RENATUReus, el macroproyecto de más de 4,2 millones de euros con el que Reus aspira a renaturalizarse –mejorar la habitabilidad de los entornos urbanos, incrementar la biodiversidad y mitigar las consecuencias del cambio climático– ya tiene el grueso de sus iniciativas en marcha.
La fecha límite para completar todo el catálogo de acciones, apoyadas en Next Generation y que abarcan desde cuestiones de aprovechamiento del agua de lluvia hasta la creación de refugios en las escuelas y balsas para que las aves descansen y aniden, es diciembre de 2025.
Lo último en avanzar ha sido el plan para habilitar 22 nuevas parcelas de huertos urbanos en el número 44 de la calle Astorga, con la reciente adjudicación de la redacción del proyecto. Complementarán a los 25 huertos que ya existen en Sol i Vista y los 10 del barrio Gaudí.
También se progresa en la confección del primer sistema de drenaje y recuperación del agua de lluvia, y la extensión de ese modelo a toda la ciudad. Para ello, se está redactando el Plan director de sistemas urbanos de drenaje sostenible (SUDS) y se ha adjudicado el proyecto de uno de ellos en el antiguo lecho urbano de la riera del Escorial, en la rotonda de la avenida de Riudoms. Los SUDS son infraestructuras de gestión de aguas pluviales que imitan procesos hidrológicos naturales de drenaje y permiten almacenar y recuperar parte del agua de escorrentía.
Otra de las intervenciones estrella dentro de RENATUReus es la creación de una balsa artificial naturalizada que deberá favorecer la biodiversidad y configurar a la vez un espacio para facilitar el acercamiento de la ciudadanía a la naturaleza. Eso comportará la recuperación y el aprovechamiento de agua de la estación depuradora que actualmente da al barranco de Pedret para crear o bien la balsa única o bien un sistema de balsas mediante técnicas de bioingeniería.
Se prevé que la superficie total de la balsa o del sistema de balsas no sea inferior a los 15.000 metros cuadrados. En ella anidarán y descansarán las aves. El anteproyecto y el proyecto ejecutivo ya se están elaborando.
Pero lo primero que empezó a ver la luz fue la planificación de refugios climáticos y renaturalización de los entornos de cuatro escuelas: Pompeu Fabra, General Prim, Teresa Miquel y Marià Fortuny. Los futuros refugios serán accesibles a toda la ciudadanía en horario no escolar. Por eso, también se intervendrá en los entornos con nuevos árboles y espacios de sombra.
También se ha licitado la redacción de un inventario del patrimonio vegetal de la ciudad y un plan para ligar la vegetación urbana y la periurbana, y se ha encargado el documento de planificación para desplegar refugios climáticos en todo Reus y el plan de la infraestructura verde y azul y la biodiversidad.
RENATUReus abarca un total de ocho grandes cajones de acciones, con multitud de ramificaciones, que se reparten según su carácter: de planificación, a ejecutar o de participación ciudadana y sensibilización. En la presentación del macroproyecto, la alcaldesa, Sandra Guaita, precisó que el Ayuntamiento «llevaba un tiempo largo trabajando para conseguir esto» y será «algo clave para la ciudad».
«Guaita se contradice»
Mientras RENATUReus toma forma, en el sur ha surgido la Plataforma en Defensa del Parc de Mas Iglesias, formada por vecinos que recogen firmas para proteger las zonas verdes de Reus y en rechazo a que el traslado de la estación de autobuses invada el parque del barrio, un gran pulmón. La plataforma, con más de 300 personas en WhatsApp, señala la «contradicción del gobierno», que dice querer un Reus verde y «destruirá el parque».
El ejecutivo se queda en que se compensará en el espacio que deje la actual infraestructura, que el traslado es un anteproyecto y se explicará a los vecinos, y que la transformación del Carrilet se hará con los mismos criterios de renaturalización que RENATUReus.
