Después del batacazo de la pandemia, el empleo ha ido recuperándose poco a poco. También en Reus, donde el número de personas en el paro ya es inferior a la de 2019. El pasado mes de julio, había 5.691 reusenses sin empleo. Es decir, un 6% menos que cinco años atrás y muy por debajo respecto 2020, cuando se registró el peor mes de julio de los últimos tiempos con 8.403 parados en la ciudad, según cifras del Observatori del Treball i Model Productiu de la Generalitat de Catalunya.
Por sectores productivos, los servicios son los que engloban mayor parte de los desempleados, un 68,23%. Muy por debajo hay la construcción (9,89%), industria (7,29%) y la agricultura (3,69%). El 10,89% restante de los parados no han tenido una ocupación anterior. Una cifra que incrementa respecto julio de 2019, cuando este perfil representaba un 9,71%.
«Las cifras son positivas, seguimos con la tónica a la baja de los últimos meses», valora el concejal de Empresa, Formació i Ocupació del Ayuntamiento de Reus, Carles Prats. No obstante, le preocupa este casi 11% de parados sin empleo previo y el también incremento de los de larga duración, es decir, demandantes de empleo desde hace un año o más. Son 1.700 y la mayoría (casi un 70%) provienen del sector servicios. También destaca el aumento de mayores de 45 años en situación de paro, con 3.297 personas, siendo la franja de edad con más desempleados. En este caso, el sector servicios vuelve a ser predominante y representa un 67,7% de los parados mayores de 45.
Prats recuerda que para mejorar la ocupabilidad de estos perfiles, e intentar romper con la brecha, «trabajamos con varios programas en el Institut Municipal de Formació i Empresa Mas Carandell». Unas propuestas orientadas a personas que están en el paro y, especialmente, para colectivos de mayor riesgo de exclusión social.
Paralelamente, el concejal recuerda que están avanzando en la futura Escola d’Oficis de Reus, un nuevo equipamiento que tiene el objetivo de mejorar la oferta formativa del territorio. Lo más singular es que la formación estaría adecuada a las necesidades del tejido productivo, detectando qué perfiles son los más buscados en el territorio para poder fomentar dicha formación.
La escuela estará ubicada en el edificio del Vapor Vell, en la calle Gornals. El espacio aún no está adecuado, «pero hemos hablado con muchos gremios, sobre todo constructores e instaladores, y trabajamos para empezar el proyecto en alguna ubicación provisional», avanza Carles Prats. La intención es poder ofrecer alguna formación a finales de año.
Restauración y comercio no amplían plantilla
Como se comentaba anteriormente, el sector servicios es el que suma mayor tasa de paro, también en Reus. Fluctúa en función de la época del año, pero siempre se sitúa por encima del 65%. El mes pasado fueron 3.883 los reusenses de este sector en situación de paro, más de un 68% del total de desempleados. Si se va más al detalle, se observa que es un sector con más mujeres en el paro que hombres (un 66,8%), un importante porcentaje son parados de larga duración (31,7%) y mayores de 45 años (57,5%).
A diferencia de los municipios de la costa, en Reus el sector servicios no es tan estacional y su punto álgido no es en verano, sino en la época navideña. Como relata el presidente de la Associació d’Hostaleria de Tarragona (AEHT) en Reus, Víctor Perales, en la restauración «verano fluctúa mucho en función de qué área de Reus estamos hablando». Algunos restauradores optan por cerrar durante los meses estivales por la poca clientela, sobre todo en las zonas más periféricas de la ciudad y polígonos. En cambio, «en el centro trabajamos mucho y, sobre todo, los que abren por la noche». Más aún cuando las temperaturas nocturnas se mantienen altas y la gente prefiere salir a tomar algo en alguna terraza que quedarse en casa.
Para Perales, éste ha sido un buen verano. No han tenido demasiados clientes turistas, pero sí que el sector se ha beneficiado de los días nublados y ventosos, «en los que la gente no va a la playa y se queda aquí». No obstante, el volumen de trabajo no es suficiente como para reforzar plantilla, algo que sí sucede por Navidad.
En el caso del comercio, en verano tampoco amplían personal y aún menos este año. La presidenta de la Unió de Botiguers de Reus, Rosa Lucas, dice que «se reactiva el ocio, pero no el consumo». Y es que, según cuenta, «la inflación y el precio de los carburantes está afectando mucho», con un menor gasto por parte del cliente. Para el sector, las rebajas han sido flojas en un verano en el que «ha habido algún turista francés, pero con poco bolsillo». Como en el caso de la restauración, en el comercio, «los refuerzos de plantilla son en momentos muy puntuales» y se centran, básicamente, en la campaña de Navidad. «En rebajas ya no, porque van cada vez más a la baja», añade la presidenta comercial.
Quien también ha notado los efectos de la inflación es el sector hotelero. El presidente de los hoteles de Reus dentro de la Associació d’Empresaris de l’Hostaleria de la provincia de Tarragona (AEHT) y también director del Hotel Reus Park, Magdaleno Pareja, explica que esta temporada ha sido buena, «pero más floja que el año pasado», puntualiza. Los días con mayor ocupación han sido de agosto y, más concretamente, entre el 5 y el 21, «apenas un par de semanas». Aun así, verano es el momento del año en el que más trabajan los hoteles, sobre todo en la costa, pero también en el interior, lo que obliga a contratar personal.
Pareja explica el caso concreto de Hotel Reus Park, donde la plantilla se amplía con cinco personas más los meses de julio y agosto, que se suman a las once que trabajan durante todo el año. De estos cinco empleados, dos son para el servicio de cafetería y las otras tres son personal de limpieza. El hotel cuenta con cinco plantas y hay una persona de limpieza por cada una. «El resto del año acostumbramos a trabajar con las dos primeras, pero en verano, se llena todo el hotel y es cuando requerimos de este refuerzo de personal», relata Pareja, una situación extrapolable a cualquier otro hotel.