La Processó del Silenci, una de las más conmovedoras de la ciudad de Reus, con las calles a oscuras, sólo iluminadas por los temblantes cirios, y un silencio absoluto roto por el sonido de los tambores, este año ha cumplido 75 años desde su instauración. Un aniversario que no se ha podido conmemorar con el formato habitual, debido a la pandemia de la Covid-19, pero que la Confraria de Nostre Pare Jesús del Calvari no lo ha dejado pasar.
La Processó del Silenci tiene lugar tradicionalmente el Jueves Santo a las once de la noche. El año pasado no se pudo celebrar y esta vez se ha optado por un acto que permitiera conmemorar los 75 años de historia. Es por este motivo que el jueves por la tarde, los dos pasos de la cofradía salieron a la calle para poder ser venerados por la ciudadanía. El paso de Nostre Pare Jesús del Calvari y la Verge del Calvari fueron ubicados a las seis de la tarde en la plaza Sant Francesc, justo delante de la parroquia de Sant Francesc d’Assís, templo que acoge ambas obras de arte durante todo el año.
Los pasos estaban preparados de la misma forma que si hubieran salido en procesión: Jesús de Natzarè con su túnica púrpura y bordes dorados y los claveles rojos entregados por los devotos; la Verge del Calvari, con su manto también púrpura y bordes dorados, los claveles blancos y rodeada de cirios. Custodiados en todo momento por miembros de la Confraria de Nostre Pare Jesús del Calvari –vestidos con túnica y capirote–, ambos pasos permanecieron en la plaza desde las seis de la tarde hasta las 20.30 horas. Pocos minutos después, se daba inicio a la Hora Santa, en la que el silencio fue el eje central de la plegaria.
«En febrero ya descartamos que se hicieran procesiones y empezamos a pensar alguna alternativa. Queríamos hacer alguna cosa porque se trataba de 75 años de la Processó del Silenci, y porque dos años sin procesión ni ningún acto era muy triste», comentan desde la cofradía. La apuesta fue preparar los pasos como si salieran en procesión y que quedaran expuestas para que los fieles pudieran venerarlos. «Creímos que la mejor opción era hacerlo en el exterior, por una cuestión de seguridad, pero también para que fuera algo popular. Tienen mucha devoción ambas imágenes», se añade.
Hasta la semana pasada no se decidió definitivamente llevar a cabo el acto, «pero estaba ya todo preparado, teníamos que arriesgar». El resto de actos también se han adaptado a las circunstancias, como es el caso de la ofrenda de claveles que, si tradicionalmente se hacía el Miércoles Santo, esta vez se hizo en dos días, el martes y el miércoles, para evitar aglomeraciones.
Otros pasos expuestos
Ayer, Viernes Santo, varias cofradías de la ciudad también optaron por dejar expuestas sus imágenes. Es el caso de Sant Bernat Calvó que, tras el Via Crucis por el interior del templo a las 9 horas, el Sant Crist y La Pietat quedaron expuestos en la puerta de la iglesia. También desde la Arxiconfraria Sant Crist de la Creu, tras el Via Crucis, colocaron el Sant Crist en el exterior de la iglesia de Sant Joan de Reus.