La Audiencia de Tarragona ha empezado a juzgar este miércoles a un hombre por intentar matar a su vecino después de una discusión por el volumen de la música cuando es encontraban en el patio de sus viviendas de Reus.
Los hechos se remontan al 5 de noviembre de 2021. Entonces, el acusado disparó dos veces contra la víctima sin éxito y, a continuación, le propinó varias cuchilladas, según el escrito del ministerio fiscal.
Fiscalía pide diecisiete años de prisión por los delitos de asesinato en grado de tentativa y tenencia ilícita de armas. También solicita 2.150 euros de responsabilidad civil por lesiones y daños morales. La acusación particular eleva la pena a 26 años de prisión por los mismos delitos, mientras que la defensa reclama una sentencia «justa».
El juicio ha arrancado con la declaración del acusado, el cual solo ha respondido a las preguntas de su abogado. El investigado ha reconocido que se peleó con la víctima y ha asegurado que entró en su casa para coger el cuchillo y la pistola porque tenia miedo de su vecino, según ha explicado su letrado.
Además, el procesado ha argumentado que el primer tiro se disparó después de que tropezara y que «nunca tuvo la intención de matar a nadie». Según el abogado de la defensa, el acusado ha declarado que los dos acabaron cubiertos de sangre a raíz de la pelea y que el arma es encasquetó después del primer rasgo.
El hombre, que recibió los cuchilladas y los tiros por parte del acusado, ha explicado que él no tenia ningún problema con el investigado, a pesar de que ha afirmado que su madre había tenido algún encontronazo.
El testigo ha relatado que se pelearon y que pidió ayuda a un hombre que pasaba por la calle, al cual no conocía. Ha detallado que redujeron al investigado y que el otro hombre llamó al 112. «Yo estaba encima del acusado, mi madre y el hombre que me ayudó estaban de pie cuando llegaron los Mossos», ha manifestado lo joven.
La madre de la víctima también ha declarado que el acusado disparó directamente contra su hijo y que le puso la pistola en el pecho. «Estaba en estado de shock, mi hijo con la mano le apartó la pistola. Entonces, el acusado le propinó cuchilladas, no le había visto el cuchillo, lo vi de golpe», ha descrito.
Además, ha dicho que mientras su hijo se defendía dio golpes al acusado: «Solo veía sangre de mi hijo, queríamos intentar pararlo y que no nos apuntara más». También ha explicado que a raíz de estos hechos tanto ella como su hijo han necesitado ayuda psicológica, por estrés postraumático y angustia, y que han tenido que cambiar de domicilio.
En cuanto al tercer testigo, ha explicado que salía de trabajar cuando oyó que un chico pedía socorro. «Vi a través de la valla a un hombre con una pistola, el joven me pidió ayuda, como pudimos entre él y yo le quitamos la pistola y lo redujimos, llamé al 112», ha señalado. «Vi que una persona encañonaba a la otra a una distancia aproximadamente de un metro o metro y medio, no sentí la detonación, los dos ya tenían sangre», ha añadido.
También ha declarado que no vio si el cuchillo se rompió ni si la víctima le puso el cuchillo en el cuello al procesado. En la vista de este miércoles, también han declarado los agentes de los Mossos d’Esquadra que intervinieron en la actuación. Los testigos han afirmado que cuando llegaron al lugar de los hechos se encontraron al acusado en el suelo y que la víctima estaba encima suyo reteniéndolo. Ambos estaban llenos de sangre a raíz de la pelea.
Los agentes han explicado que el investigado se puso más nervioso y agresivo cuando le denegaron entrar a su domicilio porque se quería lavar la cara, que tenia llena de sangre.
Así mismo, han indicado que el hombre llevaba un monedero con cartuchos de munición y que encontraron en el suelo el cuchillo y el arma. «Encontré el arma de fuego en el suelo, la recogí y me la llevé a una zona segura; vi que estaba encasquillada, lo que evitó el segundo tiro», ha asegurado uno de los policías.
Otro de los testigos ha explicado que entraron dentro del domicilio porque el acusado les pidió que alimentaran a su perro antes de llevárselo detenido. Cuando entraron a la vivienda, encontraron una escopeta de caza, otra pistola y doce cartuchos, los cuales no tenían licencia.
El agente ha reconocido que informaron sobre las armas encontradas a la instrucción y que se las llevaron, a pesar de que no tenían la orden de entrada y de registro del domicilio.
Diecisiete años de cárcel
La fiscal pide una pena de prisión de catorce años por el delito de asesinato en grado de tentativa y tres más por el delito de tenencia ilícita de armas.
También le prohíbe aproximarse a la víctima a menos de 500 metros y de comunicarse durante el plazo de dieciséis años. Además, solicita ocho años de libertad vigilada.
En cuanto a la responsabilidad civil, reclama 150 euros por las lesiones y 2.000 más por los daños morales.
Por su parte, el abogado de la acusación particular pide 26 años de prisión. En concreto, solicita diez años para dos delitos de asesinato en grado de tentativa y seis años más por tres delitos de tenencia ilícita de armas.
Así mismo, reclama una indemnización de 500.000 euros para cada perjudicado –el hombre agredido y su madre- alegando que ambos han sufrido trastornos de estrés postraumáticos y de angustia. En cambio, el letrado de la defensa pide una sentencia «justa», sin especificar las penas.
