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Los payeses alertan de que la mitad de avellanos morirán si no son regados

El sector advierte que si hay que arrancar y volver a plantar árboles, tendrían que pasar al menos cinco años para tener cosecha «y es insostenible», por lo que exigen medidas

18 mayo 2023 20:05 | Actualizado a 19 mayo 2023 07:00
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La avellana tiene el futuro «negro». Así lo alerta el sector ante el panorama de sequía y restricciones de agua. Unió de Pagesos y la Denominació d’Origen Protegida (DOP) Avellana de Reus prevén que gran parte de este cultivo del Baix Camp muera este año. Las hectáreas que están en peligro, y que ya dan prácticamente por perdidas, son las 4.000 que reciben agua del pantano de Riudecanyes. Y es que del embalse no saldrá ni una gota destinada a riego esta temporada por el alarmante nivel de reservas, que ayer era del 7,41% y Siurana, al 6,87%.

Este escenario condena a muerte a casi la mitad de la producción de avellana del Camp de Tarragona, y también de Catalunya (9.000 ha en total), dado que el 91% es cultivada en la provincia. En consecuencia, la producción no será suficiente para la demanda.

Como recuerda el responsable nacional de la fruta seca de Unió de Pagesos, Sergi Martín, el avellano «es un arbusto de ribera que necesita humedad». Sin este recurso, el cultivo no aguanta: «Hay que arrancar, volver a plantar y esperar unos siete años para volver a producir», explica, un escenario que es «insostenible».

«Un año sin cosecha significa un año de trabajo sin salario», subraya la presidenta de la DOP Avellana de Reus, Ester Gomis, para hacer una idea de la magnitud de la tragedia. A todo ello, Jordi Mariné, payés de Riudoms, puntualiza: «Una cosa es empezar a producir y otra, que sea rentable».

Los payeses de la zona que no dependen de Riudecanyes sí que tienen posibilidad de mantener, al menos, los avellanos con vida, aunque quizá no la cosecha. No obstante, Ester Gomis, alerta del bajo nivel freático, lo que podría dejar sin posibilidades de riego a aquellos productores que tienen pozos. «Sabemos que hay industrias de la zona y ayuntamientos que cogen agua de pozos de 200 metros de hondo y esto puede hacer bajar el nivel de los acuíferos. Los payeses que tienen pozos son de, como mucho, 100 metros, así que esto nos perjudica».

De hecho, en zonas más costeras, como Mont-roig, ya ha aparecido agua salada en acuíferos, muestra de esta mala salud de las reservas hídricas subterráneas. Es por ello que Gomis reclama que aquellos que tengan otras fuentes de suministro, no utilicen los pozos.

Ante este escenario, incluso hay payeses que se plantean sustituir los avellanos por otros cultivos, como los almendros o los olivos, «más resistentes a las sequías», explica Mariné. Pero sin cosechas ni avellanas, «¿de qué servirá la Denominació d’Origen Protegida Avellana de Reus?», se pregunta la presidenta de la DOP, Ester Gomis.

Medidas urgentes

Esta temporada, los payeses casi ni hablan de cosecha. El reto es salvar los avellanos y reclaman medidas urgentes. «Se tiene que reutilizar cada gota», exclama Gomis.

El gran proyecto que la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) tiene encima la mesa es la reutilización del agua de la depuradora de Reus. Anualmente, la ciudad vierte 6 hectómetros cúbicos al barranco de Mas Calvó, que termina al mar a través de Barenys. Actualmente, solo un 11,6% es reutilizada por la Comunitat de Regants del Molinet y el Gaudí Reus Golf Club. Pero el proyecto de reutilización plantea regenerar 1,60 hectómetros cúbicos anuales, es decir, alrededor del 25% del agua tratada en el EDAR. Ésta sería destinada a riego y para usos urbanos de Reus y permitiría, por un lado, reutilizar agua, a la vez que se liberarían recursos del río Siurana.

No obstante, el proyecto está todavía verde. Tardaría años a ser una realidad –la reutilización requiere de un tratamiento adicional– y la payesía no puede esperar, «así que estamos buscando otras opciones», asegura Sergi Martín. Por ahora, Unió de Pagesos está en conversaciones con el Departament d’Agricultura y la Agència Catalana de l’Aigua, tratando de encontrar medidas a corto plazo, aunque UP todavía no puede dar detalles. Confían, no obstante, poder alcanzar alguna solución, pero que «dependerá de la voluntad política», dice el responsable nacional de la fruta seca de Unió de Pagesos, que defiende: «Nosotros hemos hecho propuestas».

Ester Gomis recuerda que, ahora, el cultivo está en un momento «crucial», porque es cuando el fruto empieza a crecer, hasta que en septiembre llega al momento óptimo. «Todavía lo podríamos salvar», dice.

$!Ahora es cuando las avellanas crecen y necesitan más agua. FOTO: Alba Mariné

Lo que critica el sector es llegar a esta sequía sin haber hecho previamente los deberes. «La de 2008 ya fue un aviso», dice Martín, y recuerda que en ese momento se plantearon todo tipo de proyectos, «entre los cuales, la reutilización del agua de la depuradora». Se ejecutaron medidas, «pero no las suficientes y, al llover, prácticamente todo quedó al cajón». Ahora, vuelven las prisas. El sector, en cambio, destaca que ha hecho los deberes, apostando por el riego por goteo para ahorrar al máximo.

Plantar otros cultivos

Jordi Mariné, de Riudoms, tiene 10 hectáreas de avellanos repartidas en varios puntos, de las cuales, ocho las da totalmente por perdidas. Él, como tantos otros payeses de la zona, es de la Comunitat de Regants de Riudecanyes y esta temporada no podrá regar. Ante este escenario, solo espera poder aguantar vivas dos hectáreas de avellanos con algunos pozos. De la cosecha ni habla, «si no mueren, ya estaré contento».

Como explica, el avellano necesita humedad «y el cultivo viene ya de mucho estrés hídrico». La temporada pasada, los regantes de Riudecanyes solo pudieron utilizar la mitad de lo que vendría siendo habitual, seguido de todo un año muy seco, caluroso y, ahora, sin riego.

En las ocho hectáreas de avellanos que prevé perder, Mariné plantea plantar almendros u olivos, árboles que aguantan mejor las sequías. Él, como muchos otros payeses, tiene ya casi 70 años «y el problema es que no hay relevo generacional». «Si con esta edad plantamos de nuevo avellanos ¿qué vamos a hacer en cinco, seis, siete años, que será cuando volveremos a tener producción?». A pesar de todo, Mariné se muestra positivo, «porque lo que he aprendido es que de grandes catástrofes salen grandes cambios».

Las medidas del Gobierno, insuficientes

El Consejo de Ministros aprobó la semana pasada medidas urgentes «para apoyar a los agricultores y ganadores y paliar los efectos de la sequía», con ayudas al sector, medidas fiscales, avances en la reutilización... Pero son insuficientes para el sector. El martes, Unió de Pagesos movilizó a más de 200 personas hasta la sede de la Confederación Hidrográfica del Ebro, en Zaragoza, para exigir «medidas extraordinarias». La presidenta de la DOP Avellana de Reus, Ester Gomis, tacha las ayudas de «mentira» porque «nos las hacen pasar como si fueran por la sequía, cuando son por la crisis de Ucrania. Hasta que no cuantifiquemos las pérdidas, no podrán haber ayudas», exclama.

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