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El centro de Reus atrae a comercios que quieren ganar visibilidad y ampliar su clientela

Los negocios que se trasladan ven, con el cambio, una forma de progresar y ser más competitivos. Se fijan en calles rodeadas de tiendas y con más frecuencia de paso

02 abril 2023 10:00 | Actualizado a 02 abril 2023 10:04
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Varios negocios de la ciudad han cambiado su ubicación para prosperar y ser más competitivos. Trasladarse les ha servido para «ganar espacio, ampliar clientela y ser más visibles». Buscar un lugar estratégico, aun así, «es algo complicado», algo que hay que «pensarse muy bien». Sea como fuere, si el lugar cuenta con más frecuencia de paso «marca un antes y un después» para el negocio.

Una de las mudanzas más recientes, de este pasado marzo, es la de la Bacallaneria Cal Pagès, ubicada ahora en la calle de Antoni Gaudí. «Aunque no hemos movido de acera, por así decirlo, pues estamos a tan solo 50 metros de la ubicación anterior de la calle Ample, hemos ganado en amplitud para la zona de tienda y, sobre todo, para el obrador. Podremos aumentar la variedad de elaboraciones en la Bacallaneria», expresa Montserrat Abelló, de la tercera generación al frente del negocio familiar, junto a Aitor Escauriaza, y Marc Escauriaza, de la cuarta.

Los inicios del establecimiento histórico se remontan al 1940 con otra propiedad, aunque siempre se ha mantenido la misma actividad, y se ha adaptado a los nuevos tiempos. «El nuevo emplazamiento significa un cambio estético, de presentación del producto y de amplitud del local. Tenemos una clientela que viene a comprar a diario y que, por supuesto, mantenemos. Este traslado nos permitirá incorporar más tipos de aceituna, así como incrementar artículos en la gama de encurtidos y salazones», añade la comerciante.

La mudanza

La mudanza es algo que meditaron mucho en su momento, «surgió por iniciativa de nuestro hijo Marc». Con tan solo 16 años –ahora tiene 18–, anunció a la familia que quería darle continuidad al negocio familiar. «Él quería que apostáramos por su legado. Yo dejé mi trabajo anterior, ajeno a la Bacallaneria, y mi marido, Aitor, compatibiliza estar en Cal Pagès con otro trabajo», relata Abelló. Con el relevo asegurado, ella manifiesta que «hemos tomado una buena decisión» y distingue que siguen estando en una «arteria comercial importante, en la que hay mucha actividad».

Otro traslado comercial relativamente reciente, es el que hizo Lluci Rostra, al frente del sello discográfico independiente H-Records y de la tienda física con el mismo nombre. Tras estar «siete años» en la calle de Santa Anna, decidió mudarse a otro local más grande de la calle de Santa Teresa.

El traslado en sí «costó bastante de hacer y supuso estar dos meses cerrado al público». El espacio del local, de largo, «es el mismo, pero he ganado el doble en lo que a amplitud se refiere».

Todo paso «hay que darlo convencido y yo pensé mucho lo de trasladarme». «Al final, todo ha ido bien, conservo la clientela habitual y ha venido nueva, también. El alquiler es, más o menos, el mismo y he ganado en visibilidad. Estoy en una calle con más frecuencia de paso», detalla el emprendedor. Tiene más negocios cerca, «y eso siempre llama a más gente».

Negocios de público específico

Otra de las ventajas que destaca Rostra es que tiene más margen de maniobra para enseñar material en el escaparate, en el que bien puede mostrar vinilos y CD, como películas en DVD y merchandising variado. Tener más espacio de trabajo es algo que le resulta fundamental: «Necesitaba un rincón para preparar los paquetes que envío y también espacio para limpiar los discos de segunda mano y contestar correos, actualizar web y redes sociales».

Tener presencia en la red, y más en su sector, es para Rostra de vital importancia, ya sea para anunciar novedades musicales o cualquier cambio; cuenta incluso que «hay gente que pasa por la ciudad a hacer turismo, y parte de la visita, pasa por entrar en la tienda y curiosear».

Y es que, como él señala, «me dirijo a un público específico». «Dejando atrás los años de la pandemia, ya volvemos a ver a los primeros turistas que vienen a mi negocio», se alegra el comerciante.

Pilar Camarasa, de la tienda de mercería, tejidos y costura creativa Fil i Cotó, cuenta que su traslado de la plaza de La Farinera al arrabal de Santa Anna en 2021 – justo en el local que fue Ricart Núvies, que cerró por la pandemia en 2020– también perseguía «ganar más visibilidad». «A pesar de que el actual es un local mucho más pequeño que en el que estábamos –pues tuvimos que reubicar una gran cantidad de materiales al instalarnos– el cambio estético fue muy grande. El local de aspecto modernista en el que estamos instaladas ahora, es precioso», comenta Camarasa.

Al igual que a los otros negocios de la zona del arrabal, aun así, les han afectado las obras de peatonalización que están aún en marcha. «Esperamos que cuando terminen, la clientela entre más fácilmente», confirma la especialista en tejidos.

Algo que ha triunfado, a raíz del cambio de localización, han sido los talleres de costura: «Es algo que ya nos funcionaba, pero que sigue prosperando y suma demanda». Camarasa recalca que, «como nuestro negocio, especializado en mercería, ya quedan pocos».

La clientela «es leal» y llevan 46 años en el sector, uno «en el que es complicado ganarse la vida, y más en los tiempos que corren». Por suerte, «se acerca mucha gente de fuera, también, de Barcelona y Tarragona».

Dar vida a locales vacíos

Los comercios que se trasladan para mejorar sus condiciones y ser más competitivos dan vida, también, a otros locales que, tal vez, han estado vacíos durante un tiempo. Este es el caso de Lluci Rostra, al frente del comercio H-Records, por ejemplo, quien cuenta que el nuevo establecimiento en el que se encuentra «estuvo vacío entre dos y tres años».

Con esta misma voluntad, la de dinamizar locales comerciales sin actividad, existe el proyecto municipal Reus Espais Vius, del que, recientemente, el Ayuntamiento anunció su tercera fase, que actuará dinamizando 91 establecimientos del norte de Reus. Hasta ahora, ya se actuaba en los arrabales de Robuster, de Sant Pere, de Martí Folguera y el entorno del Pallol.

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