvador Vilaseca. «En 2004 yo fui alumna de unos cursos parecidos». Según cuentan Pallejà, Gassull y Ajaada, las clases están dirigidas a los primeros 15 alumnos que se inscriban, sean o no magrebíes. En Reus, otro centro ha recibido la propuesta por parte de los padres y madres para implantar una extraescolar de lengua árabe. De momento están a la expectativa de aprobarlo en junta escolar y de diseñar un horario.