Intervenciones urbanísticas como la prevista en el Carrilet –con nuevos servicios y zonas verdes y de ocio– o la red de centros cívicos son ejemplos de la búsqueda de un Reus articulado alrededor de varios centros. Dejar atrás la idea de que la ciudad cuenta con un único núcleo y pasar a otro modelo descentralizado, creando las denominadas «nuevas centralidades».
Reus avanza en esta línea, sobre todo pensando en la zona sur, donde también hay proyectada la futura estación de Bellissens; y en el norte de la ciudad, con el nuevo Centre Cívic Gregal y la transformación de la calle Ample. ¿Pero son estas actuaciones suficientes para lograr romper con la centralidad del núcleo? Preguntado sobre esta cuestión, el presidente de la Associació de Veïns Reus Nord, Josep Ramon Ferré, considera que tanto el futuro centro cívico como la intervención integral de calle Ample pueden ser grandes dinamizadores de toda la zona. «Ayudará a cohesionar los vecinos y, a la vez, atraer a gente, lo que también ayudará a revitalizar el comercio», argumenta. En cambio, en la zona sur de la ciudad, presidentes vecinales no creen que las intervenciones previstas sean suficientes. Coinciden en la falta de servicios en los barrios y, como también señala Francesc Jornet, al frente de la Associació de Veïns El Roserar de Mas Iglesias, «falta conectividad».
«La barrera física y psicológica con el centro no se rompe», añade la presidenta vecinal de Horts de Miró, Pilar Flamenco, que ve claramente como los servicios de atención ciudadana se concentran en el centro, tanto los municipales, como también los bancarios. Recuerda que la única oficina que queda en el barrio es, desde hace poco, sólo para empresas. Así que «cualquier vecino que necesite atención personal tiene que ir a plaza Prim».
Sobre la transformación del Carrilet –la gran apuesta para dinamizar la zona sur de Reus–, la previsión a día de hoy es que el mercado sea reubicado en la nave del número 20 de la avenida del Carrilet. Paralelamente, el actual edificio sería transformado en uno de plurifuncional de tres plantas que acogería actividades de carácter cultural y juvenil. En la misma zona, se contempla construir un edificio habitacional, renovar la estación de autobuses y ganar zonas verdes y peatonales. Toda una renovación que pretende dotar de más servicios la zona por donde previsiblemente crecerá Reus en los próximos años.
Bajo el punto de vista de Jornet, «por mucha transformación que se haga en el Carrilet, no será suficiente para generar una nueva centralidad en toda la zona sur». Recuerda que es un área muy extensa, con muchos barrios y cada uno con sus propias necesidades. «Que trabajen en la revitalización del Carrilet me parece perfecto, pero esto no nos va a solucionar nada», opina.
Entre las carencias, el presidente de Mas Iglesias destaca la falta de conexión con el bus urbano, un polideportivo «que hace tiempo que nos prometen» o la reclamada intervención en el Parc del Roserar. «Es necesario hacer mucho más trabajo y hacerlo barrio a barrio», señala.
Desde Horts de Miró, la presidenta vecinal, Pilar Flamenco, valora los equipamientos que ha ido sumando el barrio en los últimos años. Pero insiste en la barrera «física y mental» que no cree que solucione el futuro desarrollo urbanístico de la Hispània, donde además de vivienda y un parking subterráneo, se prevé también algún equipamiento, todavía por definir.
Atención personal
La zona de Horts de Miró dispone de residencia para mayores, el CAP, el Centre Cívic Llevant, el Casal de la Gent Gran, el centro de apoyo a la infancia y a las familias Mas Pintat... «Pero nos falta algo tan esencial como servicios de atención ciudadana», desgrana Flamenco.
Para ella, lograr que una nueva centralidad sea real y efectiva necesita de «una descentralización total de los servicios». «Creo que el consistorio tiene que acercar la atención ciudadana, que los vecinos puedan dirigirse a un punto cerca de su casa para poder hacer consultas, informarse... Ahora tienen que ir al ayuntamiento», opina. También a nivel bancario, porque «ahora ya no tenemos ninguna oficina dirigida a los vecinos. Lo que hay es para empresas. Sólo tenemos cajeros automáticos, pero hay que pensar con los mayores. Necesitan atención personalizada y tienen que dirigirse al centro», lamenta.
A nivel comercial, otro punto fundamental para mantener una zona dinamizada, Flamenco señala que tienen bastante oferta. No obstante, observa que cada vez hay más locales cerrados, lo que genera «abandono, suciedad e inseguridad». Es por ello que defiende que las medidas de revitalización del comercio tienen que ir más allá de los arrabales.
Donde precisamente ya se trabaja esta línea es en la zona norte, como recuerda Josep Ramon Ferré, presidente de la Associació de Veïns Reus Nord. Lo hacen tanto a nivel de barrio como ahora también de la mano del Ayuntamiento, con una nueva fase del Reus Espais Vius. Ferré confía que esto, junto a la transformación prevista de la calle Ample, suponga el empujón definitivo de la zona norte y se convierta en un nuevo centro.