Las prolongaciones de las calles Bernat Metge y de Llorenç Milans del Bosch, en el barrio de Les Clarisses de Reus, han pasado de estar cerradas al tráfico, a dejar pasar vehículos y a volver a estar clausuradas en menos de un mes. Una serie de ‘idas y venidas’ que han estado motivadas por la falta de señalización en algunos cruces. Inicialmente, este déficit pasó desapercibido, pero el vecindario denunció «inseguridad» y el consistorio hizo marcha atrás.
De momento, la situación vuelve a ser la inicial: unas barreras de hormigón tipo New Jersey impiden el paso de vehículos a la zona. Pero el escenario podría volver a cambiar. Y es que la intención del consistorio es que las nuevas calles reabran cuando terminen, definitivamente, los trabajos de señalización de la zona.
Fue por las fiestas de Misericòrdia que el consistorio decidió abrir al tráfico, por primera vez, las prolongaciones de las calles Bernat Metge y de Llorenç Milans del Bosch, en la zona de Les Clarisses. Llevaban casi 4 años asfaltadas y, en apariencia, listas para ser usadas. No obstante, faltaba ultimar ‘detalles’ importantes que generaban inseguridad: «En varios cruces no hay señalización ni de cedas ni de stops», «en algunos casos, tampoco hay señalizado el sentido de circulación y algunas calles son estrechas y no pasan dos coches», describía a mediados de octubre el presidente de la Associació de Veïns El Santuari, Ramon Palmerín.
Es por todo ello que la asociación vecinal pidió al consistorio cerrar de nuevo las calles. Su preferencia sería que la zona se mantuviera libre de coches al tratarse de un área sin edificar. «Se había convertido en una zona segura para estar en familia, donde jugar a pelota e ir en bici», señalan desde El Santuari. De hecho, recuerdan que, con el anterior gobierno, acordaron mantener la zona cerrada.
En todo caso, si se decide reabrir, «exigimos una señalización adecuada». Y, en principio, el Ayuntamiento trabaja en esta línea. Poco después de las quejas vecinales de inseguridad, el consistorio decidió, a mediados de octubre, cerrar las calles, primero con vallas y, ahora, con barreras de hormigón.
Más de una década
La creación de estas calles empezó hace más de una década, cuando la previsión era edificar. Con la crisis, quedó a medias y no fue hasta 2019 que los trabajos se reanudaron y, finalmente, los viales fueron asfaltados.
Los trabajos parecían terminados, pero las calles siguieron cerradas hasta que este pasado mes de septiembre, coincidiendo con las fiestas de Misericòrdia, el consistorio decidió sacar las barreras. En menos de un mes, y tras valorar la falta de señalización, volvieron a cerrar.